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viernes, 3 de agosto de 2018

Catando Atelier of With Hat

"¿Un deportista es deportista desde su nacimiento? ¿Lo es un astronauta? ¿Y un artista famoso? Al nacer nadie sabe lo que le deparará el futuro. Pero... ¿y los magos?"

Ficha técnica
- Título original: Tongari Boshi no Atorie
- Autora: Kamome Shirahama
- Editorial: Milky Way Ediciones
- Serie abierta en Japón
- Seinen, magia, hechiceros 
- Traducción: Verònica Calafell (DARUMA Serveis Lingüístics, SL)
- Precio: 8'50€
- La primera edición trae un precioso Artbook de 32 pág. a color
- Detalles dorados en la sobrecubierta
- Periodicidad: bimestral

Link para leer el primer episodio gratis

Sinopsis:

Coco, que vive en una pequeña aldea, siempre ha anhelado ser maga.
Sin embargo, solo pueden llegar a serlo aquellos que nacen con el don de la magia; a los demás ni tan siquiera les está permitido ver cómo lanzan conjuros. Por ello, Coco había renunciado a su sueño... hasta que, un buen día, visita el taller de su madre el mago Qifrey. Entonces se las apaña para espiarlo cuando se dispone a realizar un encantamiento y... ¡El desespero se torna esperanza en este cuento sobre una niña que soñaba con convertirse en hechicera!

Opinión:

No creo que a nadie que sigue este blog, a estas alturas, dude de lo mucho que me gusta la fantasía. Es más, ese fue, desde que tengo uso de razón, el género tanto en literatura como en series, películas y videojuegos que siempre he consumido. Por eso, cuando Milky Way Ediciones anunció esta licencia, sabía que lo quería sí o sí. Vale, bueno, es cierto que el que dijeran que venía con un Artbook de regalo hizo que mi hype subiera como la espuma hasta límites insospechados, pero yo ya quería comprarlo de antes ehhhh. 

Amantes de la fantasía, del manga, de las buenas historias, os doy la bienvenida al maravilloso mundo de Atelier of Witch Hat.

Coco, una niña que vive con su madre en un pequeño pueblo y que regenta un pequeño negocio dedicado al textil, sueña con ser maga. Pero aunque ese sea su mayor anhelo, parece que es imposible que pueda llegar a ser aquello que más desea. Aunque todo cambia el día en que llegan unos clientes bastante variopintos. Las primeras son unas muchachas de posibles que llegan con un carruaje alado en busca de nuevos vestidos y telas, y el otro es un hombre joven (y muy guapo, madre mía que bien dibuja Shirahama) que quiere, obviamente, una tela en concreto.
Qifrey

Todo va bien hasta que unos niños cafres del pueblo destrozan, sin querer queriendo, el carruaje alado de las señoritas y se lía la de Dios. Pero resulta que el hombre joven y guapo, llamado Qifrey, es mago y se ofrece a reparar el carruaje. Pero (siempre hay un pero, ¿eh?) para realizar la magia debe estar solo, es decir, nadie puede verlo mientras realiza el encantamiento porque es una de las reglas de los magos. Coco, a pesar del chasco, monta guardia mientras Qifrey, en el atelier de su madre, hace sus cosas de mago. Es entonces cuando, por cosas del destino, Coco descubre el secreto que hay detrás de la magia: los hechizos no se lanzan sino que se trazan. Se dibujan.

Con el secreto en su poder, Coco, que de niña le vendieron un libro de hechizos y una varita-pluma con tinta en una festival en el castillo, y que nunca había sabido descifrar cómo hacer magia con él al no tener letra y sí dibujos, y ahora sí, comienza a probar los distintos patrones que aparecen y, violà!, logra hacer magia. 

Pero jugar con la magia sin entenderla no es algo muy sensato y Coco, sin querer, dibuja un hechizo que encanta tanto a su madre como al atelier. Gracias a Qifrey, Coco sale ilesa y descubre que ha estado realizando hechizos prohibidos y que el único modo de ayudar a su madre es convertirse en aprendiz de maga para encontrar el hechizo que rompa lo que ha hecho.




Con una premisa ya utilizada en otras historias, Shirahama nos adentra en el increíble y fantástico mundo que rodea Atelier of Witch Hat, un mundo con tintes medievales occidentales que, realmente, te transportan a otro plano, a otra realidad ha través de un dibujo mágico en todos los sentidos por lo detallado que está cada objeto, cada planta, cada persona... ¡Todo! Este es un mundo vivo que casi puede traspasar el papel.

Pero,sin duda alguna, lo mejor de este manga es el concepto de la magia que la autora reinventa.

Historias de magos y magas hay a puñados y todos sabemos que el mago más famoso, mal que me pese porque tampoco es para tanto, es Harry Potter. Pues bien, Shirahama se carga toda la parafernalia de agitar varitas como locos y pronunciar hechizos en latín malo y sin estar correctamente declinado para que dicho hechizo tenga sentido sintáctica y gramaticalmente hablando,  para hacer que los magos de su historia tengan que dibujar distintos patrones con tres elementos esenciales para poder conjurar la magia (para más información, leed el manga que es una MARAVILLA y no quiero hacer spoilers). A partir del dibujo de dichos patrones, dependiendo de cómo lo dibujes, se manifestará un tipo de hechizo u otro. 

Aunque, en primera instancia, pueda parecer sencillo este tipo de magia, no lo es porque implica mucha destreza a la hora de realizar los trazos así como utilizar los elementos adecuados para que el hechizo que queremos se materialice y, a mano alzada, trazar según qué elementos no es fácil sin años de experiencia y una enseñanza adecuada. 
Coco junto a sus compañeras
         
Pero eso no es todo. Porque para que esos patrones dibujados hagan magia se necesita una tinta especial y el utensilio/varita para trazarlos también tiene que ser uno adecuado para la mano del mago/maga. 

Empero, y aunque la premisa de esta historia es el deseo de Coco por salvar a su madre, la mangaka nos muestra pequeños detalles que auguran que esta historia es mucho más profunda y compleja de lo que parece y que Coco está en medio de algo mucho más grande y peligroso.

Otro factor que me ha gustado es que Coco no está sola y que Qifrey tiene en su Atelier, su mini-academia de magia, otras aprendices y estas son todas chicas. Es raro o como mínimo poco usual que en este tipo de historias haya más personajes femeninos con protagonismo que masculinos (pasando por alto a Qifrey). Para mí es algo muy refrescante a la vez que necesario el hacer historias donde aparezcan más mujeres y, sobre todo, sin ese elemento sexista y supersexualizadas con cuerpos imposibles y que están más para el fanservice masculino que por la propia historia.  Espero y deseo que la autora vaya desarrollando la amistad de las cuatro aprendices y que muestre sororidad, algo que las mujeres nos merecemos y que necesitamos porque es esencial el eliminar esa idea de que las mujeres debemos competir entre nosotras en vez de ayudarnos y apoyarnos y creo, o así me lo parece, que Shirahama pretende precisamente eso. 

La edición de Milky Way es sublime. El tomo, como todos los que editan, es de grandísima calidad, sin errores de guillotinado, excesos de tinta... La sobrecubierta, además, tiene detalles en dorado. Y el Artbook... Simplemente maravilloso. Es a todo color y está perfectamente traducidos todos los comentarios y textos que aparecen en su interior. La traducción corre a cargo de Verònica Calafell, de Daruma, y es una maravilla, como todas las que hacen los integrantes de este grupo de profesionales. 

Poco más puedo decir de esta gran apuesta, de esta JOYA que Milky Way nos ha traído, dando un buen golpe encima de la mesa con una edición inmejorable y el Artbook oficial de regalo sin costes añadidos (cosa que hace que la gente le dé una oportunidad más allá de los que estaban interesados en él desde el minuto uno)  y que otras editoriales (me refiero a las grandes, ojo) hubieran aprovechado para sacar unos eurillos más que esas no dan ni un soplo en un ojo sin sacarte céntimos en el proceso.

No esperes más y hazte con Atelier of Witch Hat y, si yo no puedo, espero que esta imagen del Atelier de Qifrey lo haga.


  
  Barómetro de recomendación: 5/5



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