"Sentirse amenazado por una civilización supone el reconocimiento de algún tipo de superioridad."
Ficha técnica
- Autor: Cixin Liu
- Editorial Nova, Ediciones B (Grupo Penguin Random House)
- Segunda parte de la trilogía Tres cuerpos
- Traducción: Javier Altayó y Jianguo Feng
- Pag:576
- Precio:21 €
- Ya a la venta
Sinopsis:
Ahora la Tierra tiene cuatro siglos para defenderse de lo inevitable: la llegada de los trisolarianos. Los colaboracionistas humanos pueden haber sido derrotados, pero los sofones permiten a los extraterrestres acceder a la información de la humanidad, dejando al descubierto toda estrategia de defensa.
Solo la mente humana sigue siendo un secreto, y ahora también la clave del acuciante plan que urdirán tres estadistas, un científico y un sociólogo.
«La trilogía de los Tres Cuerpos» es el gran fenómeno editorial que ha conquistado Occidente tras vender cuatro millones de ejemplares solamente en China y haberse hecho con prescriptores de la talla de Barack Obama, George R.R. Martin o Mark Zuckeberg.
Cixin Liu se considera el gran descubrimiento de la ciencia ficción internacional tras alzarse con el Premio Hugo 2015 a la mejor novela, siendo la primera vez que una obra no escrita originariamente en inglés recibe este auténtico Nobel del género.
Opinión:
(Alerta, posibles spoliers de El problema de los tres cuerpos)
Después de haber disfrutando tantísimo esta primavera con El problema de los tres cuerpos, era inevitable que el mismo día de su fecha de salida no fuese a hacerme con esta nueva entrega a una de las tiendas que más adoro de toda Barcelona: Gigamesh. A los pocos días de su adquisición y al terminar otra lectura, pude al fin comenzar esta segunda parte; segunda parte que ni decepciona ni deja indiferente a nadie al igual que su antecesora.
El Bosque oscuro comienza allí donde quedó El problema de los tres cuerpos: la flota trisolariana, después de haber contactado con seres humanos dispuestos a hacerlos llegar a la tierra para que acaben con la especie humana, sin prisa pero sin pausa, viene hacia nuestro planeta con una inmensa flota de combate para cumplir con su objetivo: hacerse con el control de nuestro planeta. En el prólogo inicial, aparecen viejos conocidos que van introduciendo ideas y conceptos que, en un principio, son un galimatías más que otra cosa y que, en el transcurso de la lectura, van poco a poco a cobrar sentido.
No voy a revelaros nada de la trama de esta segunda parte porque considero que todo es hacer un gran spolier y ningún amante de esta trilogía merece que le destripen nada de su argumento. Esa es la gracia de Cixin Liu y de la trilogía Los tres cuerpos: nada es lo que parece y nunca sabemos por dónde quiere llevarnos el autor. Y es que sus giros argumentales son brutales. En ningún momento de la novela sabes o adivinas por dónde quiere tirar el autor. Hay momentos que crees que vislumbras la luz al final del túnel y que empiezas a comprender. Mas, al poco, Liu te desmonta todas tus posibles teorías y te quedas con cara de: ¿Qué narices...?
Si la primera parte se centraba más en el enigma de lo que estaba sucediendo y de lo que había pasado en la base de Costa Roja, aquí todo transcurre en la Era de la Crisis, el nuevo período que está viviendo la humanidad en pie de guerra contra los trisolarianos. A pesar del bloqueo sofón, la humanidad debe encontrar la forma de lograr que su tecnología avance y poder conseguir las armas adecuadas para hacer frente a la amenaza que se va acercando y que desembocará a la batalla del día del Juicio Final.
La ciencia ficción y los tecnicismos propios del género están a la orden del día, así como las leyes de la física y el mundo científico. A pesar de no tener ni idea de muchos de los términos técnico que se utilizan y del desarrollo de esos procesos tecnológicos que el autor tan bien conoce y explica, no hace que te aburras o que pierdas el hilo de los acontecimientos. Todo lo contrario: la prosa de Liu es tan delicada y bella que, en muchas ocasiones, es poesía pura. Hay centenares de descripciones líricas tan bien ejecutadas que, aunque parezca que eso que se explica no viene al caso, no te importa porque vale la pena trasladarte a cada uno de los lugares que Cixin Liu a creado en su mente. Y es en ese sentido donde aparecen claras diferencias culturales entre la mentalidad occidental y oriental que yo tanto agradezco. Leer algo diferente creado por una persona que tiene una cultura tan distinta a la mía abre nuevos horizontes y me hace crecer como persona, lectora e incluso como escritora.
La filosofía de la vida es uno de los pilares tanto de El problema de los tres cuerpos como de El bosque oscuro, marcándonos de nuevo esa diferencia cultural que tan propia es de los orientales. Distintos puntos de vista morales e inmorales aparecen entre las páginas del libro haciendo que incluso el mismo lector se haga también esas preguntas que se plantean los personajes que aparecen; elenco que repite con algunos viejos conocidos pero que, en su esencia, son totalmente nuevos y con distintas personalidades. Y esa es otra de las virtudes de Liu: el crear unos personajes tan bien definidos y tan humanamente trazados que no cuesta ni imaginarlos ni empatizar con ellos.
El ritmo de la novela parece como un inconstante en el mejor sentido de la palabra. Ésta está divida en tres partes y, dentro de cada parte, en distintos años de la Era de la Crisis. Y dentro de cada una de estas tres partes, el ritmo de la novela es como una linea que no para de subir y bajar. Es decir, el autor sabe cuándo escribir de forma pausada y mantener un ritmo constante y cuándo subir la intensidad hasta unos decibelios insospechados haciendo con ello que el lector quiera seguir leyendo para seguir averiguando el estado de la situación que se narra. La novela engancha y esa es una verdad como un templo.
Tal y como sucedió en El problema de los tres cuerpos, El bosque oscuro tiene un final que te deja con cara de alelado y queriendo ir corriendo o a la librería o a tu estantería a por el tercero antes de darte cuenta de que todavía no está a la venta en castellano. Lo cierto es que el final es imprevisible - como toda la novela en general- y me ha gustado muchísimo. No hay nada negativo que decir sobre el libro, simplemente queda rendirse a los pies del autor chino.
La traducción de Javier Altayó y Jianguo Feng es excelente y se nota el buen trabajo que han hecho a pesar de lo difícil que puede ser traducir una novela con tal nivel de complejidad científica. La Portada con solapas es preciosa así como la edición que es muy manejable a pesar de sus cuantiosas páginas y que el libro en sí no pesa para nada.
En conclusión, El bosque oscuro no baja de nivel respecto a su predecesora sino que lo aumenta. El misterio se mantiene durante todas sus páginas y engancha al lector más que le pegamento y medio. Adentraos de nuevo y sin temor al planeta Tierra y a la resistencia humana de ser aniquilada. ¿Qué nos depara la última parte? ¿Tenéis tantas ganas como yo de leer su desenlace?
Nota: 5/5
Ahora mismo la estoy leyendo. El primer libro me dejó fascinado y este segundo me está gustando mucho. Solo le veo una pega (pero es un problema mío y de nadie más), me cuesta distinguir los personajes, pues todos los nombres me suenan muy parecidos. Y me cuesta asociarlos a los de la primera novela (que lei en enero de 2017).
ResponderEliminarPero por lo demás, una maravilla.
Hola, gracias por comentar. Sí entiendo que lo de los nombres cuesten para los no familiarizados con esa cultura. Yo lo estoy más por ser bastante friki.
EliminarYa me dirás qué tal cuando lo termines. Sí de momento te gusta ya verás cuando leas el final. Te deja con muchas ganas de más.