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domingo, 17 de noviembre de 2024

Crónicas de manga: Mr. Mallow Blue vol. 4 de Akaza Samamiya

 "Mi tiempo empezó a avanzar cuando conocí a Minazuki."




SINOPSIS

¡Llega el cuarto volumen de esta delicada relación triangular entre jóvenes llenos de heridas emocionales cuya historia comenzó bajo la lluvia!

A pesar de la personalidad negativa de Aoi, el hecho de que Minazuki lo acepte tal y como es hace que este se sienta validado y comience a subir a la superficie después de haber tocado fondo. Mientras, a Minazuki la sola presencia de Aoi no solo lo tranquiliza, sino que también lo llena en cuerpo y alma.

Por otra parte, Sakura y Yume estrechan lazos a una velocidad vertiginosa; sin embargo... La relación entre los personajes ha pasado de ser un triángulo a un cuadrado. Llega el tercer volumen de esta singular historia de amor que comenzó bajo la lluvia y de la cual es imposible apartar la mirada.

- Leer las reseñas de los volúmenes anteriores

- Gracias a la editorial por el ejemplar de prensa para su lectura y reseña


ANÁLISIS DEL TOMO

Sin acabar de comprender qué ha ocurrido, Aoi y Sakura se encuentran nuevamente en sus cuerpos originales. Asustados por el cambio repentino, y provocándoles un sentimiento que se asemeja demasiado al pánico, ambos intentan hallar al otro, aunque el caso de Aoi es diferente ya que él busca volver al lado de Minazuki mientras que Sakura quiere encontrarse otra vez con el dueño original del cuerpo que es ahora su nueva carcasa. Pero Minazuki también está en completo shock con toda la situación actual y el miedo se instala en su corazón, si bien por motivaciones distintas a las de sus compañeros, ese pánico tampoco dista mucho del que sienten el mismo Aoi o Sakura. Ahora que Aoi ha regresado a su cuerpo original, que lo ha ayudado a cumplir lo que este deseaba, la desazón y el más profundo terror se instala en el corazón maltrecho de Minazuki. 

"Me aterra que la luz desaparezca de mi mundo." 

¿Qué pasaría si, ahora que Aoi ha regresado a su cuerpo original, Minazuki no fuera capaz de ver su rostro sino una máscara? Si la luz desaparece de su mundo, ¿qué haría entonces? Sin querer comprobarlo, Minazuki espanta a Aoi de tal forma que sabe que no solo lo alejará de su lado, sino que le hará tal daño que ya no regresará. Pero no encuentra otra salida; no puede hacer otra cosa que empujarlo para que se aleje de él, de Sakura, de todo y que regrese a su vida anterior. Eso es lo que deseaba Aoi y Minazuki debe respetarlo. 

Herido, pensando que es un miserable, Aoi escapa bajo la lluvia con el corazón nuevamente herido. Regresando allá donde lleva diez años marchitándose, sin saber que hacer, nuevamente aparecerá en su vida aquel que destruyó su mundo, aquel que hizo que su corazón se desquebrajara y se rompiera en mil pedazos. Y, ahora, el hilo conductor que lo mantenía, parece haberse deshilachado. 

Por su parte, Sakura, incapaz de hallar a Aoi, desesperada porque en su cuerpo original no puede estar al lado de Yume, intenta acercarse nuevamente a ella para, una vez más, sentir el odio y el rechazo de aquella que lo era todo, aquella que le abrió un mundo donde todos los colores brillaban y no se sentía basura que nadie quiere. ¿Qué harán a partir de ahora estas tres almas heridas, rotas y perdidas que solamente quieren ser aceptadas tal y como son y salir de la penumbra hacia la luz que, por más que persigan, sigue rehuyendo de ellos?

Prosiguiendo con una sensibilidad y un realismo desgarradores y estremecedores, Akaza Samamiya profundiza más y más en las psicologías de Aoi, Sakura, Minazuki y Yume, los cuatro personajes protagonistas de esta historia de personas heridas, personas maltratadas, seres humanos rotos que, como muñecos de trapo descosidos, necesitan de una mano amiga para remendar todos esos agujeros para poder recomponerse y volver a alzarse para seguir adelante en un mundo hostil.

"¿Qué tengo que hacer para que vuelvas a sonreír?"


Después de haber vivido un acoso brutal en el instituto, sentirse abandonado por sus padres y vivir en un apartamento en completa soledad por diez años, Aoi parece haber vuelto a ver el mundo lleno de colores y luz desde el día en que se encontró en el cuerpo de una chica llamada Tsumugi Sakura. Pero el cambio de su vida no fue realmente el intercambio de cuerpo, sino el conocer a Minazuki, un chico que lo ha creído y ayudado desde el principio. Gracias a su apoyo y a su cariño, Aoi ha sido capaz de sonreír y dejar de  sentir que sobre él cae una lluvia perpetua que lo tiene intermitentemente empapado. En vez de estar bajo la inclemente tempestad, ahora hay un paraguas que lo refugia y guarece de la lluvia. Y ese paraguas se llama Minazuki.  

A pesar de que deseaba volver a su cuerpo, Aoi guardaba en secreto un deseo egoísta que sabía que no estaba bien. Y ese deseo era permanecer al lado de Minazuki en el cuerpo de Sakura, ya que de otra forma no podría pasar su día a día con el chico y hacer esa vida normal que se le había negado diez años atrás. Mas ahora que Minazuki le ha dicho que está cansado de esa situación confusa y de cuerpos ajenos, Aoi ha huido, escapado para alejarse lo más posible y ha vuelto a ese mundo que conocía y del que quería escapar. Y sí, escapó, pero ahora ha vuelto a él y, nuevamente, ese ser con piel humana que lo redujo a despojo está ante él, como si nada. Como si el daño que le hiciera a Aoi no fuese para tanto, como si la víctima lo siguiera siendo por gusto y no por pura desesperación de no poder salir del vacío en el que está. ¿Acaso Aoi está destinado a no poder salir de ese agujero negro? ¿De esa prisión sin barrotes que era su antiguo mundo?

En ese mismo momento, mientras Aoi se siente terriblemente perdido, Minazuki no está mucho mejor que él. Arrepentido por las palabras que le dijo, el chico busca a Sakura para que ambos aúnen fuerzas para encontrarlo y poder decirle realmente los motivos de sus palabras hirientes para alejarlo de su lado. Será en ese momento en el que Minazuki comprenderá qué es lo que realmente siente por Aoi. 

Por su parte, Sakura está igual o más desesperada que Minazuki por encontrar a Aoi. Deseando abandonar su cuerpo, lo que más anhela la joven es estar al lado de Yume y en este volumen Samamiya nos cuenta la relación de ambas chicas desde el punto de vista de Sakura y, también, el oscuro pasado de la joven para poder entender su psicología y lo importante que es Yume para ella. Lo que representa en el mundo de la joven. 

Porque en Mr. Mallow Blue, si bien hay amor de por medio, uno que se va entreviendo a medida que vamos leyendo los volúmenes, y este amor es uno totalmente LGBTIQ, esto per se no es lo más importante, sino que aquí la otra persona tiene muchísimo significado psicológicamente hablando. Para cada personaje, que tiene graves problemas de salud mental, el otro es su salvación, un faro en medio de un mar embravecido, una luz que te guía en medio de un océano oscuro y helado mientras te aferras a una tabla de madera que está próxima a hundirte. 

Este tomo es uno fundamental en la serie, ya que se han puesto muchas cosas sobre la mesa, tenemos información de todos los actores principales y secundarios, y con ella podemos entender las mentes tan complejas y caóticas de los personajes y sus motivaciones y deseos ocultos tras todas sus actuaciones hasta ese mismo momento de la línea temporal. Qué vitales son todos los flashback que nos va introduciendo Samamiya a lo largo de la obra y qué bien los introduce en la narración.  

Mr. Mallow Blue es una obra perlada de sentimientos, un manga profundamente psicológico, complejo y humano protagonizado por seres imperfectos, por humanos grises y con motivaciones muy viscerales causadas por sus problemas mentales; traumas generados por terceros que han hecho que estos se hayan ido transformando para poder sobrevivir en un mundo que les es hostil. Si bien Yume es el personaje colateral, y el elemento clave para todo el enredo del cambio de cuerpo, ella también ha terminado desarrollando problemas y miedos que le han afectado y han hecho que esto afecte a Sakura. Vamos, todo está tan relacionado entre sí que ha acabado creado un efecto dominó y no podemos separar ya a ninguno de los cuatro de la ecuación para poder entender el complejo tablero en el que nos movemos. 


Akaza Samamiya está haciendo un trabajo brutal en Mr. Mallow Blue y no es solamente por lo bien que ha sabido crear a los personajes, sino por mezclar tan bien problemáticas tan importantes de salud mental que no suelen exponerse de una forma tan directa, tan cruda, tan sin paliativos y, aun así, con una sensibilidad y un tacto increíbles. Porque, al final, por muy cruda que sean las vidas y las realidades de Aoi, Sakura y Minazuki, vemos que la autora desea que estos puedan alcanzar la paz y está desarrollando la historia de tal forma que, aunque melancólica, dura, que te encoge por dentro, no va enfocada a que acabe mal, sino a que la lluvia incesante que no deja de caer del cielo pueda en algún punto cesar y dejar paso a la luz del sol. Una luz que lo iluminará todo y que el gris monocromo de sus vidas dé paso a los cálidos y vibrantes colores del mundo. 



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