“No te preocupes, mamá. Porque Ashiya estará conmigo”
¡En este sexto tomo de Barreras del corazón saldrá a la luz el pasado de Yamato!
SINOPSIS
Kakeru y Yamato empezaron a hacer buenas migas en primaria. Cada cual tiene una personalidad radicalmente opuesta, pero conforme pasan tiempo juntos se van llevando cada vez mejor, tanto que Yamato acaba por confesarle que le gusta su mejor amigo. Aun así, todavía hay cosas que no saben el uno del otro; por ejemplo, ¡Kakeru se entera de que el padre de Yamato sufrió un accidente hace años y sigue en coma desde entonces!
Por si todo esto fuera poco, además descubre que su amigo guarda cierto secreto...
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ANÁLISIS DEL TOMO
Manteniéndonos sumergidos todavía en un largo flashback al pasado para contarnos cómo se conocieron Kakeru y Yamato durante la escuela primaria, el cual se inició en el tomo anterior, Mika nos termina de desarrollar varios puntos importantes del background de los dos protagonistas; sobre todo en el caso de Yamato.
“¡No tienes ni idea! ¡Siempre estás “ji, ji, ja, ja”! ¿¡Qué vas a saber tú!?”
Retraído y serio, Yamato no es el niño más bien visto de su clase, siendo constantemente malinterpretado por el resto de sus compañeros al no ser capaz de expresarse bien. Esto cambia cuando Kakeru comienza a interesarse por él y se da cuenta de la bondad y la timidez de Yamato. Haciéndose su amigo, ambos niños comienzan a pasar mucho tiempo juntos – juntamente con la hermana pequeña de Yamato, Mikoto –. En una de esas quedadas, el niño descubrirá la situación familiar de Yamato y lo que ese hecho pesa en el corazón de su amigo. Sin haber ido a ver a su padre al hospital, sintiéndose culpable por no recordar lo que habló con él el día del accidente, el corazón de Yamato está encogido porque teme tanto recordar lo que pasó como no hacerlo. ¿Y si lo último que se dijeron fueron cosas malas a causa del enfado de Yamato porque su padre no cumplió con su promesa?
Dulce, sanador y adorable, este sexto volumen profundiza en la preciosa relación de amistad entre Yamato y Kakeru; de cómo empezó todo y aquellas acciones que hicieron nacer entre ellos el fuerte lazo que los une en su presente. Mostrándonos todo desde la perspectiva de dos niños pequeños, Mika nos desnuda a Yamato; haciéndonos comprender su psique y su personalidad y también por qué, desde el principio de la obra, Kakeru está más que dispuesto siempre a hacer hasta lo imposible para que todos los que los rodean no se queden con una falsa impresión de su mejor amigo cuando sabe de primerísima mano la bondad que hay su corazón.
Este flashback me ha parecido un punto de inflexión muy importante para el desarrollo tanto de la próxima relación de pareja de los protagonistas como también para que el propio lector pueda comprender la complejidad de los sentimientos de Yamato y cuál fue el detonante para que se enamorara de Kakeru; así como el guardar bajo cinco candados sus sentimientos por este por miedo a destruir toda su relación. A su vez, también nos hace comprender las dudas de Kakeru sobre por qué su amigo está enamorado de él. Claramente, para Kakeru fue lo más normal del mundo ayudar y apoyar a Yamato en esos delicados momentos de su vida; estar a su lado y consolarlo. Porque, a su vez, Yamato hizo lo propio por él en momentos cruciales para Kakeru. Y lo que hizo Yamato ese, y tantas otras ocasiones, han sido las semillas del amor que, ahora, germinan en Kakeru sin que este lo sepa.
A pesar de que casi todo el tomo abarca el flashback del pasado, en el último episodio del tomo volvemos al presente; justamente para el día de San Valentín. Y este episodio será clave para el desarrollo de lo que está por venir en el siguiente volumen.
Si todavía no estáis seguros de darle una oportunidad, porque es una serie abierta o porque pensáis que estáis ante una obra genérica de romance adolescente, os invito a que comprobéis de primera mano que Barreras del corazón es una obra tierna y dulce, sí, con adolescentes, pero con matices y con más profundidad de la que parece.
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