"No sé si es mi alma gemela, pero lo apostaré todo a los latidos de mi corazón"
Cinco años más tarde, Seno, el primer amor de Yûki, le confiesa que él siempre ha sentido lo mismo por ella. Sin embargo, ahora que la chica empieza a albergar sentimientos hacia Iori, ¿cuál será su decisión?
En la clínica dentista a la que acude para tratarse, Yûki se entera también de la existencia de cierta conocida de Iori. Todavía hay muchas cosas que le gustaría saber sobre él, pero no es oro todo lo que reluce...
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- Gracias a la editorial por el ejemplar de prensa para realizar su reseña
ANÁLISIS DEL TOMO
Después de reencontrarse con Seno, su amor del instituto, Yûki no solo resolverá varios de los malentendidos que había habido entre los dos, sino que recibirá la declaración del chico; algo que su yo del instituto habría disfrutado muchísimo por ver recíprocos sus propios sentimientos. Pero ahora, lo que siente Yûki al recibir esas palabras no se le asemeja en absoluto al esperado regocijo de sentirse correspondido. Todo lo contrario. Diciéndole a Seno que debe pensarlo, la joven visita la clínica dental donde trabaja Iori para hacerse un chequeo. Ahí, no solamente recibirá cierta información que le hará sentir pellizcos en el corazón, sino que le darán la respuesta que estaba buscando. Y es que Yûki ya no siente nada por Seno, sino que se ha enamorado de Iori.
Aunque no sepa si es su alma gemela, esa persona que está destinada a ser solamente para ella, Yûki no puede ignorar el hecho de que su corazón late única y exclusivamente por el joven estudiante de odontología.
¿Logrará Yûki que Iori se interese en ella y será lo suficientemente valiente para declararle lo que siente?
Siguiendo la línea del primer volumen, Anashin continúa desarrollando la relación amorosa y slow burn entre Yûki y Iori, dos jóvenes universitarios que, después de conocerse en la más rara de las situaciones y de hacerse amigos para buscarle novio a nuestra protagonista, resulta que, tal vez, el destino ya haya unido a dos almas gemelas.
"He intentado recordar lo que sentía entonces, pero ya no es lo mismo para mí."
Queriendo enamorarse y hallar a su persona destinada, Yûki se ha reencontrado con su amor del instituto, Jin Seno, quien resultaba que también se había enamorado de ella en aquella época. Lo que podría considerarse cosa del destino, dos almas gemelas que se reencuentran porque así está escrito en su sino, acaba resultando no ser el cuento de hadas o el típico argumento de romance para chicas, puesto que los sentimientos de Yûki han cambiado; muriendo ese amor de juventud y siendo este sustituido por otro adulto y enfocado hacia otra persona.
Siendo ahora Iori el guardia y custodio de su corazón, Yûki quiere darlo todo y no rendirse. No quiere hacer lo mismo que en el pasado cuando se enamoró de Seno. Siendo como es ahora, mucho más echada para adelante, más decidida, intenta ingeniárselas para quedar con Iori, sin que se noten sus intenciones, pero el chico no está mucho por la labor. Y es que Iori no tiene ni idea del cambio de paradigma de la situación y de que ha pasado de ser el colega que va a ayudar a su amiga a hallar a su alma gemela a ser el interés amoroso principal.
Profundizando más en la relación íntima de nuestros dos protagonistas, Anashin nos muestra un poco del background de amos, más concretamente sobre el pasado más cabrón y oscurillo de Iori y de la persona que lo hizo cambiar, o de los sueños profesionales de Yûki. También tenemos más escenas de Seno donde conocemos un poco mejor su dinámica o su función como personaje de soporte, así como la aparición de un extraño personaje que parece tener alguna cuenta pendiente con Iori.
Con escenas adorables entre los protagonistas y momentos clichés típicos de los romances para chicas que se dan en los momentos justos y sin que queden forzados, sino que se ajustan orgánicamente con lo que está sucediendo, este segundo volumen me ha encantado porque me gusta mucho la dinámica de los dos protagonistas. Sobre todo el personaje de Yûki que está muy bien equilibrado, es coherente, psicológicamente hablando, y nunca actúa fuera de sus parámetros psicológicos, sino que lo hace acorde con su personalidad, ética y moral. Y eso me gusta mucho porque se evitan escenas forzosas que crean drama sin sentido, impregnándolo de clichés baratos que desgastan una obra más que otra cosa.
También me gusta mucho cómo están hechos los personajes masculinos. A pesar de que se nos pinten desde una perspectiva de perfección cuando se habla de ellos desde la perspectiva femenina o por su fisonomía, pronto vemos que no son perfectos para nada y se acaban mostrando tal cual son al lector y a los demás personajes. Eso no quiere decir que sean malas personas, sino que su retrato es más humano y menos artificioso y fantasioso. En resumen: más tangibles y alcanzables.
La única falta que puedo darle al volumen es la edición. No sé qué ha podido ocurrir en la impresión del volumen, pero muchísimos ejemplares de la tirada han salido muy mal (he visto muchísimas imágenes en redes y muchas amigas mías me han confirmado que tienen fatal sus ejemplares). La impresión no es nítida en todas las páginas, hay viñetas borrosas, saturadas de tinta y hay bocadillos que, debido a ese emborronamiento y saturación de tinta, casi ni se pueden leer. Mi ejemplar no se libra de que haya en cada una de las páginas alguna parte de la misma mal impresa. Y esa mala impresión hizo que me mareara y que lo pasara bastante mal leyendo en algunos puntos, forzando la vista (la cual no la tengo bien que digamos) y no pude gozar del precioso arte de Anashin como su obra merece. Espero que el siguiente volumen se cuide mejor y se hagan más pruebas de impresión y controles de calidad para que esto no ocurra de nuevo, ya que Una historia de almas gemelas me parece una obraza muy buena que muchísimas personas que gustan de romances adultos, pero con las dinámicas propias de la demografía juvenil del shojo dentro del género romántico.
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