viernes, 11 de diciembre de 2020

Reseña: Piscis pesca a Tauro de Anyta Sunday

 "Si logro que un hombre com tú se ría conmigo y no de mí, tendré esperanza de que cuando tire la caña, como tú dices, pueda pescar a mi amor verdadero".


FICHA TÉCNICA

- Título original: Pisces hooks taurus
- Autora: Anyta Sunday
- Signos de amor #4
- LGBT, romance, gay, comedia, slice of life, drama
- Traducción: Virginia Cavanillas
- Corrección: Pilar Medrano
- Páginas: 350  
- Precio: Ebook =4'99€ (gratis en Kindle Unlimited)
- Ya a la venta en ebook en Amazon

  • Link página de la autora: 
  • Link página de Virginia Cavanillas: 

Gracias a Virginia por la advance copy


SINOPSIS:

Piscis pesca a Tauro. Pero todavía no se ha dado cuenta.

Zane Penn, un piscis romántico y creativo, tiene su vida planeada al dedillo: tendrá una primera cita perfecta, se enamorará, se casará y vivirá su felices para siempre. Y todo esto lo hará antes de que le caduque su visado.
Beckett Fisher, un tauro paciente y con los pies en la tierra, no cree en el amor a primera vista. Ni en los finales felices. Y, según parece, tampoco cree en el plan maestro de Zane.
Pues de eso nada. Ha llegado el momento de enseñarle al guapísimo y magnífico profesor que esas cosas sí pasan. Ha llegado el momento de mostrarle que puede tener un alma gemela, un amigo del alma…
… Ha llegado el momento de preguntarse por qué esto parece mucho más que una amistad.
El soñador de piscis necesitará a un tauro fiel y leal para poner nombre a esos sentimientos nuevos y desconocidos.

Piscis pesca a Tauro es el cuarto libro de los Signos de amor. Un romance gay chico-chico entre dos polos opuestos, en el que hay matrimonios de conveniencia, diferencia de edad y un amor que se cuece a fuego lento. Una historia New Adult, friends-to-lovers (de amigos a amantes) con un final feliz de lo más dulce.

Todos los libros de la serie Signos de amor son autoconclusivos y pueden leerse de forma independiente.


OPINIÓN PERSONAL:

Hay autores para todo y de todos los gustos. Hay autores que te trasmiten miedo, tristeza, rabia, ira... Y otros que te calientan el corazón con paz, amor, alegría y esperanza. Esto último es lo que siempre logra Anyta Sunday con su saga Signos de amor y, más que nunca con Piscis pesca a Tauro. 

Zane es un chico de veintitrés años que busca el amor, aquel que te hace tambalear a primera vista, ese que sabes que es para toda la vida. Ah, sí, y también quiere casarse con ese amor duradero hasta que la muerte los separe, porque le queda unas semanas para que le caduque el visado en Estados Unidos y deba regresar a Nueva Zelanda. A pesar de su positivismo, Zane no está teniendo mucha suerte y, para más inri, debe abandonar la casa en la que se está. Con lo puesto, y desesperado con conseguir un lugar donde quedarse a pasar la noche, Zane logra contactar con Becky, una "amiga" de Anne, su cuñada. ¿Cuál es la sorpresa de Zane? Que Becky es Beckett, un guapísimo profesor de ojos azules ingenioso y perfecto, pero con el corazón roto.  ¿Podrá Zane encontrar el amor y conseguir casarse antes de que deba marcharse? ¿podrá ayudar al toro herido y demostrarle que existe el amor a primer contacto? ¿Hacia donde los llevara ese supuesto bromance?

Siguiendo la línea de humor y romance - mezclada con una dosis justa de drama -  de las entregas anteriores, Anyta nos vuelve a contar, con esa prosa tan sencilla y cautivadora que tiene, una historia de amor desinteresado, de ese amor romántico pasteloso y cursi que te dibuja una sonrisa de oreja a oreja y hace que creas que, sí, que el amor es algo bonito y que merece la pena cuando encuentras a la persona adecuada. 

Piscis pesca a Tauro no es un libro donde se vaya a sufrir, todo lo contrario. Piscis pesca a Tauro es una historia divertida que arranca sonrisas y carcajadas al lector gracias a Zane. Soñador, buenazo y muy creativo, nuestro piscis es un chico sensible y muy simpático que quiere encontrar el amor y que sueña con él al más puro estilo cuento de hadas. Por otro lado tenemos a Beckett, un tauro herido de muerte que no quiere volver a enamorarse después de haber sufrido la más grande de las traiciones. Desde que ambos personajes se encuentran e interactúan, la química entre ellos es evidente (independientemente del age gap entre ellos, que es un plus) y no tarda en haber una dinámica muy divertida entre ambos como buen slow burn

Algo que me gusta destacar siempre de Anyta es su gran capacidad de mezclar drama con comedia y que no desentone ni quede algo forzado. El drama no deja de ser menos drama, pero con esa mezcla de humor y de positivismo (en algunos momentos, en otros la cosa es más seria) hace que todas las situaciones más conflictivas sean mucho más llevaderas para el lector. A su vez, otra gran característica de sus obras es lo bien caracterizados que están sus personajes y lo claras que son sus motivaciones. No hay dudas de quienes tienen buenas intenciones y de quienes tiene unas malas, ubicando siempre al lector y no crear confusiones. 

En Piscis pesca a Tauro nuestros protagonistas son entrañables. Tanto Zane como Beckett son amor puro, a pesar de las cosas que han tenido que vivir. No guardan rencor a la vida por los malos momentos y las dificultades que han protagonizado, no son personas egoístas... Son seres de luz que, a lo largo de las páginas, quieres que sean felices. Se agradece también que Anyta no se olvide de los personajes de las entregas anteriores, estando todas interconectadas de una forma o de otra. 

No olvidemos tampoco que Signos de amor no es solamente una saga sin pretensiones, sino que es una en la que se representa parte del colectivo LGBT de forma respetuosa, normalizando la sexualidad no heteronormativa y, también, dando un mensaje positivo y lleno de luz. De calidez. De esperanza. De amor. 

Y la traducción de Virginia es magistral. 

Aunque la prosa de Anyta parezca simple, en la practica no lo es tanto. Piscis pesca a Tauro esta lleno de juegos de palabras y de diálogos llenos de ingenio (además de humor) en los que Vir a hecho una labor titánica para traducirlos a nuestro idioma, manteniendo el significado original que tenía en inglés. Y le ha quedado de fábula, bien adaptados a nuestra jerga y, a su vez, manteniendo coherencia interna con la historia y con lo que diría el personaje. No podemos olvidar que cada uno tiene su personalidad y su forma de hablar y hay que tener en cuenta si diría esto o aquello. Mis más sincera enhorabuena por el gran trabajo que ha hecho y por la gran calidad que le da a la traducción para que sea lo más perfecta posible. 

En definitiva, Piscis pesca a Tauro es una novela divertida y muy muy romántica, llena de esos clichés bonitos de los que no debemos ni queremos cansarnos de leer. También es una historia con un erotismo sensual que corta la respiración y llena de momentazos y de frases que se graban a fuego. Una buenísima apuesta de lectura para un año 2020 muy complicado que se acaba o como lectura en cualquier momento y lugar de nuestras vidas.  



lunes, 7 de diciembre de 2020

Reseña: Hundara, la rebelde de Miguel Ángel Naharro

"Lo prometo, padre. Moriré antes de dejar que posen sus apestosas manos en el Nyobe"


FICHA TÉCNICA 

- Título
: Hundara, la rebelde
- Autor: Miguel Ángel Naharro
- Editorial: Unrated Comics
- Colección: Unrated Books
- Espada y brujería, aventuras
- Páginas: 100
- Precio: 8'95€
- Ya a la venta en librerías en papel y en ebook

Gracias al autor por la copia en digital.


SINOPSIS

Adéntrate con Hundara en un mundo de magia, misterio y mitología celta: Con la presencia de dioses que caminan entre los hombres, pictos, druidas, magia oscura y arcana, armas encantadas, demonios tenebrosos y razas pre-humanas que se creían extinguidas… Batallas épicas, mucha sangre y acero.

Ambientada en la Britania ocupada por las legiones del Imperio Romano, donde se libra una incesante lucha entre este y los clanes de tribus hostiles que viven en las islas.

Hundara emprende un viaje de venganza y sangre, donde se verá envuelta con los romanos, sedientos de poder y ambición, buscando despertar poderes que llevan dormidos en esas tierras inhóspitas desde hace tiempos inmemoriables.

¿Podrá la salvaje e intrépida guerrera britana enfrentarse a una aventura como esta y salir triunfante?

Una historia de espada y brujería, repleta de acción, aventuras y oscuros secretos.


OPINIÓN PERSONAL

No soy de leer novelas de espada y brujería, y eso que no deja de ser un subgénero de la fantasía, mi género favorit por excelencia. Aún así, tenía ganas de leer la historia de Hundara, una joven brigante que deberá enfrentarse a toda una serie de peligros al ser la elegida para salvar al mundo del mal que se esconde en las profundidades de la tierra.  

En tiempos del Imperio romano, Hundara, una joven britana no se imagina lo que le depara el destino. Hija del jefe de los brigantes, Morvan, la muchacha es testigo de una de las peores traiciones por el legado romano, Caius Priscus; perdiéndolo todo en una sola noche. El legado pretendía hacerse con el Nyobe, una joya dada a los antepasados de Hundara para luchar contra los Fomorés, enemigos ancestrales de los humanos. Gracias al Nyobe se puede abrir la puerta hacia el otro mundo donde reside el Rey Balor, el más poderoso de los Fomorés y el Nyobe es lo único capaz de controlar al poderoso cíclope. Hundara es la elegida para evitar el desastre y, en medio del caos y de persecuciones enemigas, deberá hallar la espada Orna, la única con la que la muchacha podrá derrotar a Balor y evitar que el mal se extienda por la tierra. ¿Podrá la joven britana cumplir con su destino o logrará el legado hacerse con un poder inimaginable que puede acabar con el mundo?

Hundara, la rebelde es una novela corta muy dinámica ante su corta extensión y por las numerosas batallas que la protagonista debe enfrentar en cada episodio antes de enfrentarse al desafío final y cumplir con el papel que le han dado su diosa. En pocas palabras, esta novela corta está cargada de acción y de luchas sin treguas descritas con todo lujo de detalles. Y también de ciertos clichés tanto del género como de indole más histórica (en el sentido más popular del término). Esto último es lo que más me hacía chirriar mientras leía y me sacaba de la lectura.  Hundara, la rebelde no pretende ser una novela histórica (no dejamos de estar ante una novela de fantasía) y el espacio y el tiempo solamente son los escenarios donde ocurren los hechos, pero mi formación profesional hace que haya libros que ya no pueda disfrutar igual y me ponga en modo historiadora on. 

Dejando eso de lado (algo personal), he disfrutado bastante de las peripecias de Hundara. Aunque el plot no me ha parecido muy innovador, sino algo ya visto y leído, no deja de ser interesante si se narra de forma que el lector mantega la atención. Eso Miguel Ángel lo consigue gracias a la carga de acción y la forma de narrar los frenéticos combates que son muy visuales en la mente de quien está leyendo, haciendo que Hundara, la rebelde vaya más allá del papel y se haga más palpable y real. Sobre todo en la batalla final, bastante épica y muy espectacular. 

En conclusión, creo que este libro es un buen inicio de saga (el final del mismo y el encabezado de la portada de la obra no deja dudas de que habrá más partes), que cumple con entretener al lector, que te hace desconectar y evadirte del aburrimiento en cualquier momento y lugar. Para los amantes de la espada y brujería será una muy buena lectura y, para quienes les guste la fantasía, seguramente que las aventuras de Hundara no les serán indiferentes. 
 


jueves, 26 de noviembre de 2020

Reseña: La flor y la muerte de Iria G. Parente y Selene M. Pascual

 "Odio pensar en todo lo que se quedó atrás, en todo lo que nunca vamos a poder recuperar."



FICHA TÉCNICA

- Título: La flor y la muerte
- Autoras: Iria G. Parente y Selene M. Pascual
- Editorial: Nocturna Ediciones
- Ilustraciones: Xènia Ferrer
- Primer libro de la Saga Olympus
-Ciencia ficción, mitología griega, romance, LGBTI, comedia, drama
- Páginas: 632
- Ya a la venta
-Pincha aquí para poder leer los primeros episodios 


SINOPSIS

Marte, 2628. Olympus es una gran corporación que se extiende por la galaxia y divide a la sociedad en trece Servicios basados en las funciones de los antiguos dioses olímpicos.

Asha es una hades y lleva toda la vida rodeada de muerte.
Ianthe es una deméter y lleva toda la vida enraizada en la soledad.

Cuando ambas entran en la Akademeia, ya saben lo que les espera: tres años de internamiento y la Odisea, la prueba por grupos donde se elige a los mejores candidatos para liderar los Servicios. Pero la competición es dura y hay mucho en juego.

El poder lo conseguirá quien esté dispuesto a todo por Olympus.

La flor y la muerte da comienzo a la serie de Olympus (de las autoras de Sueños de piedra, Antihéroes y El orgullo del dragón), compuesta por novelas de ciencia ficción independientes e inspiradas en los mitos griegos.


OPINIÓN PERSONAL

Para aquellas personas que habéis leído mis reseñas en el blog, o las que me seguís por redes sociales, sabéis que soy una fan acérrima de Iria y Selene. A falta de comprar y leer Alma y los siete monstruos, he leído todos los libros que este magnífico duo de autoras ha sacado al mercado nacional. Este año, además, el proceso de escritura de La flor y la muerte fue compartido más asiduamente por redes, por parte de las autoras, a causa de la pandemia que sufrimos en el mundo desde marzo (siendo llamado Proyecto Olympus por aquel entonces), cosa que hizo que yo - y más gente - estuviéramos muy expectantes ante lo que sería un futuro libro que poder disfrutar. Este hecho, y el saber que la novela se basaría en la mitología griega, hizo que las ganas de leer La flor y la muerte fueran aumentando en mi interior. Ya todo el hype estalló cuando se dio a conocer tanto el título, la portada y la sinopsis de la obra. 

¿De qué trata entonces el Proyecto Olympus? ¿En qué universo futurista aterrizamos nada más abrir La flor y la muerte?

La humanidad tal y como la conocemos no existen ya. La Tierra es un planeta abandonado y explotado hasta la saciedad, nada queda ya allí. Ni siquiera la humanidad. Ésta, habitando Marte, vive allí bajo los auspicios de la Corporación Olympus y un sistema social dividido en doce Servicios. Dichos Servicios corresponden a los doce dioses más importantes y conocidos de la mitología griega: Zeus, Hera, Poseidón, Hades, Deméter, Atenea, Hefesto, Afrodita, Apolo, Artemisa, Hermes y Dioniso. Cada Servicio tiene una especialidad, también asociada a los atributos que su homónimo tenía dentro de los mitos. Así, el Servicio de Zeus es quien gobierna, Hera se encarga de los nacimientos, Apolo de la medicina, Deméter de los ecosistemas y Hades de la muerte.  



En este mundo, Ianthe decide entrar en la Akademeia para demostrarle a su madre que puede salir al exterior y enfrentarse al mundo. Protegida siempre por Deméter, siendo una Hija y la próxima  que heredará el puesto de su madre como Jefe de su Servicio, piensa que la Akademeia le dará la oportunidad que está buscando. Pero no esperaba que, nada más llegar, se encontraría con uno de los recuerdos de su infancia más bochornoso en su primer día. 

Por su parte, Asha no ha tenido una vida fácil al pertenecer al Servicio de Hades. Rodeada de muerte y considerada una apestada por los demás, su paso por el instituto fue un calvario. Ahora, Asha quiere demostrar lo que vale y será en la Akademeia donde podrá hacerlo y conseguir ser respetada al igual que su Servicio. Sabe que será difícil, pero como Hija y futura Hades debe hacerlo y lo hará. Las cosas parecen complicarse cuando se topa con unos ojos demasiado verdes, tan verdes que no los ha visto en otro lugar salvo en el rostro de la chica que ahora la mira, aquella que le gritó en la cara cuando se toparon en una fiesta con solo ocho años. ¡La misma deméter con la que debe compartir habitación! Y, para más inri, resulta que la deméter es amiga de la peor enemiga de Asha: Minna, una apolo que le lleva haciendo la vida imposible desde el instituto. El consuelo de Asha es que su mejor amigo Aden está a su lado. Tampoco está mal que esté el afrodita Armand.


Aden y Asha han sido inseparables desde el instituto y el Hijo de Hefesto sabe lo importante que es para su mejor amiga estar en la Akademeia. Por eso quiere ayudarla para que consiga su sueños y demostrar lo que vale. Él, a su vez, sabe cuál es su lugar en el sistema y lo que se espera de él como siguiente Hefesto. Lo que no estaba en sus planes es que la aparición de Oscar, un poseidón con una sempiterna sonrisa en sus labios, desmontara pieza a pieza lo que tan claro tenía. Porque nada es lo que parece y, una vez desemmascarada la realidad, ya nada podrá volver a ser igual. 


Narrado en primera persona desde los puntos de vista de Ianthe, Asha y Aden, La flor y la muerte nos traslada a un mundo futurista gobernado por un sistema capitalista e imperialista, pero con los mitos griegos com referente y reinventados para contar, con una visión moderna, el mito concreto de Hades y Perséfone. Con muchas referencias a diversos mitos griegos y personajes heroicos (que se introducen con acierto y sin que queden forzados), la trama nos presenta a tres Hijos de sus respectivos Servicios, aquellos que deberán ser los siguientes Jefes y heredar el nombre de Deméter, Hades y Hefesto. Como suele ser habitual en los libros de Iria y Selene, la trama trascurre alrededor de las decisiones y descubrimientos de los personajes, primando siempre la psicología de éstos y las causas y las consecuencias de sus acciones. Esto hace que sea más importante el desarrollo y la evolución de los protagonistas (y secundarios) más que el propio mundo de Olympus. 

Pero, aun así, este futuro que se nos dibuja en La flor y la muerte es muy rico e interesante sin necesidad de grandes explicaciones. Este hecho no solo hace que la narrativa sea más natural y fluida, sino que también otorga más realismo ante los narradores. Ellos llevan desde la cuna conociendo su sistema, si comenzaran a vomitarlo como cotorras cada pormenor sería algo, no solo irreal, sino muy pesado para el lector y un entorpecimiento para la trama. Lo que se explica es más que suficiente. También añadir que, tal y como las propias autores han comentado, al ser Olympus una saga, pueden seguir explorando este mundo en las siguientes novelas. El Universo es muy grande, por ende el universo de Olympus no puede ser menos. 

Porque Olympues tiene pinta de dar para mucho, porque La flor y la muerte no deja de ser un inicio, un principio de saga donde empieza y acaba una historia; siendo un libro que se puede leer por separado de los que seguirán, del mismo modo que la Saga Marabilia. La historia de Ianthe, Asha y Aden comienza y acaba aquí. 

Aunque Iria y Selene no buscan en esta saga una ciencia ficción pura y dura (como bien dicen en los agradecimientos de la novela), encontramos elementos típicos del genero. Tenemos combates, naves estelares, viajes espaciales... Y, sobre todo, mensajes reivindicativos, critica social y el valor de la amistad y de la familia que cada uno se forja. 

Y esa crítica que se percibe en las páginas es una muy actual: la deshumanización del individuo siendo tratado como un simple elemento económico, la competitividad entre personas para generar más individualismo que colectivismo, la obligación de ser mejor siempre por el bien del sistema, la obediencia ciega al sistema y a los de arriba... Pero también hallamos mensajes positivos y esperanzadores: el no rendirse, el luchar por las causas que consideramos justas, ayudar a los demás... Así como personajes no heteronormativos (además todo normalizado, ya puestos a inventar un futuro de humanos distintos, qué menos que mostrar una normalidad en la sexualidad de cada uno) y otras cosas que no diré por evitar spoilers de la trama. 

La edición de Nocturna es muy bonita (como viene siendo la tónica desde que descubrí a esta editorial hace años): con elementos tanto más de ciencia ficción con mezcla de elementos más mitológicos. En los encabezados de capítulo, tenemos una pequeña ilustración del personaje que va a narrar y, al final de todo, una galería de ilustraciones de los personajes más relevantes de la historia dibujados por Xènia Ferrer. 

En definitiva, estamos ante una nueva aventura al más puro estilo Seliria, un inicio de saga que apunta maneras y que, gracias a la integración de la mitología griega, reinventa las historias galácticas y futuristas de naves espaciales y luchas con pistolas láseres. 





viernes, 9 de octubre de 2020

Primeras impresiones: Mi lindo Minino de Haruko Kumota

 "Ojalá hubiera venido mucho antes para estar contigo"


FICHA TÉCNICA 

- Título original: Itoshi no nekokke
- Autora: Haruko Kumota
- Editorial: Ediciones Tomodomo
- Serie abierta de 7 tomos
- Boy's love,  romance, costumbrista, humor, erótico
- Traducción: Ana María Caro
- Precio: 8€
- Ya a la venta
- Leer capítulo 1


SINOPSIS:

Este BL coral es la obra más querida de Haruko Kumota. Una dulce y picante comedia romántica que te robará el corazón.
 
 Kei llega a Tokio desde Hokkaidô para mudarse con su novio, Misaburô, un joven abiertamente gay del que lleva separado seis años. Lo que Kei no sabe es que su chico ahora se gana el pan escribiendo relatos pornográficos. Además, no vive solo, sino que comparte pensión con una divorciada que trabaja como chica de alterne, su hijo pequeño, una vedette transgénero, un eterno universitario dado a la vida bohemia y un puñado de gatos. En esa jaula de grillos, Kei intentará hacerse a su vida en la gran ciudad, a los amigos que Misaburô ha conocido en el ambiente y, sobre todo, a la idea de que la relación entre ambos va en serio. Y es que, en el fondo, se muere por ir más allá de los tímidos besos que habían compartido en el instituto…

OPINIÓN: 

No me voy a andar con rodeos: estaba deseando como agua de mayo la salida de este primer volumen del manga Mi lindo minino. Desde que se anunció en el Manga BCN de 2019 (para sorpresa y alegría de muchas de mis amigas y, también, de la persona que me descubrió esta joyita del boy's love) ha sido uno de los pocos títulos que más deseaba poder tener en papel en este 2020 tan "peculiar". Si bien la edición,  que después comentaré, tiene fallos, he disfrutado de lo lindo con las aventuras y desventuras de Kei y Mii, los protagonistas de esta dulce y alocada comedia romántica. 

Kei, oriundo de Otaru (Hokkaido), llega a Tokio para vivir con su novio, Mii. Ambos jóvenes de venticuatro años, se conocen desde que eran niños y han sido novios desde la distancia durante seis años. Ahora, después de todo ese tiempo, Kei llega a la pensión Matatabi para comenzar a vivir con su pareja. Lo que no se espera a su llegada es encontrarse con unos inquilinos tan variopintos: Ponko, una mujer tans; Yoko, una divorciada que tiene un hijo y que trabaja en la noche; Hiruma, el eterno estudiante universitario que sigue sin sacarse el grado o Hino, el editor de Mii que llega como perro por su casa para recoger los manuscritos del chico (que además de gestionar la pensión es escritor de novelas porno) y que es homófobo. 


Siendo Kei un elemento fuera de lugar en una casa de loco, el único "decente" por su trabajo asegurado y bien visto al ser oficinista y que no  parece ser un bueno para nada, deberá acostumbrarse a su nueva vida, a sus nuevos vecinos y a convivir con su novio. Kei y Mii, completamente opuestos, deberán comenzar a compartir su día a día, amoldarse el uno al otro y Kei a descubrir cosas que desconocía de Mii. Y es que seis años nunca pasan en balde. 

Con una premisa sencilla, pero llena de matices y de situaciones cómicas y no tan cómicas, Haruko Kumota nos presenta una historia de amor dulce, muy simpática y agradable de leer para contarnos la relación de dos amigos de la infancia que, al final, han terminado siendo pareja. A lo largo de Mi lindo minino  (titulado así por el pelo finito y gatuno de Kei) el lector acompaña a Kei y a Mii en el viaje que es su relación sentimental. Al haber pasado tantos años separados, su relación prácticamente no había despegado y es ahora, con la llegada de Kei a la capital nipona, donde deberán comenzar a desarrollar su relación amorosa. Pero su vida no será nada fácil a causa de los demás habitantes de la pensión o de los amigos de Mii. 

Con elementos y situaciones cómicas que le restan impacto o que ayudan al lector a poder afrontar según qué situaciones, Kumota comienza a desgranar la psicología de los personajes. Sus miedos, sus dudas sus temores... Porque Mii se come mucho la cabeza a causa de Kei al ser su novio heterosexual en un principio. Y Kei también se come mucho el tarro porque el Mii que tiene ante él no es el mismo que él conoció en Otaru. Y será gracias a todos los personajes secundarios que poco a poco van apareciendo que Kumota desencadena ciertas situaciones que permiten que Kei y Mii vayan hacia delante en el camino del amor. Aunque, ciertamente, debo reconocer que este es un manga que o lo amas o lo odias a causa de algunas situaciones controvertidas que aparecen en tomos posteriores. 



Algo que me gustaría comentar, y creo que no está de más, es que al leer un bl debemos tener en cuenta que este género no pretende reivindicar los derechos del colectivo LGBTIQ+ sino que es una marca y que un/a autor/a nos cuenta una historia donde prima el romance entre dos hombres. También debemos ser conscientes que la visión sobre el colectivo LGBTIQ+ o sus referencias no es igual en occidente que en oriente y que la sociedad japonesa es de un modo y la española (o cualquier otra occidental) de otro. Esos mismo puede provocar que algunas cosas en el bl chirríe, pero al ser un manga pensado y diseñado para japonesas (aunque también pueden leerlo japoneses, obviamente) y que el/la propio creador es de allí, solamente reflejan parte de su sociedad y de los comportamientos y discriminaciones que hay allí sobre los gays y demás personas del colectivo. 

¿Por qué lo digo? Por el bl en general y por  Mi lindo minino en particular puesto que, como ya os he avanzado, más adelante (aunque también en este tomo) hay momentos y frases bastante discriminatorias, pero que no dejan de reflejar una realidad y que Kumota lo añade, o bien para darle un toque cómico, o un toque más serio. Para mí, tal cual como se presenta esta historia no deja de trasmitirme una realidad. Esta puede ser más dulce (la relación amorosa de Kei y Mii) o más cruel (la discriminación de las personas no heteronormativas y los prejuicios sobre quienes no siguen la "norma"). 

Sobre la edición. Raro es que una edición de Tomodomo no sea casi de diez, pero la de Mi lindo minino cuenta con algunos problemas: unos evitables y otro no. Los motivos evitables: el mal guillotinado y algunos tomos mal encolados. Las viñetas no se han ajustado bien al papel y, al cortar, pues hay bocadillos cortados (bastantes) que, aunque te permite leer lo que dice el personaje porque falta únicamente una letra, es algo que molesta porque también corta bastante el dibujo y es una pena que haya sido en tooooda la tirada. En algunos tomos (no en el mío, pero sí el de una amiga) ha habido problemas con el encolados, despegándose un pliegue entero del tomo. Incluso con los capítulos repetidos o mal puestos. El motivo inevitable: los píxeles. Esto no es culpa de Tomodomo o de la imprenta, sino de los materiales japoneses. Kumota dibuja de forma tradicional y no digital así que, cuando la editorial escaneó las páginas, pues lo haría con un escáner de la II Guerra mundial o de marca blanca, haciendo que las líneas parezcan pintadas al Paint. Vamos que, después de investigar la edición digital japonesa, queda patente que en todos los tomos encontraremos ese pixelado, uno que no molesta en la lectura, aunque se nota, y que yo le he cogido cariño. El pelo de Kei no sería lo mismo sin esos píxeles. Además que el personal y bonito dibujo de Kumota no se ve afectado. 

Sobre la traducción: hay alguna de Ana María Caro que no me guste? No. Creo que es la traductora del país que más cuida el lenguaje de cada uno de los personajes de los mangas que traduce y que más varía a la hora de traducir una frase ya manida. Es decir, ella explota muy bien la riqueza del vocabulario castellano y lo integra a la perfección en Mi lindo minino, marcando así muy bien el carácter de los personajes a través de sus expresiones, algo sumamente importante que, muchas veces, se pierde cuando se traduce sin prestar demasiada atención a lo que un/a autor quiere trasmitir. 

En resumen: Mi lindo minino es una comedia romántica muy cuqui y divertida, pero que no es para todos los gustos por el uso cómico en según qué situaciones que pueden llegar a molestar a algunos lectores/as. A pesar de todo, yo os recomiendo que le deis una oportunidad porque Kei y Mii son dos personajes que trasmiten, no solo un amor que perdura en el tiempo y en la distancia, sino también la paz que te aporta pasar tu vida con la persona que amas a tu lado. 


 

 

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Primeras impresiones de "Nieve sobre los pinos" de Hidebu Takahashi

 "No te he traído ningún cadáver. Así que, a cambio, dejaré que tomes este cuerpo vivo otra vez."


FICHA TÉCNICA

- Título original: Yuki to Matsu
- Autor/a: Hidebu Takahashi
- Editorial: Milky Way Ediciones
- Serie de 3 tomos (Completa en Japón)
- Boy's  love, drama, época, romance
- Traducción: Judit Moreno (DARUMA Serveis Lingüistics)
- Periodicidad: bimestral
- Precio: 8'50€
- Ya a la venta


SINOPSIS:

Qué mirada más gélida... ¿Será que tu corazón sigue muerto? Yo te lo calentaré.”

Bajo la nieve que cae sin cesar, yace un joven al borde de la muerte, espada en mano. El médico Shôan lo encuentra por casualidad y le salva la vida. Sus destinos quedan enlazados a partir de ese instante, en el que ni siquiera conocen aún el nombre del otro.

¡He aquí la primera entrega de esta historia ambientada en el Japón antiguo y dibujada con un estilo único!


OPINIÓN: 

No quiero engañaros: he estado a punto de no comprar este manga. Y eso que, cuando fue anunciado en el Manga BCN del 2019, fue una de las licencias de la editorial que más me llamó la atención. Por qué, os preguntaréis, no quería hacerme con Nieve sobre los pinos. Pues porque se me atravesó el dibujo el día que decidí chafardear aprovechando mi suscripción en la plataforma Futekiya (lugar donde se puede leer bl en inglés online a través de una suscripción).  En el manga el dibujo es algo fundamental porque forma parte de la trama visual que el o la autor nos quiere contar a través de viñetas. Aún así, mi sexto sentido no dejaba de decirme que le diera una oportunidad, que siguiera el palpito. 

Suerte que lo hice.

Nieve sobre los pinos comienza una noche de invierno. La nieve cae y el medico Shôan, mientras busca cadáveres, encuentra a un hermoso joven con la garganta cortada tirado sobre la nieve. Shôan cura al joven a quien comienza a llamar Yiki (nieve en japonés) ante las reticencias del chico a decirle su nombre.  Después de cobrarse sus favores como doctor, Shôhan le pide a Yuki que le traiga algún cadáver ya que se dedica a hacer ungüents y demás con partes del cuerpo humano. En el momento en el que Yuki no cumple con la demanda de Shôan y vuelve a su lado, sus destinos quedan unidos para siempre. 


Con una narrativa fluida a través de un dibujo personal, elegante y que se funde perfectamente con el escenario elegido para contar esta historia, este primer tomo de Nieve sobre los pinos nos introduce a los dos protagonistas, Shôan y Yuki, y se va perfilando, a lo largo de los cuatro episodios que contiene, su relación al mismo tiempo que se nos da información a cuenta gotas, tanto de su psicología como del pasado de ambos. Aunque en este tomo el personaje más potente es Yuki, ya que todo lo que acontece gira a su alrededor; a su figura enigmática. Desde el inicio se nos abren mil preguntas sobre por qué Yuki estaba con la garganta abierta sobre la nieve y quién es el causante de esa herida.   

Pero es la soledad del alma, el miedo y el sufrimiento lo que este primer tomo me ha transmitido. Porque, conforme pasamos las páginas y vamos avanzando, el lector se percata de que ni la vida de Yuki ni la del doctor son fáciles. Y eso se acentúa, además, en la propia época en la que se ambienta la historia; escenario que permite darle un toque de más peligrosidad y oscuridad a la trama. Que nadie crea que entre las páginas de Nieve sobre los pinos va a encontrar un plot con contenido histórico del Japón de la Era Edô, porque se equivoca. La época, en este caso, simplemente es el escenario donde Hidebu Takahashi decide instalar la acción. 


En cada una de las páginas se respira la amargura de ambos personaje. De Yuki, sobretodo, quien no ha tenido una vida para nada fácil. Desde el inicio parece un ser inanimado, como un muñeco que se mueve por una especie de hálito vital que le permite moverse, pero que es más un cadáver que un ser vivo. Todo lo contrario que el doctor quien, a pesar de sus primeras intervenciones, es un personaje que trasmite luz y esperanza: un nuevo comienzo. Es inevitable que la vida de ambos se mezcle y se entreteja, como las dos hebras de dos ovillos de hilos diferentes que, juntas sobre un telar, crean un nuevo dibujo juntos.  

Un aspecto que me ha gustado mucho es la cotidianidad que hallamos en Nieve sobre los pinos. Takahashi integra a la trama principal subtramas que nos traslada al día a día de Yuki y Shôan, permitiendo que el lector consiga, además de empatizar con ellos, fundirse con el escenario y meterse de lleno en la historia. Sumergirse en ella. Tampoco es que sea muy difícil ya que el propio dibujo, con esas lineas sinuosas y donde predomina el negro y el blanco, llega a ser hipnótico. Y pensar que la primera vez no me gustó, ahora se me antoja no solamente muy expresivo, sino atractivo y en consonancia con la obra.

Nieve sobre los pinos es pues un manga con una trama adulta, algo oscura, donde el amor da lugar a segundas oportunidades, donde la casualidad y la suerte puede otorgar una nueva vida a aquellos que menos se lo esperan; a almas destrozadas que buscan un poco de cariño y una mano amiga que les dé calor. Para mí, a sido una grata lectura y que me ha dejado con muchas ganas de continuar el manga y de seguir conociendo a Yuki y Shôan. 


    
La recomiendo a aquellos lectores que disfrutan de mangas con tramas que tratan temas sensibles, impera el drama y donde sus personajes tiene sus claros y sus oscuros; su pasado, su dolor y donde la felicidad no es tan fácil de conseguir. 





miércoles, 12 de agosto de 2020

Reseña: Rock: mi roca de Anyta Sunday

 "Nuestra historia nunca se hundió. El ciento se la llevó y la mantuvo flotando sobre la superficie."

FICHA TÉCNICA 

- Título original: Rock
- Autora: Anyta Sunday
- Género: romance gay
- Traducción: Virginia Cavanillas
- Corrección: Pilar Medrano
- Páginas: 324
- Precio: e-book: gratis en kindle unlimited o 4'99€/ en papel 11'99€
- Disponible en Amazon
- Ya a la venta

(Gracias a Virginia Cavanillas por la advance copy)

Página de la autora: https://www.anytasunday.com/





SINOPSIS

Un romance gay M/M entre dos hermanastros: Cooper y Jace. Una historia de amor a fuego lento que sigue la vida de sus protagonistas desde la adolescencia hasta los veintitantos y nos hace testigos de cómo su amistad se transforma en amor.

~ ~ ~

Ígneo

Cuando sus padres se divorcian, Cooper se ve inmerso en una custodia compartida en la que le tocará vivir una semana con su madre y otra con su padre.
Pero es que no es solo con su padre con quien tiene que vivir. Porque con él está Lila: la otra. La mujer que hizo que la roca sólida sobre la que se asentaba su vida se desmoronara.
Y, por si fuera poco…, también está Jace: el hijo de Lila. Un engreído con los ojos de un azul que recuerda a escamas de pez recién vomitadas.
Lo único que quiere Cooper es que su familia vuelva a ser lo que era, pero algo en ese niño le dice que las cosas nunca volverán a ser como antes.

Sedimentario

Cooper se sigue resistiendo a aceptar la realidad de su nueva vida y su primer contacto con Jace es más bien rocoso; pero, una vez superado ese complicado inicio, los cientos de recuerdos compartidos hacen que se vaya creando algo nuevo entre ellos, una sólida… amistad.
Porque amistad es lo único que pueden tener. A pesar de no ser hermanos de verdad. De hecho, técnicamente, ni siquiera son hermanastros.

Metamórfico

¿Cómo evolucionará esa amistad ante las presiones de la vida?
¿Y qué pasa con las presiones del corazón?


OPINIÓN

Si Anyta Sunday ya era una de mis escritoras favoritas dentro del romance gay, con Rock no ha hecho más que reafirmarlo. No voy a negar que le tenía muchísimas ganas a este libro, sobre todo al saber que era completamente distinto al tono desenfadado y cómico que tiene su saga Signos de Amor. Porque en Rock no encontramos esos divertidos e hilarantes momentos de sus protagonistas, mezclados con un drama sutil para equilibrar la balanza. Rock es una novela intensa, una historia donde acompañamos a Cooper y vivimos, a su lado, todo lo que sufre, siente y padece desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez.

Esta historia cuenta cómo me enamoro.
Esta historia cuenta cómo mi hogar se rompe y vuelve a levantarse.
Esta historia cuenta cómo me convierto en una roca. 

De esta forma empieza Rock, la historia de Cooper y su familia. Porque el hogar que Cooper y su hermana Annie conocían se ha roto. Sus padres se han divorciado y, a partir de ahora, Cooper (de solo doce años) deberá pasar una semana con su madre y otra con su padre, quien ha dejado a su madre por otra mujer, Lila, quien dice ser el amor de su vida. Cooper, lleno de dolor, sin comprender por qué ha tenido que suceder eso, está enfadado. Mucho. Tanto que la primera vez que ve a Jace, el hijo de Lila, no puede evitar pegarle un balonazo en la cara. Porque odia que todo lo que había conocido hasta ese instante se haya hecho pedazos.

Con el paso de las semanas, a Coop no le queda otra que adaptarse a su nueva vida. Porque extraña a su padre, Lila no es tan mala como quiere hacerse creer y porque no puede quitarle los ojos de encima a Jace. Tampoco debe elegir un bando cuando ninguno de sus padres lo desea y han roto de mutuo acuerdo. 

No es fácil hablar de Rock. Porque hablar de Rock es hablar de Cooper. ¿Quién es Cooper, pues? Nuestro narrador en primera persona, un niño muy intenso que adora las piedras y las rocas y, para poder sacar todo lo que lleva dentro, necesita tener una piedra a mano donde imprimir sus recuerdos y vivencias si no quiere explotar. Porque ese es su único modo de canalizar todo lo que siente y poder seguir adelante. ¿Y quién es Jace? Ese chico de la misma edad que su hermana, el hijo de la novia de su padre, un engreído que lo mira como si se creyera superior a ellos y que se atreve a llamar "papá" a su padre cuando no lo es. Aunque puede que Coop se equivoque y Jace no sea tan malo. Y no lo es. Jace es divertido, no es egocéntrico a pesar de todo, sabe tocar el piano y canta fenomenal. Y Cooper y él se hacen amigos. Y Cooper empieza a pensar mucho en Jace y en mirarlo más de la cuenta. 

Con la delicadeza y la sencillez de la narrativa tan característica de Anyta Sunday, la autora nos sumerge en la historia de Cooper, permitiendo al lector acompañarlo a lo largo de su vida, viendo como, a través de las expresiones y de la propia narrativa, Coop va haciéndose mayor. Porque, simple y llanamente, Rock es la vida de Cooper. El lector no puede evitar ser uno con él y vivir con su intensidad todos los acontecimientos de su vida. Es espectacular ser testigos de cómo el personaje va madurando, cambiando y evolucionando a través de sus experiencias y vivencias. 

Dividida en tres partes y en capítulos cortos, la dinámica de la novela es muy ágil. Eso no solo facilita la lectura, sino que hace que la trama avance sin cesar, a un ritmo rápido -que no frenético- que sumerge más al lector en la lectura, sin sacarlo de ella en ningún momento. No hay una palabra de más o una de menos. Del mismo modo que los acontecimientos que se suceden o los personajes que aparecen. Todos son piezas fundamentales que tienen un sentido y una importancia en la vida de Cooper. 

Una de las cosas que más me gusta de Anyta es la capacidad que tiene para darle realismo ya no solo a sus historias, sino también a sus personajes. Todos y cada uno de ellos, ya sea más o menos secundario, estan bien definidos y caracterizados. Aunque lo que más me gusta es que casi todos ellos van evolucionando, porque Rock además de ser la historia personal de Coop, es la historia de Jace, de Annie y de la familia que van creando.  

Pero también es la historia de amor de Cooper. 

Amor no correspondido y amigos de la infancia, dos de mis tropos favoritos son el alma de Rock. 

Aunque Rock es mucho más que una historia de amor.

Rock son muchas cosas, son una vida entera, una que el lector debe ir descubriendo y viviendo por sí mismo. Porque este libro se mete muy adentro ya sea en el corazón, en el alma o como se quiera llamarlo. Rock es vivir, sufrir, amar, estar triste, sonreír, gritar, pegarse cabezazos y creer en el amor de verdad. En el amor que, sea como sea, es de los que son para siempre.  Por todo ello se va directo a la lista de mis libros favoritos del mundo mundial y mi mejor lectura del mes de agosto. 


PUNTUACIÓN: 5/5




sábado, 11 de abril de 2020

Reseña: Géminis se queda con Capricornio de Anyta Sunday

"Los Hidaka solemos enamorarnos de quien no debemos."


FICHA TÉCNICA

- Título original: Gemini Keeps Capricorn 
- Autora: Anyta Sunday
- Saga Signos de amor #3
- Género: romance gay, comedia
- Traducción: Virginia Cavanillas
- Corrección: Pilar Medrano
- Páginas: 329
- Precio: e-book: gratis en kindle unlimited o 4'99€
- Disponible en amazon
- Ya a la venta
- No disponible todavía en papel

(Gracias a Virginia Cavanillas por la advance copy).

Página de la autora: https://www.anytasunday.com/

SINOPSIS:

«A veces, un capricornio cabezota es más que suficiente para llevar a Wesley Hidaka a la locura.

Y es que a Wesley le encanta tontear con Lloyd Reynolds, el supervisor de su residencia universitaria. No puede evitarlo. Lloyd es un chico serio, decidido y con los pies en la tierra. Además, tiene la absurda manía de seguir las reglas al pie de la letra. Y, claro, a Wesley le encantaría que rompiera alguna de esas reglas; o, ya puestos, trescientas.

A veces, la mera sonrisa de un géminis es más que suficiente para que Lloyd tenga que ponerse serio y recordar a Wesley que las normas están ahí para cumplirlas.

Lo que, por supuesto, no evitará que Wesley vuelva a provocarle. Sin parar. Una y otra vez.
Pero corromper al inquebrantable Lloyd es casi imposible. Está tan lleno de principios… Pero también es el amigo perfecto cuando Wesley le necesita para interceder entre su hermano pequeño y el director de su antiguo colegio.

Y, a veces, una inofensiva mentira es más que suficiente para que Wesley y Lloyd acaben inmersos en un romance ficticio.

¿Qué se le va a hacer si en un primer momento a Wesley le pareció la más estupenda de las ideas? »

En Géminis se queda con Capricornio encontraréis una ración doble de protagonista despistado, con un buen rocanrol de acompañamiento, todo ello cocinado a fuego lento y con un felices para siempre como postre perfecto.

Puede leerse de forma independiente del resto de libros de la serie.


OPINIÓN:

Siempre es una gran alegría poder disfrutar de una novela nueva novela de Anyta Sunday, sobre todo cuando está traducida al español y simplemente te tienes que tumbar en el sofá, ponerte música de fondo, y disfrutar. En este caso, el estreno de la tercera entrega de la saga Signos de amor, Géminis se queda con capricornio, ha tenido una salida algo accidentada debido a la situación que estamos viviendo. Pero, aunque la pandemia del COVID19 ha impedido su salida en papel, la edición digital ha venido en el mejor momento para hacernos las delicias a los y las fans de la saga y de la homoerótica gay. 

Géminis se queda con capricornio nos cuenta la aventuras y desventuras de Wesley Hidaka, un joven géminis estudiante de Derecho que vive en la residencia Williamson. En dicha residencia, uno de los supervisores es Lloy Alexander Reynolds, un capricornio fanático de las reglas y que se encarga de los estudiantes de la tercera planta, donde está Wes. Lloyd es guapo e inteligente y a Wesley no le es indiferente, pero hay un problema: es capricornio. Y todo el mundo sabe (bueno, según el horóscopo), que géminis y capricornio están condenados al fracaso y que en la cama todo sería un horror. A pesar de eso, a Wesley le gusta molestar a Lloyd y tontear con él, sacarlo de quicio y esas cosas tan normales que hace la gente por aquellas personas con las que no quieren nada, ¿verdad? Pero, entonces, un problema le estalla a la cara a Wes y el chico deberá ayudar a su hermano pequeño para que cumpla su sueño. Lo que pasa es que Lloyd, sin quererlo ni beberlo, también está metido en el asunto y será entonces cuando una pequeña mentira se convierta en verdad. 

Al igual que en los dos libros anteriores, Géminis se queda con capricornio es una comedia romántica gay con una gran dosis de humor, pasión, drama sutil y grandes escenas sexuales de infarto. Narrado todo en tercera persona, el punto de vista de toda la novela es Wesley. A través de su poca vergüenza y desparpajo, Anyta nos sumerge en una historia amena, graciosa y que, como es habitual en ella, llena de personajes variopintos con una personalidad muy bien definida. Porque los secundarios son pilares importantes en Géminis se queda con capricornio, ya que no es oro todo lo que reluce. Además de la trama principal concerniente a Wes y Lloyd, tenemos una secundaria que es el detonante de la principal y que está relacionada con Caleb Hidaka, el hermano menor de Wes que, a su vez, nos entronca con el pasado de Wesley. 

Hablemos un poco de los dos protagonistas, ya que Géminis se queda con capricornio (igual que los dos libros anteriores de la saga) es una novela que se centra en la psicología y en la vida de los personajes que, con sus acciones, mueven la trama en vez de que la trama los mueva a ellos a actuar. Es más, creo que en Géminis se queda con capricornio es muy importante tener en cuenta sus personalidades para sacarle todo el jugo a la novela. Wesley es un chaval alegre. Amigo de sus amigos, amante del rock and roll, se pasa un poco por el forro las reglas y que tiene dos únicos fallos: que no sabe guardar un secreto y que no se empana de nada. Y con esto quiero decir que NO se empana de nada hasta muuuuy avanzada la novela. Llega a tales niveles que es exasperante; tanto que te dan ganas de tirarle de las orejas. Pero luego ves que tiene buen fondo, que es incluso bastante ingenuo y que, en verdad, lo ha pasado bastante mal en la vida por mucho que quiera mirarla con una sonrisa en los labios. Por su parte, Lloyd es todo lo contrario. Serio, formal y gruñón, se toma muy enserio su trabajo de supervisor y, a pesar de ser estricto, cuida mucho de los residentes a su cargo. Su gran virtud es la santa paciencia que tiene con todos, sobre todo con Wesley. Y cuando digo SANTA es en mayúsculas. Si hay una definición para perfección esa es Lloyd Raynolds.   

A partir de dos personalidades tan dispares, Anyta Sunday es capaz de crear a un tandem perfecto que se complementa muy bien. De algo que, de primeras, parece imposible, ella lo hace con gracia, naturalidad y que parece hasta sencillo. 

Otro aspecto que me gustaría recalcar es la esperanza que transmite Géminis se queda con capricornio. Como ya he dicho, en esta novela, a pesar de que predomine la comedia, contiene drama. Uno que Anyta Sunday presenta de forma muy sutil, como si fuera algo natural, la vida misma, vamos. Cosas que nos suceden a todos los mortales. Pero ella es capaz de intergrarlo de tal forma que el drama no entra en conflicto con el lector ni  con el espíritu de la novela, dosificándolo para que no desaparezca el sentimiento de buen rollo y de esperanza. Porque, aunque nos pase algo malo, no hay que perder la esperanza. Todo tiene arreglo, parece gritar Anyta a través de Wesley y Lloyd. Los malos momentos no son eternos y, además, siempre tendremos a alguien a nuestro lado cuando esos malos momentos nos quieran arrollar. 

Mis más sincera enhorabuena a Virginia Cavanillas por la traducción tan maravillosa de Géminis se queda con capricornio. Los dobles sentidos y los diálogos ingeniosos son marca de la casa de Anyta Sunday, y ella ha hecho un grandísimo trabajo adaptándolo a nuestro idioma (sobre todo lo del té). 

En conclusión, Géminis se queda con capricornio es una de esas novelas de amor entre contrarios que se forjan a fuego lento, con diálogos ingeniosos y una tensión sexual no resuelta de infarto. Infarto que estalla en el momento en que dicha tensión sexual se resuelve. Una novela llena de esperanza, de momentos desternillantes y que nos trasladarán al mundo de Wes y Lloyd.

PUNTUACIÓN: 4'5/5 




domingo, 23 de febrero de 2020

Relato: Alfa, seducción peligrosa

Hola a todes, 
Hoy os traigo un nuevo relato que, una vez más no ha sido elegido para una antología sobre vampiros. Espero que os guste. 




ALFA
Seducción peligrosa


El sonido de la música era ensordecedor, tanto que fruncí el ceño en vez de hacer lo que en realidad quería: taparme los oídos. O salir de allí. Porque, la verdad, odiaba tener que poner el pie en un lugar como aquel: lleno de humanos borrachos.

Lleno de lobos. 

Podía sentir su olor húmedo y almizcleño, animal, con demasiada claridad. Me dieron arcadas y tragué saliva. No había en el mundo un olor peor que el de un lobo (y no, no siento desilusionaros si creíais que el olor que más odia un vampiro es el ajo), y más si era el olor conjunto de más de uno. Me obligué a oler en más profundidad y a separar los distintos olores para poder identificar cuántos lobos había en la discoteca y discerní ocho de ellos. 

Me volví hacia los miembros de mi aquelarre. A diferencia de los lobos, nosotros solo éramos seis, pero nos las bastaríamos para poder solucionar las cosas. 

Caminando a la cabeza de mi grupo, como el líder que era, me abrí paso entre la muchedumbre de sudorosos humanos que bailaban, como si no hubiera un mañana, bajo las luces multicolores de los focos que iluminaban el interior de la discoteca subterránea. Algunos de ellos se nos acercaron con ademán de buscar pasar un buen rato con nosotros, pero una mirada de Vladimir bastó para que los incautos se lo pensaran mejor. No habíamos venido a pasar un rato de diversión, para tener sexo y, si el humano consentía, sangre, sino a encarar a una panda de lobos que estaban donde no deberían estar.   

Sentados en un reservado, rodeados de humanos de ambos sexos, los lobos reían y bebían mientras algunos de ellos magreaban a los humanos que les habían llamado la atención. Mi aquelarre y yo nos detuvimos a unos pasos de los sofás donde estaban sentados y de la mesa baja de cristal donde había una buena multitud de jarras de cervezas y platos con diferentes snacks. 

Alcé el rostro unos centímetros para contemplarlos más por encima de mí de lo que ya lo estaban por estar yo en pie y ellos sentados. Los miré uno a uno y me quedé helado cuando me percaté de dos cosas. La primera: no había ocho lobos sino nueve. La segunda: el lobo que no había identificado en un principio no olía como los demás. 

Fue precisamente ese lobo, que estaba sentado en una esquina y más alejado del resto, el primero en alzar la vista y mirarme. Cuando sus ojos conectaron con los míos, una descarga eléctrica me recorrió de pies a cabeza y tragué saliva. Un extraño olor inundó mis fosas nasales, uno que parecía querer subyugarme y robarme la facultad de poder actuar libremente. ¿Cómo podía ser eso posible?

― Misha ― me susurró Rena colocándose a mi lado. Sentir su fragancia y su frío corporal me ayudó a aislar aquel olor que no solamente era extraño, sino también peligroso.
Demasiado.  

Mi aquelarre se desplegó y rodeó el lugar donde estaban los lobos que, al fin, se dieron por aludidos y se dignaron a dejar de comportarse como unos barbaros para prestarnos atención. 

― Vaya, vaya ―dijo uno de ellos que apartó al humano que le estaba lamiendo el cuello ―, mirad qué tenemos aquí. Ya decía yo que olía a niños pijos.

― A finolis ― continuó otro que soltó seguidamente una carcajada que corearon los demás lobos menos el que no dejaba de mirarme. Y eso me estaba poniendo muy nervioso. Tanto que me estaba costando casi la existencia no lanzarme sobre él y arrancarle los ojos de las cuencas.    

― No habríamos venido si vosotros no hubierais puesto un pie en nuestro territorio ― les respondió Dimitri con los brazos cruzados en una postura que, aunque parecía relajada, era totalmente ofensiva. 
El lobo que había hablado primero se levantó para encararse con Dimitri. Mucho más alto que nosotros, lo lobos solían medir de media unos dos metros y este los sobrepasaba, pues Dima medía un metro noventa y aquel le sacaba más de una cabeza y media. Corpulencia, ferocidad y músculos gruesos contra elegancia, esbeltez y letal velocidad.

― ¿Perdona? ¿Qué has dicho? ¿Territorio de quién? 

― De nuestro aquelarre. 

― ¿Este garito es vuestro comedero? Creí que los vampiros ya no atacabais a los humanos sin su consentimiento para dejarlos más secos que una ciruela pasa.

Antes de que Dimitri se lanzara contra el lobo, me adelanté y me coloqué entre ellos a la vez que alguien gruñó. Fue un gruñido bajo, pero lleno de autoridad. Me volví hacia el chico que estaba sentado en la esquina y que seguía mirándome fijamente. Si el lobo estuviera en su forma animal habría agachado las orejas y la cola, pero en su forma humana se limitó a bajó la cabeza y dio unos pasos hacia atrás. 

― Siento el comportamiento de Liam ―habló cruzando las piernas y acomodándose en el sofá para poder mirarme mejor. No. Lo hizo para que yo le viera mejor ―. Como macho alfa de mi manada, me disculpo.    

¿Alfa? ¿Manada? Así que esos lobos que se habían adentrado en la zona de influencia que controlábamos era una nueva manda. Pero era muy pequeña y sus integrantes muy jóvenes… Una luz se encendió en mi cerebro.

― Eres Glenn Linheart ―murmuré.

― Sí. Y tú Mikhail Morozov. 
  
Tragué saliva. Nunca habría imaginado que el lobo con el que los vampiros de mi clan habíamos hecho un pacto para colaborar, y poder solucionar la guerra ancestral entre vampiros y licántropos, fuera un lobo tan joven. Apenas un cachorro de unas veinti pocas primaveras.

― Ahora que ya sabes quién soy yo y quiénes son mis compañeros, espero que tengamos la fiesta en paz, vampiro ― dijo enfatizando mucho la palabra vampiro. 
¿La fiesta en paz? ¿Se estaba burlando de mí?

― Nadie me ha informado de que ibais a estar en mi territorio, lobo. 

Glenn se encogió de hombros. 

― Puede que se les haya pasado. También es cierto que llevamos un par de días aquí instalados. Pero tenemos todo el derecho a estarlo, ¿cierto, Misha?

Me dio un vuelco el corazón cuando pronunció el diminutivo de mi nombre y me mordí el labio inferior ante la oleada de sentimientos y sensaciones que comenzaron a recorrerme el cuerpo. De nuevo el olor ―su olor― se me metió en las fosas nasales y me sentí mareado. 

Me clavé las uñas en las palmas de la manos para recuperar la compostura, algo que estaba siendo sumamente difícil a causa de que esos ojos no dejaban de mirarme. Ojalá los Ancianos no hubieran prometido asilo y cobijo al hijo y heredero de una de las manadas de licántropos más poderosas. El lobo que era una de las piezas clave para acabar con las luchas y el derramamiento de sangre entre ambas especies después de nueve mil años.

Después de siglos y milenios de luchas, muchos vampiros y licántropos queríamos una paz duradera que nos permitiera vivir cada cual por su lado, sin tener que vigilar nuestras espaldas ni temer por nuestras vidas. Pero, como con todo, había otros muchos que no querían la paz sino la aniquilación total de la otra especie. 

Al igual que las distintas familias de licántropos se dividen en distintas manadas, los vampiros estamos divididos en clanes y cada clan en aquelarres. Los clanes están gobernados por los miembros más ancianos y los jefes de aquelarres se designan por sus capacidades de liderazgo. En mi caso, hacía más de doscientos años que era líder de un aquelarre formado por trece vampiros. 
El caso del lobo que tenía enfrente era distinto.  

Glenn Linheart no solamente era el hijo menor del actual jefe de la familia Linheart y el heredero legítimo, sino que había nacido fuera de la familia y su madre era humana. Por lo que sabía, el puesto se lo había ganado después de retar y combatir con todos sus hermanos mayores uno por uno. Cuando derrotó al último, logró convertirse en un alfa y, a su vez, la enemistad de la práctica totalidad de toda la familia Linheart. Aunque fue nombrado heredero, la presión dentro de la familia era tan grande que Glenn la abandonó junto a sus partidarios y formó una manda propia. Fue entonces cuando se presentó ante los Ancianos de mi clan e hicieron un tratado de colaboración y de no agresión para conseguir un fin común.   

― Creo que te estás extralimitando, Linheart.

Él alzó una ceja.

― ¿Extralimitando?

― Puede que mi clan y tú hayáis hecho un pacto, pero eso no quiere decir que puedas adentrarte en nuestro territorio como perro por su casa y adueñarte de nuestros locales.

― ¿Locales? ¿Adueñarme? ― ¿Eran imaginaciones mías o estaba muy a gusto con esta situación? ¿Era diversión lo que olía en ese aroma que no dejaba de atolondrarme los sentidos y de provocarme sensaciones desconocidas para mí? 

― Sí, locales. Esta zona retirada pertenece a mi territorio y, aunque nuestra influencia sea baja y dejemos hacer a los humanos su voluntad, no quita que sea mía. 

Una sonrisa de lado apareció en su rostro, llena de seguridad con la diversión estampada como colofón. Ese gesto hizo que me fijara más en él. Su fisonomía, a diferencia de los licántropos en general, no era tan tosca. Su mandíbula era más fina, menos robusta y bastante elegante, al igual que su nariz que era más pequeña que la de sus congéneres a causa de no ser un lobo de pura raza. Pero sus ojos, su pelo y su constitución ósea y muscular sí que eran los de un verdadero licántropo. 

Glenn se levantó del sofá, mostrándome su descomunal estatura en relación a la mía. Porque, aunque era más bajo que los ocho licántropos que se habían alzado a la vez que su alfa, yo no pasaba del metro setenta y el lobo mediría casi los dos metros. El corazón me dio un vuelco (sí, los vampiros tenemos un bonito corazón que nos bombea la sangre. ¿Cómo si no íbamos a poder vivir?) al sentir su cercanía y su olor con mucha más fuerza que antes. El calor descomunal que desprendía aquel cuerpo ataviado con una ajustada camiseta de manga corta, unos sencillos tejanos rajadas por las rodillas y unas zapatillas deportivas, se me antojó demasiado agradable. Qué tontería, ¿verdad? Las luces de la discoteca cambiaron y me permitieron ver destellos plateados en su cabello corto y otro dorado en sus iris de pupilas dobles. 

La tensión aumentó cuando el lobo alzó una mano hacia a mí. Tardé varios segundos en ser consciente de lo que ocurría a mi alrededor. La mano de Dima saltó a aferrar la muñeca de Linheart, pero Liam fue más rápido y atrapó la de Dimitri. Los ojos de mi amigo se posaron en los del lobo y Rena atrapó a su hermano antes de que éste se lanzara a atacar al lobo. 

― ¡Dimitri! ― exclamé recuperando la compostura ante el olor reconfortante de los míos ante el de Glenn.

― No te atrevas a tocarme ― le siseó Dima a Liam antes de volverse a Linheart ―. Y tú no te atrevas a acercarte a Mikhail. 

La cara de Liam se tornó tan roja por la rabia que hasta un humano podría verlo en la semioscuridad.

― Cómo dices, pijo de mier… 

Glenn volvió a soltar un gruñido bajo y Liam y los demás lobos, soltando gruñidos lastimeros, dieron un paso hacia atrás. 

― Siento mis maneras y la de los míos ― se disculpó sin dejar de mostrarse seguro y dueño de la situación. Sin miedo ante nada ni nadie y mucho menos de nosotros. De mí ―. Solamente quería mostrarme amistoso con Misha. 

Antes de que Dima dijera nada más me volví hacia él y mis compañeros.

― Basta, recordad que somos aliados. Y tú también ― apunté hacia Glenn ―. Si pretendes pasearte por aquí, deberías haberme mostrado tus respetos y haberme pedido permiso. 

― Tienes razón. No he sido muy cortés y lo siento. 

Asentí. Vaya, no me lo esperaba. Al parecer sí que se podía razonar con unas bestias bárbaras. 

― Bien ― asentí.

― Por ello me gustaría redimirme y disculparme como es debido. 

Antes de que fuera consciente de lo que acababa de decirme, Glenn me cogió de la muñeca y me arrastró hasta la pista de baile. Atónitos, tanto los lobos como mis compañeros caminaron unos pasos hasta la balaustrada de la zona de reservados en donde estábamos y observaron cómo Glenn me llevaba a donde quería sin esfuerzo y sin que yo opusiera resistencia alguna. 
Porque no podía.

No era solamente la sorpresa de su comportamiento, sino también ese maldito olor que cada vez se me antojaba más delicioso, más dulce y más irresistible.

El ensordecedor retumbar de la música recorrió todo mi cuerpo y un extraño calor se apoderó de mis miembros, algo completamente insólito en un vampiro, cuando Glenn me pegó a él y comenzó a bailar al son de la música. 

Sus manos, en mis caderas, marcaban el ritmo al igual que los movimientos sugerentes de su poderosa anatomía. Sus ojos, de nuevo, me miraban fijamente y yo, incapaz de apartarlos, me maravillé ante la belleza de sus brillantes pupilas. ¿Qué demonios te pasa, Misha? ¿Cómo es que estás a merced de un maldito lobo por muy aliado que fuera y por mucho que, por la razón que fuera, te estaba robando la razón?

Si quería jugar, yo también sabía cómo hacerlo.

Soltándome con facilidad del agarre de Glenn, y sin romper el contacto que tenía con su cuerpo ni el ritmo de la música, me di la vuelta y pegué mi espalda a su pecho al igual que mi trasero estaba a escasos centímetros de la parte delantera del lobo. Una que parecía estar demasiado contenta, acorde con su dueño. 

Y eso me hizo sonreír y pasarme la lengua por los labios. 

Con movimientos sensuales ahora era yo quien llevaba el control del baile, pero enseguida me percaté de que, ese control, me lo estaba cediendo él alegremente, disfrutando con mi predisposición a seguir ese peligroso juego de seducción que había comenzado en cuanto nuestras miradas se cruzaron y nuestros olores se mezclaron. 

Sus manos, más grandes que las mías, se colocaron en mis muslos, acariciándolos y tentando la zona de mi pelvis y mis glúteos. Solté un suspiro y el calor que me estaba haciendo arder, uno que había perdido cuando dejé de ser un neófito, estaba alcanzando una parte de mí que hacía años que no sentía ningún tipo de interés por nada ni por nadie.  

Quería que esas manos siguieran tocándome, que se colaran por debajo de mi ropa y que su labios, a escasos centímetros de mi cuello, besaran mi piel. Mi boca.

Me volví a girar. Sabía que no estaba pensando con claridad, sabía que me arrepentiría  en cuanto el olor de Glenn me dejara volver a ser el Mikhail racional de siempre. Pero, en aquel momento, quería que la boca de Glenn Linheart, un licántropo, mi enemigo natural, me besara y que su lengua se enredara con la mía. Quería… Quería probar el sabor de su sangre.  

Como si me estuviera leyendo el pensamiento, la boca de Glenn se acercó a la mía y allí se quedó. La miré unos segundos antes de mirarlo a los ojos donde leí que me estaba pidiendo permiso. ¿En serio? ¿No se suponía que los licántropos eran unos asesinos sin compasión, unos brutos que conseguían lo que querían a base de violencia? ¿Y no se suponía que los vampiros bebíamos sangre sin importarnos nada y que tratábamos a los humanos como simple ganado? Sí, puede que eso fuera seis mil años atrás, pero ahora bebíamos la sangre que nos vendían los humanos. Después de hacer la paz con ellos, y a través del avance tecnológico, habían nacido múltiples empresas en donde los humanos vendían un par de litros de sangre de forma segura y con muchos controles para que ninguno de ellos sufriera por su salud. Eran raras las ocasiones en las que bebíamos directamente de sus cuellos. Y esas raras ocasiones eran consentidas y durante encuentros sexuales.

De nuevo, como si supiera todo lo que se me estaba pasando por la mente, el lobo se inclinó más y sus labios atraparon los míos. Con suavidad primero y con más intensidad después, los labios de Glenn devoraron los míos y su lengua invadió deliciosamente mi boca mientras yo me dejaba arrastrar por su ardor dominante. Uno que, a pesar de todo, me dejaba una vía de escape por si quería alejarme. Solamente estando en mi sano juicio lo haría, y no lo estaba. 

Pegué mis caderas más a las de Glenn, profundizando más el beso, rodeándole el cuello con mis brazos para anclarme a la firmeza de aquel cuerpo duro y fuerte y no caerme. Porque todo yo temblaba de deseo y de algo que me estaba haciendo estallar el corazón. Quería su sangre. Era una necesidad que me estaba matando. 

― ¿Qué quieres, cariño? ― susurró contra mi boca, haciéndome gruñir por haber terminado el beso ―. ¿Quieres mi sangre?

― Sí ― musité perdido en el éxtasis del momento ―. La quiero. 

El deseo era tan palpable en mi voz que Glenn sonrió triunfante antes de exponerme su cuello. Clavé mis colmillo sin pensármelo dos veces y su sabor me mareó en cuanto las primeras gotas de sangre acariciaron mi lengua. Era deliciosa. Nunca antes había bebido una sangre más dulce y más sabrosa que aquella. Podría vivir solamente con aquel fluido vital. Solamente necesitaba aquella sangre y nada más. 

Un dolor punzante en mi cuello me hizo despertar y retraer los colmillos. Glenn me estaba mordiendo. A mí. Un lobo mordiendo a un vampiro sin la intención de despedazarlo, sino la de…
Me aparté de él siendo consciente de lo que acababa de hacerme. De lo que había hecho yo. Un intercambio de sangre. Me llevé una mano a su mordisco mientras mis ojos pasaban de la zona del cuello de Glenn que acababa de morder hasta su rostro tranquilo y triunfante. 

― ¿Qué has hecho? ― pregunté horrorizado.

― Lo que debía. Ahora ya no hay problema con que yo y mi manada estemos aquí y tampoco con que tu clan me traicione, ¿verdad, Misha?

Incapaz de moverme, de reaccionar, me quedé allí anclado en la pista de baile mientras él se marchaba del local seguido de su manda. 

Por ahora. 

Me estremecí y tragué saliva ante la gravedad del asunto. Acababa de atarme para toda mi eternidad a un lobo, a mi enemigo natural desde hacía miles de años. Y no solo eso. Porque Glenn Linheart era el lobo, la clave para acabar las luchas entre vampiros y licántropos. 

Y mi pareja, el único ser vivo del cual podría obtener la sangre que necesitaba para vivir.