"¿Quieres castigarme? Hazlo. ¿Quieres utilizarme? ¡Hazlo! Seré lo que quieras"
- Autora: Antlia Burell
- Obra autoeditada
- Ciencia ficción, LGBTIQ, gay romance, sobrenatural, licántropos, vampiros, drama, acción, violencia, erótica, dark romance
- Primer libro de una bilogía.
- Hay dos relatos extras especiales sobre San Valentín y Navidad disponibles también en amazon
- Páginas: 539
-Precio: Edición tapa blanda 15'95€// Edición tapa dura: 20'99€ // Edición digital: 2'99€ (gratis con Kindle Unlimited)
- Gracias a la autora por la copia en digital para su reseña
SINOPSIS
UN VAMPIRO, UN LICÁNTROPO... UN BRUTAL ASESINO
Creado para matar, Cirdán sigue huyendo de su clan, de esa bestia salvaje e implacable que se oculta en su interior. Busca la libertad que le arrebataron, la vida de un joven de diecisiete años normal e inocente; pero las crecientes guerras entre mortales y sobrenaturales son un constante obstáculo que le impide olvidar su verdadera realidad.
HAY QUE EXTERMINAR A LOS DEMONIOS, EXPULSAR A LOS HUMANOS
En su nueva huida, un temible y reconocido cazador se cruzará en su camino.
Venganza, justicia… y una buena recompensa.
¿Quién dejaría escapar a un criminal tan codiciado?
Será la irrefrenable atracción la que hará tambalear sus férreos principios.
OPINIÓN PERSONAL
Quienes me conocéis ya sabéis que me pirran las historias de vampiros y de licántropos y si son en historias donde el romance es entre señores o tienen personajes queer, mejor. Tanto es así que yo misma escribí un romance chicoXchico (que podéis leer gratis en wattpad) entre un vampiro y un lobo porque otro tropo que me encanta es un buen enemies to lovers y que los personajes protagonistas sean de especies diferentes que, por naturaleza, deben ser enemigas quieran o no porque ese es su sino. Esta misma idea es la que nos presenta Antlia Burell en Réquiem por la inocencia: Leblos, la primera entrega de una bilogía que mezcla ciencia ficción y fantasía sobrenatural para trasladarnos a otro planeta donde los humanos, huyendo de la Tierra, acaban portando con ellos una maldición y propiciando que entre los autóctonos del planera se desarrollen vampiros y licántropos.
Hace muchos, muchos años, los humanos abandonaron la Tierra para colonizar un nuevo planeta semejante a su lugar de origen para evitar la extinción de la especie. Lo que esos humanos no esperaban era que ese nuevo hogar tuviera dueños y que el planeta Delhn estuviese habitado por seres muy semejantes a ellos mismos. Los delhârs, gentes pacíficas y ecologistas, acogieron a los humanos en su hogar y, fascinados, comenzaron a aprender de la cultura y tecnología humanas y a ayudarlos a que se acostumbraran e integraran en las costumbres y cultura de los delhârs. Con lo que no contaban los delhârs era que los humanos no venían solos sino con dos virus que los afectarían de formas inimaginables, tornándolos vampiros o licántropos, dos maldiciones que cambiaron la vida de todo Delhn.
La guerra, la muerte, el dolor y la sangre llevan persiguiendo a Cirdán toda su vida. Siendo un híbrido entre vampiro y licántropo, huye desde hace ocho años con su madre vampira Luth del clan que le dio la vida y que lo entrenó para que fuera el monstruo más perfecto, letal, mortífero e inhumano del planeta. En medio de las guerras racial sin cuartel que se van dando por distintos puntos de Delhn entre radicales, moderados y liberales de todas las especies, Cirdán decide hacerle caso a su madre y viajar de Vetrara hacia Veilhat donde el sistema de seguridad puede ser su mejor baza y salvación. Porque Cirdán no solo está cansado de huir de los cazadores, que no cejan en su empeño de atraparlo, sino también se siente atormentado por todos los asesinatos y matanzas que protagonizó siendo solo un niño y que lo persiguen en pesadillas sin fin.
Lo que madre e hijo no saben es que la cúpula protectora de Veilhat ha sido ideada por Áldemir Valls, un delhâr que no solo es el jefe de seguridad en Nazgra y la institución académica Evgaron sino que es un poderoso Kalhar, un ser diseñado genéticamente para luchar contra la plaga que son vampiros y licántropos para muchos de los habitantes del planeta. También para Ál. Siendo bastante radical y racista, de fuertes convicciones de que los vampiros y licántropos son monstruos que deberían desaparecer y necesitan ser controlados, tiene como mejor amigo a Derem, un licántropo y a Andrea una humana que llegó al planeta no hace demasiados años en una nave humana. Cuando Áldemir descubre la existencia de Cirdán y lo que es, no duda en querer deshacerse del muchacho y de su madre para proteger su ciudad y cumplir sus deberes como Kalhar. Pero entonces Cirdán le suplica que hará lo que quiera si los mantiene a salvo y Ál, cayendo ante el embrujo del joven muchacho de belleza angelical e inocente que parece incapaz de hacerle algo a una mosca, hace un trato malsano y de abuso de poder con el chico en el que ambos se verán arrastrados por la lujuria y una pasión que traspasará sus propias naturalezas.
Narrado en tercera persona desde diversos puntos de vista, Antlia Burell nos sumerge en una historia oscura, llena de acción, violencia, sangre, lujuria y pasión donde le da una vuelta de tuerca al manido género sobrenatural del vampiro y el licántropo para hacerlo propio, mezclándolo con muchísimo acierto con la ciencia ficción. Trasladando la acción a otro planeta, Burell nos adentra en la historia de odio, lujuria y pasión de Cirdán y Áldemir, dos enemigos naturales destinados a matarse el uno al otro pero que, a través de un pacto de dominación y poder, ambos comenzarán a desarrollar sentimientos que van más allá del deber, de sus naturalezas y de sus esencias.
Cirdán, un joven de 17 años, es un poderoso híbrido de vampiro y licántropo algo que naturalmente es imposible. Poderoso y letal, Cirdán no ha heredado la maldición del sol de los vampiros pero sí la de perder la racionalidad cuando se transforma en licántropo y su mortalidad, haciéndolo imperfecto y con puntos débiles. A pesar de ello, el joven tiene muchas otras habilidades útiles que le han permitido sobrevivir junto a su madre, Luth, quien fue transformada en vampiro estando embarazada de él. Ambos llevan huyendo de sus perseguidores 8 años y los dos están agotados de ir de un sitio a otro, máxime ahora que las guerras raciales están en su máximo apogeo.
Y es que Delhn se ha vuelto un lugar inestable a causa de los virus que los humanos trajeron con ellos y que infectaron a los autóctonos haciendo que desarrollaran dos maldiciones sin cura: la licantropía y el vampirismo. La aparición de estos demonios ha hecho que entre los pacíficos delhârs se desarrolle el racismo y distintos movimientos políticos más radicales ante la situación actual de los residentes del planeta. Estos movimientos son tres: el de los Ultras, encabezados por un grupo llamado "cazadores" que quieren una restauración, es decir, la situación que había en el planeta antes de la llegada de los humanos. En pocas palabras: quieren la extinción de los demonios y de los humanos. Seguido a ellos están los Moderados que defienden a los humanos, pero quieren la extinción de los monstruos y los Liberales, aquellos que luchan contra cualquier tipo de exclusión y buscan una paz y una concordia entre todos los seres vivos del planeta.
En medio de estas luchas intestinas se encuentran un grupo de elegidos genéticamente con poderes sobrenaturales capaces de vencer a los monstruos. Siendo actualmente 7, los kalhars son biológicamente los enemigos naturales de los vampiros y licántropos, armas vivas con la destreza y la fuerza necesaria para acabar con vampiros y licántropos. Conociéndoselos también como "los salvadores" Áldemir Valls, un delhar de 28 años, forma parte de ese grupo a la vez que es el ideador de la cúpula de Veilhat, el guardia de seguridad de Nazgra, el barrio más liberal de todo el planeta, y también guardia del colegio Evgaron.
La llegada de Cirdán a Veilhat, colarse en la cúpula y entrar en el colegio de Evgaron harán que entre en contacto directo de Áldemir y que ambos, enemigos acuerden un pacto malsano para que Ál no exponga a Cirdán a las autoridades o, sencillamente, lo mate y cumpla con su deber de kalhar. Pero el magnetismo que ambos sienten por vez primera es más fuerte y los dos comenzaran a hundirse en una vorágine de violencia, pasión, lujuria y poder de la que no podrán salir; intoxicados por una miríada de sentimientos contradictorios que no son capaces de entender y, mucho menos, de eliminar.
A través de la narración en tercera persona, y haciéndolo desde múltiples puntos de vista, Antlia Burell nos presenta una historia compleja con muchísimos personajes, los cuales, en su mayor o menor medida, son importantes y tienen papeles fundamentales en la trama. Gracias a esto no solamente sabemos qué sienten y padecen Cridán y Áldemir, sino que conocemos mejor a Luth, la madre de Cirdán y que odia lo que es desde que la transformaron - así como su pasado-, a los amigos de Áldemir -piezas claves - Derem y Andrea o a los amigos de Cirdán en Evgaron, sobre todo Dámian, el terrestre con el que Cirdán compartirá habitación.
Gracias a los dos personajes secundarios humanos, Burell tiene la excusa perfecta para contarnos a través de ellos todo lo concerniente a aquellos humanos que abandonaron la Tierra en distintas naves coloniales y también para meter elementos retros humanos ochenteros y noventeros.
Y es que, como ya os he mencionado, los delhârs cogieron todos aquellos elementos que les interesaban de los humanos y lo implementaron en su sociedad, fusionando ambas culturas. Gracias a esto la autora puede meternos elementos en la historia que todo lector conoce, haciendo que la atmósfera no nos sea tan ajena ni nueva y, a su vez, añade un elemento realista muy típico que sucede cuando hay una estrecha convivencia entre sociedades con culturas y tecnologías diferentes.
La narrativa de la autora es muy rica, ágil, para nada recargada donde abundan las descripciones - unas que son necesarias para poder situarnos en un mundo que realmente no existe - y la información importante y vital para comprender este universo la distribuye con acierto a lo largo de la historia, algo que no solo es un recurso narrativo para acumular tensión y soltar bombas en los momentos clave, sino sobre todo para dosificar información importante y no apabullar al lector con toda ella al principio.
Además del punto fuerte del worldbiulding, en Réquiem por la inocencia tenemos otro y es claramente la tensión sexual que hay entre nuestros protagonistas y las escenas eróticas que se dan entre ellos. La relación de Cirdán y Áldemir es el punto más candente de la historia, donde todo se entreteje, siendo esta relación no solo una prueba de fuego para ambos protagonistas sino para todas las especies del planeta. Ellos simbolizan dos cosas opuestas, enemigos, pero los polos opuestos se atraen y puede que ambos sean una figura clave de verdadera salvación en el futuro y una esperanza para el entendimiento y la paz en Delhn.
Pero para eso queda todavía, ya que la relación inicial entre ambos es complicada, tóxica, tirante, abusiva en donde ambos luchan el uno con el otro por el control, por la dominación, y a la vez sucumben por el placer que se dan el uno al otro. A cada cual más cabezota, ninguno quiere dar su brazo a torcer, dejar entrever sus debilidades y ceder. Esto ocasionará muchos conflictos entre ambos que serviran para que su relación avance, si bien a trompicones por los sentimientos de odio y desprecio que son incapaces de eliminar a pesar de que hay otros sentimientos menos malsanos en sus corazones.
Si debo ponerle alguna pega a la novela es que el texto debería estar más pulido tanto por varias erratas que he encontrado (la más típica es el prefijo super separado del adjetivo que acompaña y con acento en vez de escribirlo todo junto y sin acentuar el super) como por el texto en sí. Y es que hay muchas veces que el texto se alarga en demasía para explicar algo que se puede hacer en mucho menos espacio y no romper así el ritmo de la historia ni de la lectura o, también, en las constantes repeticiones innecesarias sobre los ideales o los sentimientos de los protagonista que los conocemos y que, si bien hay que incidir en ellos cuando es necesario, tampoco se debe abusar a lo largo de la narración.
Dicho todo esto, Réquiem por la inocencia: leblos es una lectura muy interesante, entretenida y con una historia original y absorbente que engancha al lector, lo sumerge de lleno y lo trasporta a ese lejano planeta donde está a punto de estallar una guerra a gran escala. Llena de pasión, acción, momentos cómicos muy divertidos, escenas cotidianas y lujuria desatada, es una lectura adictiva que a los amantes de la fantasía y la cifi disfrutarán, máxime si también os gusta los enemies to lovers y los romances gais.
No hay comentarios:
Publicar un comentario