domingo, 26 de enero de 2020

Reseña: El duque de Kenturiche de Miriam Alonso


"Nadie puede afirmar que el hombre que siguió viniendo a este palacio cuando finalmente condenaron al duque,  en el siglo XVI, no fuera uno, pero tampoco se puede afirmar lo contrario." 


Ficha técnica
- Autora: Miriam Alonso
- Editorial: Wave Books Editorial 
- Sello: Wave Red
- Romántica paranormal, steampunk, novela gótica
- Portada: Karol Scandiu
- Páginas: 264
- Precio: 12'50€ (papel)/ 2'99€ (e-book)

- Gracias a la editorial por el ejemplar electrónico

SINOPSIS

Las leyendas de terror que se cuentan en Cumbres Negras giran en torno a las sádicas costumbres del Duque de Kenturiche. Cirene, que viaja por primera vez al pueblo por cuestiones familiares, descubre que esos cuentos encierran muchos secretos y poca fantasía.Cosas extrañas suceden en Cumbres Negras: los habitantes, e incluso el valle que envuelve la pequeña población, resultan violentos y desconcertantes. Abunda el misterio en esta historia cuyo clímax aumenta con el paso de los siglos, en tanto el camino de la familia real se cruza con el de los Davila, de quienes Cirene, Anton, Igno y Mirna, son los últimos descendientes. 

El duque de Kenturiche es una novela gótica e inquietante, con ambientación steampunk, alimentada por años de embelesada dedicación a la obra de Baudelaire y la voz quebrada de Ville Valo.Esconde, además, una acepción distinta a la que, inevitablemente, se asocia al término romanticismo. No puede esperarse menos tras esta vuelta de tuerca.

OPINIÓN:

Esta novela no es para mí. 

Es la primera vez que comienzo así una reseña pero, dadas las sensaciones que he experimentado a lo largo de su lectura, creo que es el mejor modo de iniciarla para que vosotros decidáis seguir leyendo o cerrar la ventana e ir a por otra cosa.

Cuando la familia Davila recibe la noticia del fallecimiento de la abuela Greta, Cirene y Anton no tienen más remedio que ir con sus padres, Igno y Angela, hacia Cumbres Negras para estar presentes en el entierro. Una vez allí, Cire no solamente debe lidiar con Mirna, quien la odia sin que ella pueda atisbar el motivo, sino también con los sentimientos que despierta en ella Adam, uno de los descendientes del despiadado y misterioso duque de Kenturiche. Lo que Cire ignora es que, los cuentos que correr por el lugar sobre el duque son más ciertos de lo que una pueda imaginar. Del mismo modo que ignora la oscuridad y misterio que esconde Cumbres Negras.

Desarrollada en un mundo steampunk, Miriam Alonso nos presenta una historia muy oscura donde se da el horror, lo estrambótico y lo rocambolesco en altas dosis. No estamos ante una historia romántica al uso, ya que la autora nos presenta todo un seguido de relaciones tóxicas que, en última instancia, son buscadas y que ella no pretende romantizarlas (salvo, posiblemente, la de los protagonistas que me produjo tanto repelús que tardaba bastante en leer esas partes). 

Los puntos fuertes de la novela son el misterio, que mantiene en vilo al lector durante la primera mitad de la novela, y el universo stempunk que lo mezcla con nuestro mundo real en pleno siglo XIX. 

Para mi gusto, los puntos débiles son todo lo demás. 

Me explico.

Como ya he señalado, la trama es oscura y rocambolesca. Esto no tiene porqué tener una connotación negativa per se, pero en mi caso sí la tiene el adjetivo rocambolesco. Y es que la historia coge cada vez unos tintes más surrealistas y extraños, desagradables y retorcidos hasta más no poder, que me hicieron tener que dejar el libro de lado, cosa que es extraño en mí. Las cosas se exageran y aumentan a unos niveles tales que, de verdad, me costó horrores terminar de leer la novela. Tampoco ayudó la prosa de Alonso. La autora abusa, para mi gusto (vuelvo a repetir) de la subordinación y de las comas con frases explicativas. Hacer oraciones tan largas, tan rebuscadas, hicieron que me perdiera a cada pocas líneas y que tuviera que releer párrafos bastantes veces. Solo hace falta leer la frase que he elegido para el encabezado. 

Sobre los personajes. El mejor, sin duda, Anton, ya que es el más consistente y el que no se contradice a sí mismo. Cirene, en cambio, es un personaje que la autora le otorga demasiadas dones y luego, por cuestiones de la trama, se contradice a ella misma. El mensaje feminista que quiere dar Alonso a través de ella y sus acciones se diluye cuando Adam está cerca y también con el personaje de Mirna. Se cae fácilmente en el cliché de llamar puta y guarra a las mujeres cuando una está celosa por amor, cuando un hombre no te quiere es culpa de la mujer que recibe sus afectos y, por ende, pues es una guarra y una puta. Creo que hay que salir de esas conductas machistas ya que, realmente, se puede mostrar el odio que producen los celos sin tener que recurrir a este tipo de acciones cuando pretendes dar un mensaje feminista (o sin darlo, no importa). Sin olvidar también el cliché de la violación. Vale, no se comete, pero esto tampoco aporta nada a la trama y podría darse el mismo resultado sin recurrir a eso.

La resolución de la trama, por otra parte, tiene muchos vacíos y, en muchas ocasiones, le da mucho énfasis a algunas situaciones que, realmente, no aportan nada a la trama central. El final de la novela deja muchos huecos que, a mi parecer, son intencionados. No sé si esto se debe a que Alonso pretende escribir una continuación o no.  

En resumen, una novela con una mezcla de géneros y subgéneros interesantes que, en mi caso, no ha terminado de gustarme ni de convencerme. Pero eso no quita que vosotros disfrutéis de la novela si os llama la atención y queréis leerla.