"En el primer semestre del último curso de bachillerato, a Yamato y a mí nos pusieron en clases distintas".
¡Kakeru y Yamato ponen a prueba su relación en este noveno tomo de Barreras del corazón!
Al final de las vacaciones de primavera, Kakeru y Yamato acuden a una quedada de la clase seis de segundo. Mientras Kakeru escucha los sueños de futuro de sus compañeros, se da cuenta de que no sabía qué quería hacer Yamato después de graduarse. A medida que empieza el semestre, ¡los dos se enfrentan a nuevos desafíos en su último año de secundaria!
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- Gracias a la editorial por el ejemplar de prensa para su lectura y reseña.
ANÁLISIS DEL TOMO
"A mí siempre me has gustado solo tú, Kakeru."
Después de pasar unos días de acampada con sus amigos y su novio durante las vacaciones de primavera, Kekeru va a una quedada con todos los compañeros de su clase para celebrar la festividad de los cerezos en flor y aprovechar para pasar tiempo todos juntos, puesto que para el siguiente semestre, el cual es el inicio de su último curso de bachillerato, habrá cambio de clase y eso significa que muchos ya no estarán juntos. Pero a Kakeru jamás se le pasó por la cabeza que él y Yamato fueran a estar separados en el dicho último curso, el último instante que podrán estar juntos antes de dar el paso hacia la formación o la vida adulta.
Siguiendo los pasos de Kakeru y Yamato en su último curso de instituto, Mika nos introduce nuevas encrucijadas que nuestros protagonistas tendrán que superar para que su relación sentimental se vaya consolidando y para su propio crecimiento personal.
"¿Es posible que este último curso se haya puesto patas arriba?"
Si bien sabe que no tiene que preocuparse de los rumores que dicen que Yamato y Fujiwara están saliendo (más que nada porque el novio real de Yamato es Kakeru), eso no hace que en el interior de Kakeru no se retuerza y más cuando comienza a correr una foto en redes sociales de su chico con Fujiwara, haciendo que de nuevo el rumor de que están juntos corra con más fuerza.
"Lo que sientes es importante para mí. Así que más vale que lo tengas en cuenta."
Siendo este tomo un antes y un después dentro de la historia, Mika nos presenta a un Kakeru muy protagonista, que comienza a darse cuenta de que debe empezar a cambiar para poder seguir adelante tanto al lado de Yamato como para encaminarse en el mundo adulto. Sin saber muy bien qué es lo que quiere hacer una vez acabe el bachillerato, el nuevo curso no deja de presentarle dificultades, unas que pueden parecer estupideces para otros, pero que para Kakeru son un mundo. Más que nada porque ahora no puede estar con Yamato tanto como le gustaría y tanto como necesita para sentirse seguro y no tener ni pensamientos intrusivos ni creer que sentir celos o malestar por unos rumores infundados es de ser una persona horrible, sobre todo porque Fujiwara parece una buena chica. Guapa, amable y simpática, la imagen de Azusa Fujiwara en el instituto es la de la chica perfecta, porque no solamente es guapa, sino también una muy buena estudiante. En pocas palabras, la persona perfecta para Yamato Ôhara. ¿O puede que no sea oro todo lo que reluce?
"No la soporto. Sin embargo, exponerla no cambiará nada de mí."
Como ya he ido desgranando a lo largo de esta entrada, el personaje más importante es Kakeru, donde Mika pone el foco, y el que veremos que tiene un cambio verdaderamente importante, un nuevo paso hacia su evolución, una que Mika lleva manifestando de forma constante en todo lo que llevamos de serie. Aun así, vemos un cambio importante y muy contundente en este volumen que, personalmente, me ha gustado mucho y que dará mucho juego en el o los siguientes volúmenes.
Por otra parte, el nuevo personaje (o viejo, según se mire) es Fujiwara, alguien que se vuelve en este volumen un secundario importante y un punto de conflicto para Kakeru, el detonante para que decida dar cierto paso adelante para sentir que no se va a quedar atrás y que va a seguir estando al lado de Yamato, pero a su manera.
Siendo un tomo con muy pocos momentos románticos entre Yamato y Kakeru, los instantes en los que ambos están juntos son preciosos y el lector se emociona igual que ellos cuando son capaces de abrazarse, besarse o cogerse de la mano.
Sobre la edición, quiero comentar algo que me ha chirriado un poco en este volumen y ha sido la traducción y la corrección de estilo. No sé si os habéis dado cuenta, pero en el tomo anterior cambiaron al traductor, y si bien en el octavo tomo en concreto no se notó mucho el cambio, en este lo he notado mucho, además de que el texto en sí no ha tenido una buena corrección, encontrando pasajes un poco sucios y que podrían haberse adaptado mejor. Ha habido momentos que me ha sacado de la lectura, la verdad sea dicha. No me gusta cuando en una serie se cambia el traductor, y más si no es para mejorar el producto final. Puede que en este caso fuera la traductora anterior quien haya dejado el proyecto, pero puesto que ha habido un cambio, es deber de la editorial y del editor de la serie el procurar que el estilo de la obra se mantenga, y en este tomo ha habido momentos en los que no ha sido así. Aunque no ha sido una cosa que sea generalizada en todo el tomo, sino en algunos bocadillos, pero espero que para el siguiente se cuide más el texto y se mantenga el estilo que ha tenido la serie en 7-8 volúmenes.
Dejando este punto algo negativo del tomo 9 de lado, he disfrutado mucho con este cambio de paradigma en la obra, así como los nuevos conflictos que se han abierto para Kakeru y Yamato, ya que este cambio llevará a los chicos a madurar y a tener que evolucionar si quieren mantenerse firmes y juntos hasta el final.
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