Reseña: 300 primeras citas de Sai Asai

 "A ti, Arata, que cada día olvidas tus recuerdos te confesaré cada día mis sentimientos"

FICHA TÉCNICA

- Título original: Wasureru Kimi to no 300 Nichi (en japonés 忘れる君との300日 )

- Autora: Sai Asai (en japonés 浅井西)

- Editorial Española: Nowevolution

- Editorial Japonesa: Tokuma Shoten

- Tomo único serializado en la revista Chara de la editorial Tokuma Shoten. El tomo se publicó originalmente en Japón en el año 2022

- BL, romance MXM, drama

- Traducción: Jose Agustín Izquierdo González 

- Páginas: 228

- Precio: 9'50€

- Ya a la venta

SINOPSIS

Rihito, uno de los rostros más prometedores del mundo del espectáculo, emprende un viaje en compañía de Arata, su mejor amigo desde la infancia, a quien le afecta un trastorno que le impide recordar lo acontecido del último año. Rihito le confiesa su amor a Arata cada día a pesar de que, a la mañana siguiente, olvidará sus declaraciones y las citas que disfrutan en una ciudad costera, refugiados y ajenos a la opinión pública.

Aunque Arata disfrute del tiempo que pasan juntos en pareja y asegure que corresponderá los sentimientos de Rihito, a la mañana siguiente no habrá ni rastro de esos momentos en su memoria… Y, aun así, repitiendo el ciclo del inicio y fin de su relación y dando la espalda a oportunidades laborales que podrían llevarle al estrellato, ¿cómo evolucionarán los sentimientos de Rihito…?

Un doloroso primer amor que retorna cada día, incesante, como las olas a la orilla del mar.

OPINIÓN PERSONAL

¿Qué harías si la persona a la que amas se olvidara cada día de tus sentimientos y de los suyos?

Esta es la premisa de 300 primeras citas de Sai Asai, el primer manga que nos llega de esta prolífica mangaka del género Boys' Love de la mano de Nowevolution que sigue apostando por tomos únicos especiales, es decir, joyitas de todo tipo y para todo tipo de lectores. Volumen contundente, centrado en los sentimientos de nuestros protagonistas, nos sumergimos en la melancólica historia de Rihito y Arata donde este último no puede evitar olvidar todo lo vivido en el día una vez despierta al siguiente.

Cuando Arata se despierta en un coche que no es suyo y en medio la playa no entiende qué ha pasado. ¿En qué momento ha llegado allí? ¿Qué pasó la noche anterior? Menos mal que a su lado está su mejor amigo Rihito, el cual le explica que pilló tal borrachera por un desengaño amoroso que se lo llevó a la playa. Arata, que no puede evitar lamentarse por su mala suerte en el terreno amoroso, no se espera la confesión de amor de Rihito en la conversación. Y, a pesar de que es de sopetón, de que le hace pensar detenidamente en qué momento Rihito se ha podido enamorado de él, también lo conoce como la palma de su mano para saber que no es una broma o algo que su amigo no tenga claro y meditado desde hace mucho tiempo. 

Juntos desde que iban a parvulario, Arata es consciente de que la confesión de Rihito es real, que le quiere de verdad y él, que también le quiere, obviamente que quiere corresponder a su amor. Porque Arata sabe cómo es Rihito. Además de guapísimo, es amable, considerado y tiene muy buen corazón. ¿Cómo no querría corresponder a alguien así y tenerlo en su vida como su compañero de vida? 

Lo que Arata no imagina, entre besos y caricias llenas de pasión y placer, es que esa no es la primera vez que Rihito le confiesa su amor. Tampoco es la primera vez que se besan o que hacen el amor. Tampoco puede imaginar que, a la mañana siguiente, al despertar, olvidará todo lo que ha vivido ese día. Su mente es como una pizarra en blanco a la que, una vez más, deberá rellenar con datos hasta que, al día siguiente, todo vuelva a estar vacío a la espera de nuevos recuerdos que suscribir una y otra vez. 

A causa de un incidente ocurrido seis meses atrás, Arata ha olvidado los sucesos acontecidos durante el último año. Sin recordar su historia de amor con Rihito, olvidando todo una vez se resetea el día en su memoria, Arata vive en un limbo que no le deja avanzar ni retroceder. Sin ser consciente que vive en una completa agonía que no tiene ni principio ni final. Pero no está solo. Eso jamás. Rihito, que lo ama con locura, está a su lado y aunque deba decirle cada día lo mucho que lo ama, no cejará de estar con Arata y de que cada día sea su primera cita. Cada día su declaración. Cada día una nueva historia de amor. 

Por el bien de Arata, y por intentar encontrar alguna forma de que Arata recuerde, Rihito lo ha dejado todo. No solamente la universidad sino su incipiente carrera en el mundo del modelaje. Pero Arata es la persona más importante de su vida, siempre lo ha sido. Enamorado de él desde que tiene memoria, cada día le recuerda a Arata sus sentimientos, cada día Arata los acepta y cada día los olvida. No pasa nada. No mirará atrás. Ya no. 

Jugando con el presente y el pasado, Sai Asai nos relata una historia de amor que va más allá de los recuerdos, del dolor y del pesar. Narrando desde el punto de vista de Arata y de Rihito, Sai Asai nos presenta una trama donde uno de nuestros protagonistas es incapaz de recordar su relación sentimental y cualquier otro evento acontecido en el último año, reseteándose su mente cada día y viviendo cada día el inicio de una relación que es incapaz de avanzar; estancada siempre en el inicio sin posibilidades de ver un avance. Para Arata todo es nuevo, una nueva experiencia cada día al despertar, pero lo que sí que no cambia son sus reacciones ni sus sentimientos por Rihito.

Teniendo ya ambos personajes un bagaje pasado, una amistad de toda la vida, Sai Asai nos muestra a través de flashbacks el pasado de ambos, su amistad, su confianza y lo bien que se conocen. Esto hace que nada de lo que ocurre se vea forzado o acelerado. Entre ambos protagonistas hay una fe ciega y Arata la demuestra cada día y por ello no duda de los sentimientos de Rihito cada vez que éste se le declara, pero sí que pone en duda muchas de las mentiras que su amigo le dice al no poder contarle la verdad por varias razones: para que no sufra en ese día y porque, en verdad, al siguiente no lo va a recordar y eso hiere más a Rihito que al propio Arata.

Y es que hay que tener mucha fuerza mental y entereza para hacer lo que hace Rihito. Abandonándolo todo, cuidando de Arata, ha dejado atrás las clases y también su carrera profesional, la cual ha quedado en standby porque no va a huir y a dejar al amor de su vida solo cuando más lo necesita. ¿Conseguirá que Arata sea capaz de recuperar sus recuerdos? ¿Puede el amor ser algo lo suficientemente fuerte para conseguirlo o es el amor el culpable de todo? 

Melancolía, amor, confianza, dolor, valor... todos estos y más sentimientos nos trasmite 300 primeras citas donde Sai Asai nos traslada a una playa solitaria como metáfora del vaivén de las olas como el vaivén de los recuerdos y del olvido. Con un precioso dibujo detallista, la sensei nos va desgranando esta historia con maestría, jugando con el pasado y el presente, con los recuerdos de ambos personajes y sus puntos de vista para ahondar en sus emociones y sentimientos. Personalmente me parece una obra redonda que tiene la extensión perfecta y el desenlace acorde. He conectado con los personajes, he vivido todo a su lado, me he emocionado y llorado con ellos. En definitiva es una historia muy sentimental, melancólica, pero también bella y hermosa que te hace creer en el amor y te da un mensaje de valor y de optimismo. 

La edición española de Nowevolution es magnífica. Como siempre nos traen un tomo de buena calidad de tamaño un pelín más grande que un b6 normal, sobrecubierta, página a color inicial como en el original, buen papel que no transparenta, imagen nítida y las páginas están cosidas. La rotulación me ha gustado también mucho. Sobre la traducción, hay cositas que me han chirriado, sobre todo las expresiones desfasadas y otras que son muy de uso literario y que en nuestro lenguaje de calle habitual nadie usaría, pero en general no me ha desagradado y la voz de Arata creo que es tal cual su tono por la personalidad alegre, algo despreocupada y su don de gentes.

En definitiva, creo que 300 primeras citas es un tomo único muy bonito, redondo, que ilustra muy bien los sentimientos complejos que se despiertan en el ser humano cuando te enamoras de otra persona, y más cuando es de tu mismo sexo, en una sociedad todavía bastante homófoba como es la japonesa, pero que contiene un mensaje esperanzador y de normalización muy lindo. También el mensaje de que debemos ser valientes en la vida y luchar por aquello que queremos. Olvidar no es la solución sino que lo que vivimos desde el día en que nacemos nos hace evolucionar y crecer como personas. Nuestras vivencias, nuestros recuerdos, nos hacen ser las personas que somos hora y que seremos en el futuro.