miércoles, 7 de febrero de 2024

Reseña: A este lado del arcoíris de Noriko Kihara

 "¿Qué tendría que hacer para que fueras mío?"



FICHA TÉCNICA

Título original: Ashita Niji ga Denakute mo (en japonés あした虹がでなくても )

Autora: Noriko Kihara (en japonésきはら記子  )

- Editorial Española: Arechi Manga

- Editorial Japonesa: Shodensha

- Tomo único publicado en la revista onBLUE de la Editorial Shodensha. Salió originalmente en Japón en el 2021

- Spinoff de Taigan no inu wo yonde obra que es un spinoff de su obra debut Ichizu na Inu wa Akiramenai (licenciada en inglés por Manga Planet/Futekiya con el título The Dog Will Not Give Up Unrequited Love).  

- BL, erótico, romance, drama, slice of life, LGBTIQ, sexo explícito con censura

- Traducción: María Reimondo Saá

- Páginas: 176

- Precio: 9'95€

- Ya a la venta


SINOPSIS

Chitose, a quien llaman Whip, es una drag queen que trabaja en un bar gay. Cada noche, después de trabajar, se mete en una app para contarle sus problemas al «oficinista con insomnio», un heterosexual desconocido por el que siente algo especial. Aunque cree que nunca lo conocerá en persona, su confidente aparece por sorpresa en el bar y se burla al verlo vestido de mujer. Chitose lo echa y no vuelven a hablar hasta que, días más tarde, le pide perdón muy arrepentido. Quizás no sea tan fácil alejarse de él…

A Chitose le asusta mostrar su lado masculino y Shinogu, el oficinista, no llega a entenderse a sí mismo ni a sus sentimientos ¿Se está desarrollando entre ellos una atracción capaz de romper prejuicios?


OPINIÓN PERSONAL

La primera vez que leí a Noriko Kihara fue a través de Futekiya, plataforma digital en inglés dedicada al género BL y, la verdad, es que no me gustó demasiado. Si bien la obra que leí fue su obra debut Ichizu na Inu wa Akiramenai y en su interior hay dos historias, la forma de narrar  me pareció muy caótica, poco profunda, denostando falta de rodaje y necesidad de mayor madurez a la hora de plantear, narrar y plasmar un relato y, sobre todo, la psicología de los personajes. Cuando me enteré de que este primer tomo contaba con un spinoff  titulado Taigan no inu wo yonde y que después editó otro spinoff  centrado en un gay que trabaja como drag queen, volví a interesarme por la mangaka, ya que me gustan mucho las obras donde se visibiliza al colectivo drag (siempre que esté bien hecho y que no se busquen como recursos cómico para burlarse de estas personas), pero lo que más hizo que quisiera leerla fue, sobre todo, la buena crítica desde Japón y de personas de mi confianza de  Ashita Niji ga Denakute mo o, como lo conocemos ahora que tenemos el tomo editado en España, A este lado del arcoíris. Y debo decir que, si su obra debut no me dejó buen sabor de boca, A este lado del arcoíris sí que me ha enamorado y llegado al corazón. 

"Duele mucho que te rompan el corazón"

Chitose es un joven gay y drag queen que lleva tres años trabajando en un bar gay vestido de mujer bajo el nombre de su personaje drag:  Marron Whip Diva, o Whip para los amigos y clientes. Acostumbrado a escuchar los lamentos de los clientes sobre sus desengaños amorosos con hombres heteros, Chitose también tiene su forma de desahogarse y de lamentarse sobre su día a día cuando sale del trabajo. A través de un app, Chitose conversa con otro hombre apodado "Oficinista con insomnio" y con el cual Chitose siente que puede ser él mismo, sin tener la necesidad de esconderse tras las capas de maquillaje, vestidos bonitos y sus pelucas. Para el joven, cuando llega a casa agotado después de un día duro, y hablar con el oficinista con insomnio, son sus momentos sagrados. 

Una noche al bar entra un hombre que Chitose no había visto antes e, interpretando su papel de Whip, lo atiende con jovialidad. Poco se esperaba que el hombre, un oficinista con gafas, fuese precisamente su oficinista con insomnio y que lo haya estado buscando por todos los locales de la zona para conocerlo en persona. Chitose, que no le había dicho realmente en qué local trabajaba, ni le había confesado su trabajo como drag ni si orientación sexual, sufre los ataques verbales llenos de prejuicios del hombre, palabras que pueden parecer banales pero que son burlescas, y cargadas de desconocimiento, salir de la boca de su refugio; aquella persona con la que se sentía a gusto. Él mismo y aceptado.  


Acostumbrado a las burlas, al desdén de las personas, a que lo vean como un sujeto de mofa por ser un hombre que se viste de mujer, Chitose, herido, se mantiene en su papel de Whip y vierte la bebida en la cabeza del oficinista mientras, con dureza, le dice que se largue de ahí y que no vuelva nunca más. Dolido, Chitose lo bloquea para cortar todo lazo con él sin imaginarse por un segundo que esos gestos, el echarle la bebida encima y el bloqueo, hacen reaccionar a Shinogu que, al día siguiente, acude al bar para pedirle perdón a Chitose. 

Sin saber qué hacer, Chitose acepta hablar con Shinogu después del trabajo y este, arrepentido de verdad, le pide perdón por haberlo ofendido y haberle hecho daño llevado más por ideas y prejuicios preconcebidos y por no comprender lo que realmente es Chitose que porque sienta rechazo por él. Éste decide aceptar sus disculpas y  reanuda su relación con Shinogu, una que no se basará ya solamente en llamadas sino en quedadas donde Chitose siempre irá vestido de mujer. Pero, cuanto más tiempo pasa con el oficinista, Chitose le va cogiendo más cariño hasta enamorarse de él. Y es ahí cuando se apodera de él el pánico. ¿Aceptaría Shinogu, un supuesto hetero, sus sentimientos? ¿Lo aceptaría si lo viera vestido como hombre, siendo él mismo y no con vestidos y maquillaje de mujer?

Centrándose en la aceptación y el autodescubrimiento de forma introspectiva, Noriko Kihara nos trae un tomo único slice of life muy enfocado en visibilizar a una parte del colectivo LGBTIQ y a personas queer desde un punto de vista respetuoso y realista, tocando muchos temas a lo largo de la obra que, sin hacerlo en profundidad, logra que la idea y la esencia de lo que quiere decir y trasmitir se mantega en esta historia donde un chico gay deberá perder el miedo y la inseguridad para mostrarse sin la máscara, sin el disfraz con el que esconde su masculinidad, al hombre que ama y en donde ese interés amoroso descubrirá un mundo que le era desconocido y en el que, tal vez, tiene más cabida de la que podría imaginarse al encararse a su verdadera sexualidad.

Narrada con delicadeza y belleza, dos elementos que vemos en el trazo de Kihara, la mangaka nos presenta a Chitose un joven que se transforma en Whip cada noche, una drag queen fuerte y hermosa que moldea el espanto de la gente que no entiende su mundo para tornarlo en belleza y arte en sus espectáculos fuera del bar gay. Como una forma para desahogarse de sus penas, Chitose comienza a hablar con un desconocido a través de una app donde el anonimato es la clave y en él encuentra un refugio para poder ser tal cual es con un desconocido que no te puede ni quiere juzgar. Su mundo se desmorona cuando ese hombre descubre qué es y le rompen el corazón. Pero, cuando Shinogu regresa y se disculpa, Chitose decide volver a abrirle ese órgano vital palpitante, enamorándose de él y haciendo que un miedo voraz crezca en su interior. Porque su deseo por conseguir el amor de Shinogu es más fuerte que el mantenimiento de ese status quo que tienen como amigos y que Chitose teme tanto sobrepasar.

Por su parte, Shinogu es un hombre que, si bien es amable e indulgente, alguien que escucha y se mantiene complaciente, en el fondo le da miedo enfrentarse a los demás y a los problemas de la vida privada y laboral. Su vida, tediosa y aburrida, da un vuelco radical cuando Chitose entra en ella y él queda fascinado por su belleza como Whip pero, sobre todo, por su carácter y por todas esas conversaciones que mantienen y que hacen que su mundo gris y monótono tomen una nota de color; sacando fuerzas para hacer que algunas cosas cambien en su día a día, explorando facetas de sí mismo que ni conocía. 

Ambos protagonistas deberán analizar sus sentimientos, enfrentarse a ellos para poder seguir adelante y, sobre todo, si pretenden ser sinceros el uno con el otro. Chitose deberá superar el escollo que es el mostrar su parte masculina a Shinogu, el cual solo lo ha visto como mujer y Shinogu deberá comprender el mundo de Chitose y, sobre todo, a él mismo. 


Con un ritmo rápido, Noriko Kihara no se anda por las ramas y nos va narrando A este lado del arcoíris sin pausas, sin transiciones, yendo siempre a donde quiere sin rodeos para mostrarnos los miedos y preocupaciones de los protagonistas, sus pensamientos más profundo, siendo un manga muy introspectivo y donde el punto está mucho más focalizado en Chitose que en Shinogu; desarrollando mucho más la psique del chico que del oficinista. Esto no quiere decir que no haya una evolución en el personaje de Shinogu, porque lo hay, pero es cierto que Chitose es un personaje más complejo y mejor desarrollado psicológicamente hablando que Shinogu y que yo agradezco porque hacen falta obras donde se aborden temas relacionados con el colectivo y desde este tipo de puntos de vista. 

Como he comentado más arriba, Kihara toca muchos temas diversos de forma condensada, pero no por ello eso es algo malo. Es más, en mi opinión el ritmo de la historia es el acertado y, también, la forma de tratar los temas: no porque se haga de una forma poco profunda es algo negativo. A este lado del arcoíris es una historia adulta por la complejidad de sus personajes y por los sentimientos e ideas que la mangaka es capaz de poner sobre la mesa, de abordar. Noriko Kihara nos enseña un mundo donde las drag queen son las protagonistas, donde son personas humanas que sufren, que deben soportar burlas por incomprensión, intolerancia dentro de una sociedad patriarcal, homófoba y machista que no acepta lo que se sale del canon. A este lado del arcoíris, pues, no es solamente una historia de amor, es una historia donde una parte de la sociedad tiene voz y en donde se nos enseña que el mundo puede ser un lugar mejor si las personas aceptaran a los demás, si las quisieran comprender, y si muchos consiguieran aceptarse a sí mismos y dejar a un lado la idea de que todos somos per se heterosexuales.

La edición española de Arechi es calcada a la japonesa. Tenemos un volumen de tamaño b6 con sobrecubierta mate y las letras del título en relieve, páginas en blanco y negro y el tomo cosido. La impresión  de las viñetas es nítida y la rotulación está muy bien. La traducción corre a cargo de María Reimondo Saá y me ha gustado muchísimo. Ciertamente hay algún panel donde no sabes muy  bien quién está hablando, pero eso no es culpa de la traductora sino de la forma en la que la autora ha colocado dichos paneles. Tal vez en el original, por la forma de hablar y demás, se entienda mejor pero en la traducción se pierde el matiz.

Sin duda alguna, A este lado del arcoíris es una obra más que recomendable y que, a pesar de ser el spinoff de otra, no hace falta leerla para poder comprenderla, siendo más un tomo independiente que parte de una trilogía. En el tomo del que es spinoff solo sale Whip de forma secundaria sin que su papel sea trascendental y, aunque en este tomo aparecen los personajes de la obra precedente, tampoco es muy necesario leer su historia para entender su inserción en esta y su papel como personajes secundarios. Así que podéis leer sin miedo este tomito único reflexivo, necesario, tomo que da visibilidad, que toca la fibra, que da voz a personas que pocas veces la tienen de forma sensible, con respeto, sin que sean recursos cómicos y de una forma dolorosamente humana.           


No hay comentarios:

Publicar un comentario