"Tarde o temprano, tú también sucumbirás a esta perversión que ahora me corroe, Minato."
- Título original: Minato Shouji Coin Laundry (en japonés みなと商事コインランドリー)
- Guion: Yuzu Tsubaki (en japonés 椿ゆず)
- Dibujo: Sawa Kanzume (en japonés 缶爪さわ)
- Editorial Española: Planeta Cómic
- Editorial Japonesa: Kadokawa
- Serie abierta con 6 tomos publicados.
- Obra serializada en la revista Gene Pixiv de la editorial Kadokawa. El primer tomo se publicó originalmente en Japón en 2020
- Segundo puesto en la categoría BEST Book Cover de los premios BL Awards de 2021
- BL, slice of life, mxm romance, age gap, drama, comedia
- Cuenta con una serie a imagen real de dos temporadas con doce episodios cada una.
- Traducción: Mónica Rodríguez
- Páginas: 188
- Precio: 9'50€
- Ya a la venta
- Gracias a la editorial por el ejemplar de prensa para su lectura y reseña
SINOPSIS
Akira Minato ha aceptado hacerse cargo de la lavandería de autoservicio de su abuelo, un local antiguo sin aire acondicionado. Akira es un muchacho relajado que dejó su antiguo empleo en una gran compañía para disfrutar de una vida más tranquila. Un día, su camino se cruza con el de Shintaro Katsuki, un estudiante de secundaria que pronto se convierte en cliente asiduo de la lavandería. A pesar de la diferencia de edad, se hacen amigos enseguida, pero cuando Shintaro descubre que Akira es gay.
OPINIÓN PERSONAL
Es bastante habitual en Japón que se hagan todo tipo de adaptaciones de novelas ligeras de gran éxito. Tenemos muchos ejemplos dentro y fuera del BL, como Los diarios de la boticaria o Un contable para salvar el reino. Compilándose después de que se publicara el primer volumen del manga en Japón, La lavandería de Minato comenzó como una idea de la escritora Yuzu Tsubaki, quien ha hecho el guion que plasma sobre el papel la dibujante Sawa Kanzume. Siendo esta última también la encargada de ilustrar las portadas y el arte interior de las tres novelas que hay ahora mismo en Japón, el manga sigue publicándose, contando ya con 6 tomos publicados. ¿Pero de qué trata este slice of life superadorable y cozy?
Después de dejar su trabajo como oficinista, Akira Minato recibe el testigo de manos de su abuelo para ser el gerente de la lavandería de autoservicio en su pueblo natal. A la lavandería solo van los abuelitos del pueblo y... ¡un guapísimo estudiante de secundaria de 17 años llamado Shintaro Katsuki!
Quedándose prendado de ese chaval tan buenorro, Minato comienza a entablar una relación de amistad con ese chico que acude a la lavandería para hacer la colada de la familia, una que es bien grande, y también usa el lugar como un refugio donde poder alejarse del barullo y poder tener un rato para él, hacer los deberes de verano y... estar con Minato.
Y es que Shintaro también le gusta pasar tiempo con Minato. Tanto es así que hasta le hace galletas caseras para agradecerle que lo invitara a un zumo. Pero este buen rollo que tienen ambos se va al traste cuando, sin querer, Minato habla sobre sus pensamientos lascivos adolescentes hacia otros chicos y no le queda otra que confesarle a Shin que es gay. Y eso, en vez de alejar al chaval, ¡hace que se envalentone más y le declara su amor a Minato con todo el ardor y la sinceridad de la juventud!
Al corazón de Minato, que comienza a latir también por Shin, no le queda otra que pararle los pies, porque no solo es menor de edad, sino que el corazón de Minato no está listo para volver a amar teniendo todavía una herida sin cicatrizar.
Mezclando momentos adorables, romance slow burn, comedia y drama, La lavandería de Minato nos relata una relación age gap entre un estudiante de 17 años y un hombre de casi treinta que regenta una lavandería, y que esconde su sexualidad, en donde ambos comenzaran a crecer, madurar y aceptar sus sentimientos a medida que se conocen pasando tiempo juntos.
"Me gusta tu risa, tus pucheros, tus enfados. Me gusta que seas expresivo. Me pareces un chico muy adorable."
Sin poder evitar pensar que Shin es guapísimo, Minato entabla una relación de amistad con el joven porque le despierta mucha ternura y se lo pasa muy bien en su compañía, haciendo que no se sienta solo y que algo dentro de él comience a florecer. Cuando se le escapa sin querer que es gay y Shin se le declara poco después, a pesar de la emoción, no deja de ser una situación completamente complicada para Minato, ya que, como adulto diez años mayor, es consciente de todo lo que implicaría tener una relación romántica con un menor. Así que, sabiendo que no puede sucumbir a los avances de Shin, Minato tendrá que sacar todo su autocontrol y estar siempre en guardia para rechazar al estudiante.
¡Pero no será nada fácil!
"La voz de Shin y su lenguaje corporal me vuelven loco. Tengo que aprender a controlarme antes de meter la pata."
Guapo, maduro, sexy y con un piquito de oro, Shin no deja de ligar con Minato 24/7, soltando frases que le aceleran el corazón y le cortan la respiración al mayor. Teniendo claro que está enamorado de Minato, que quiere estar con él cuando sea el momento, consciente de que es menor y que no pueden tener una relación normal de pareja por el momento, lo que Shintaro más desea es que Minato admita que él también siente las mismas mariposas en el estómago, ese mismo sentimiento que él.
Siendo completamente diferentes en cuanto a personalidad, La lavandería de Minato es un manga de lectura muy confortable, un slice of life que nos aleja un poco del típico romance de instituto y del ambiente escolar para presentarnos la acción en el interior de una lavandería, en donde ambos vivirán toda una serie de episodios que harán que, primero se hagan amigos y que, después nazca un sentimiento mucho más profundo, pero sin cruzar ninguna línea real.
La dinámica de ambos es maravillosa en la cual vemos como se van amoldando el uno al otro y todo lo que hacen por la otra parte para que se sienta a gusto. En este contexto tenemos a Shintaro que no deja de hacerle comida deliciosa a Minato, o este último que lo consiente y lo mima para que esté cómodo en la lavandería mientras hace los deberes. ¡De verdad que es adorable y confortable verlos interactuar y cuidarse! Eso sí, que nadie se piense que no hay drama ni momentos llenos de tensión, porque los hay. Este manga no es solo ciqui y gracioso, es una historia adulta y compleja que, a medida que avancemos, se irá complicando y dándonos más drama y momentos complicados para nuestros protagonistas.
"Serás mejor que empieces a aclararte. Si no lo haces, ninguno de los dos podrá avanzar."
Incluyendo este primer volumen cinco capítulos y varios extras, al final del tomo también tenemos un capítulo novelado y escrito por Yuzu Tsubaki en el que se profundiza en cuestiones que dentro del cómic, por formato, sería imposible y que aporta otros matices a la historia que me encantan. Siempre agradezco que se hagan estas cosas en los mangas que son adaptaciones de novelas o donde hay una guionista, la verdad.
Esto hace que este primer tomo, como suele ser habitual en series que van más allá de un par de tomos, sea un prólogo y una presentación de personajes y del status quo. Al final, La lavandería de Minato no trata solo de la fase del enamoramiento de ambos, sino de lidiar con un amor que es imposible por la edad y por heridas del corazón. Los personajes deberán, pues, crecer para madurar y aceptar y afrontar lo que sienten.
La edición española que nos presenta Planeta Cómic es un libro de tamaño b6 y es tal cual como la edición japonesa: tenemos una sobrecubierta mate, varias páginas iniciales a color y lo demás en blanco y negro. Al no estar el tomo cosido, una tiene muchas reticencias a abrir demasiado el cómic, pero se lee cómodamente y no hay necesidad de forzarlo para poder leer sin problemas las páginas, las cuales tienen una buena impresión, sin moiré o mal guillotinado o cualquier otro error de impresión. La rotulación está bien y todos los textos dentro y fuera de bocadillo se leen perfectamente.
La traducción, si bien me ha gustado y las voces de los personajes casa perfectamente con sus personalidades y las situaciones, sí que he encontrado algunas palabras o expresiones no muy acertadas. Un ejemplo es decirle a alguien que es muy pequeño. Y esto estaría bien si no estuvieras hablándole a un chaval de 17 años y usaras "pequeño" como sinónimo de "joven" en un contexto serio de sermón. Decirle a un adolescente que es muy pequeño para entender lo que sea queda muy mal, no es algo natural que digamos en España. Quitando eso, no tengo quejas y, como digo, me ha gustado en general la traducción y el trato al texto, pero sí que hay frases que podrían haberse formulado de otra forma para sonar más naturales y estar mejor localizadas.
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