"Que se odien. O que se amen. O lo que sea. Da igual, mientras te entretengan"
- Autoras: Iria G. Parente y Señene M. Pascual
- Editorial: TBR
- Distopía, ciencia ficción, salud mental, LGBTIQ, redes sociales, romance, drama, young adult
- Libro único
- Edición: Tapa blanda con solapas
- Páginas: 672
-Precio: 16'95€
- Ya a la venta
SINOPSIS
¿Quién eres realmente cuando nadie te ve?
Una competición en la que lo más importante es mantener la atención sobre ti.
30 participantes dispuestos a todo para que nadie deje de mirar.
El Edificio Imperio ha abierto sus puertas. En él se lleva a cabo la competición en directo más importante del mundo, y para ganarla solo hay que hacer dos cosas: formar parte de sus juegos y conseguir que toda la gente posible se fije en ti.
Dana Shifter no quería asistir, al contrario que su hermana pequeña, Liv, que tiene claro que quiere ganar. Ganar es lo que desea también Evan Walker, que quedó segundo en la pasada edición y este año aspira al primer puesto; aunque la favorita del público es Bianca Fiore, su enemiga declarada desde antes incluso de empezar.
Este también es el segundo año de Félix Oliveira, que tiene muy claro que no va a repetir errores del pasado. En cambio, quienes están preparados para cometer todos los errores que haga falta, empezando por entrar en el programa fingiendo una relación que ya no tienen, son Sasha y Asher.
Y luego está Blake. Ella ni siquiera debería haber entrado en Imperio, pero está dispuesta a llegar a la cima cueste lo que cueste.
¿Y tú? ¿A quién vas a mirar?
OPINIÓN PERSONAL
Como buena fan de los mundos selirienses, no podía perderme la nueva novela de mis dos autoras españolas favoritas, máxime cuando su nueva novela era una distopía en un futuro (no tan lejano) con una mirada demasiado realista en nuestro presente y que aborda un tema candente en nuestra sociedad: las redes sociales. Imperio es la inmersión total de Iria y Selene en el mundo digital de las redes sociales y de los influencers, una inmersión en la psique de las personas adictas a ellas, que se dedican a vivir de ellas y hasta dónde es capaz el ser humano de llegar para conseguir la viralidad: ser vistos y que nadie aparte la mirada de ellos.
En una sociedad estratificada entre aquellos que miran y los objetos a los que se deben mirar, un año más, el Edificio Imperio abre sus puertas para 30 nuevos Iconos en una competición retrasmitida 24/7 donde los Testigos los acompañaran a través de una serie de retos y pruebas eliminatorias para elegir a la persona que coronará la cima del edificio y dejará su estatus de Icono para tornarse Imperial al lado de la presidenta Sadie Craft, la Emperatriz, y sus Imperiales.
Este año la competición está que arde, llena de Iconos que van a darlo todo para conseguir llegar hasta lo más alto. Tenemos a un repetidor de la pasada edición, Evan Walker, que quedó segundo por debajo de Silena, la vencedora indiscutible quien no es otra que la mejor amiga de Bianca Fiore, la Icono que parte desde el piso más alto y que es una de las favoritas. Pero también contamos con la presencia de la pareja de moda "los sasher" formada por Sasha y su novio Asher, dos Iconos que son la envidia de toda Pandora por ser la pareja perfecta. Pero la cosa no queda aquí, las hermanas Shifter, Dana y Liv, las Iconos infantiles, también van a concursar o Félix Oliveira que, después de unos cuantos años, regresa a Imperio para demostrar que esta vez sí estará a la altura de la competición. Para finalizar, pero no menos importante que el resto, parte desde el primer piso Blake Cooper, la Icono estrella que pasó de su estatus de Testigo a Icono hace poco por su forma de superar el terrible accidente que la llevaron a crear por sí misma las prótesis que lleva. ¿Quién de ellos se hará con la victoria? ¿Qué pruebas deberán superar? Y, lo más importante, ¿qué están dispuestos a dar a cambio para lograrlo?
Haz con ellos lo que quieras. Húndelos o cuídalos. No son nada sin ti.
De forma magistral, sin ambages y al límite, tomando como inspiración El juego del calamar y Black Mirror, Iria y Selene exploran la psicología humana a través de los comportamientos en redes sociales, el mundo de los influencer y la necesidad exacerbada que se está generalizando en la sociedad para compartir cada minuto de nuestras vidas, hacer un negocio con nuestra existencia y hacer lo que sea para que la gente nos mire en masas.
Dentro de una sociedad donde todo gira alrededor de la red social Pandora, los seres humanos están diferenciados en cuatro clases sociales diferentes. Tenemos a los Testigos, aquellos humanos que están en el estrato más bajo que poseen un visor y participan en la red social como los espectadores de los Iconos, los influencer, y la clase social alta que se dedica a hacer contenido en Pandora para que los miren. Los Testigos viven en el extrarradio, la peor zona de la ciudad, tienen trabajos asignados por el gobierno y pueden escalar de escalafón social al de Icono si logran las suficientes visualizaciones. Pero esta especie de nobleza a la que todo Testigo aspira no es el escalafón más alto. Y es que, con la llegada al poder de Sadie Craft se creó el estatus de Imperial, uno que básicamente te permite formar parte de una especie de consejo al lado de la Emperatriz, vitalicio, y que te resuelve todos los problemas económicos. Y es que puedes dejar de ser Icono y pasar a Testigo si tus visualizaciones bajan, pero ser Imperial te da el privilegio de tener toda tu vida resuelta.
Pero para ser Imperial debes jugar a Imperio.
Antes de entrar de lleno a hablar de la competición, os había dicho que en este mundo hay cuatro clases sociales y todavía no os he presentado a la cuarta: los desconectados. Estas personas, sin visores y sin estar en la red de Pandora, viven fuera de la ciudad, rebeldes del sistema establecido donde algunos de ellos hacen ataques contra el sistema. Aunque son una minoría, son la resistencia al sistema implementado y generalizado en una sociedad hecha para que la gente comparta 24/7 su vida y vea la vida de otros en pos de conseguir visualizaciones.
El juego de Imperio empezó en el segundo año de mandato de la Emperatriz y fue tal el espectáculo que dieron sus participantes que todos los Testigos y los Iconos se engancharon a lo que ocurría en el Edificio, siendo un completo éxito que continua año a año con una nueva edición. El sistema de juego es sencillo: 30 Iconos participan en diversos juegos más o menos durante 5 semanas. Dependiendo de su popularidad en Pandora, se los reparte entre los pisos 1 hasta el 30, siendo el piso 30 el más alto y el 1 el más bajo. Aquellos Iconos que están en los pisos inferiores van siendo eliminados cada semana, hasta que solo los que están más alto llegan a la final donde se decide al ganador. Estando en un mundo futurista, obviamente tenemos avances tecnológicos importantes que son herramientas fundamentales para el Edificio, siendo éste móvil, moviéndose sus plantas de forma ascendente o descendente dependiendo de si el Icono sube o baja de posición. La caída casi siempre representa perder y ascender estar un poco más cerca de la victoria.
Pero mantenerse en Imperio no es fácil y no solamente por las pruebas y retos sino por el espectáculo que des. En todo momento eres visto, no puedes controlar al cien por cien tu contenido y no sabes si a la gente les gusta o no porque no ves números a diferencia de los contenidos que se hacen normalmente fuera de Imperio y que puedes editar o guionizar con calma. Con los visores siempre encendidos, pero totalmente a ciegas, nuestros protagonistas deberán adivinar si lo que hacen gusta, si no, si van en cabeza, si están perdiendo visualizaciones... Todo esto acompañado de la convivencia con otros Iconos que piensan lo mismo que tú y que no les va temblar el pulso para hacerte la zancadilla y traicionarte a la mínima para sacar provecho.
¿Pero qué sería Imperio sin sus Iconos?
Iria y Selene nos presentan distintos tipos de perfiles basados en perfiles y en la psique de personas reales en nuestro presente para crear a los distintos narradores de la obra, siendo esta en primera persona y con una mirada caleidoscópica.
Tenemos a las hermanas Shifter, Iconos por nacimiento, y las cuales vinieron al mundo para beneficio de sus padres quienes han vendido sus vidas en Pandora desde el primer día (¡antes de nacer, incluso!). Siguiendo los guiones de sus padres, han llegado a lo más alto y aunque Dana representa el personaje que se ha percatado de que el sistema no es tan bueno como nos quieren hacer creer los de arriba, acompaña a Liv a Imperio por ser menor de edad y necesitar un acompañante. Dana y Liv son una fuente de ingresos para sus progenitores y dos personas que no han podido ni pueden elegir cómo hacer su vida. Liv, de solo doce años, está dispuesta a todo y su juventud la hace manipulable y vulnerable al contrario que a Dana, la cual no quiere formar parte de todo esto pero que no conoce otra vida que no sea la de Icono.
Otro perfil destacable es el de Bianca Fiore, una chica que necesita la validación constante de los demás para poder seguir adelante ante su fuerte inseguridad. Con ella vemos la dependencia que pueden crear las redes sociales para las personas y lo que éstas afectan a la salud mental y la capacidad que tienen las opiniones de hacer que la gente haga lo que sea para satisfacerlas, para obtener esa validación. La desesperación de Bianca por llegar a la cima no es menor que la de Félix Oliveira. Habiendo sido Testigo de nacimiento y conseguido ser Icono, si no consigue ser Imperial dejará de ser Icono por sus bajas visualizaciones actuales y lo que no quiere es perder el estatus social que ha conseguido. Eso hace que se obsesione por hacer lo que se supone que los Testigos quieren de él.
Algo que no debemos olvidar es que las redes siempre son un lugar donde mostrar solamente lo que uno quiere, hacer creer a la gente lo que quieres que crean como bien saben Sasha y Asher, la supuesta pareja perfecta de toda Pandora, pero que no son lo que todos creen. Su relación no es tan perfecta en absoluto y están en un punto tan al límite que saben que se la juegan si los Testigos descubren la verdad. Mentir es simple cuando tú estás al mando, fingir cuando te convences de que tú no tienes la culpa, cuando te crees tus mentiras y te quitas responsabilidades todo es más sencillo como bien sabe el ambicioso Evan Walker quien está dispuesto a todo sin importar lo que le exija la competición, caiga quien caiga, porque eso es lo que la gente quiere y espera de él. Lo más importante es agradar a los que te miran, lo demás no importa. Y, con esta segunda participación, sabe qué es lo que debe hacer para no cometer los mismos errores que la pasada edición.
La más misteriosa de todos nuestros protagonistas es Blake Cooper, la encarnación de la superación personal, aquella que ha sido capaz de superar la muerte, de conseguir reconstruirse a sí misma y enamorar a los Testigos e Iconos. Exudando carisma, nadie es capaz de apartar la mirada de ella, como si fuera un imán que reclama que te unas a su polo. ¿Cuáles son las motivaciones de Blake para jugar a Imperio?
Todos estos perfiles tan diferentes son las voces dentro de Imperio que, durante cinco semanas y con el resto de personajes secundarios, deberán intentar superar las pruebas que los Testigos y los Imperiales les tienen preparadas al puro estilo Gran Hermano, pero más retorcido y visceral. En el Edificio Imperio no hay privacidad, no hay descanso, no puedes dejar de crear contenido independientemente de si estás despierto o dormido. Dentro de Imperio estás todo el rato jugando a Imperio.
Y es que el Edificio Imperio está exento de las leyes de fuera. Lo que pase en Imperio se queda en Imperio y nada ni nadie va a interrumpir los juegos pase lo que pase, ocurra lo que ocurra. ¿Hasta qué punto los participantes sucumbirán a la presión, al estrés y a las situaciones que deban afrontar? No hay límites, no hay leyes ni moral ni ética. Solo está el juego y la cima. La victoria es lo único que vale.
Cargados de claroscuros, no tenemos en Imperio ningún personaje realmente malvado, sino más bien personajes completamente humanos e imperfectos, ambiciosos y egoístas, que han sido criados dentro de un sistema que los empuja a actuar de la manera supuestamente correcta para encajar. Teniendo esto en mente, Iria y Selene plantean varias situaciones donde ponen a los personajes al límite, donde la línea del bien y el mal se difumina, explorando así la naturaleza humana, la inhumanidad para convertirse y ser un objeto hecho por otros con la finalidad de ser vistos.
Lleno de reflexiones, esta distopía aborda varios temas como la privacidad individual, la venta de algo tan íntimo como es una relación sentimental, la utilización de menores como moneda de cambio para ganar estatus y dinero, la validación constante e inmediata para sentir que formas parte de la vida, que estás dentro de la moda, de la norma, la fama y el reconocimiento, la viralización sea de la forma que sea sin importar dañar a otros o hacerte daño a ti mismo. En Imperio vales según las visualizaciones que consigues. ¿Hasta dónde es capaz de llegar una persona para conseguir más y más visitas, más visualizaciones? ¿Y cómo de insensible se ha vuelto la humanidad que ha normalizado el dolor, el odio gratuito, todo lo ajeno que le suceda a otro que lo valida, que lo quiere, que lo anhela sin importar nada?
Amor, odio, amistad, venganzas, traiciones, alianzas... Todo y mucho más encontramos en las casi 700 páginas de Imperio. Estructurado en cinco partes diferenciadas, que representan las semanas de juego, la narración es en primera persona y en presente que se alterna entre varios personajes para poder ponernos en la piel de distintos puntos de vista. El espacio siempre es el Edificio Imperio, el cual no abandonamos nunca, pero todo el sistema del mundo y sus distintas clases sociales se nos va desgranando poco a poco a medida que avanza la lectura y cuando es estrictamente necesario; sin cargar ni bombardear al lector al inicio de la obra con todo el worldbiulding.
Esto hace que su lectura sea amena, que enganche, que seamos incapaces de soltar el libro, el cual tiene muy buen ritmo con momentos de transición que permiten sumergirnos más en la psicología de los personajes antes de que todo estalle cuando se nos presentan las distintas pruebas.
En definitiva, Imperio es una lectura reflexiva, una obra donde se analiza al extremo los comportamientos de las personas referente a las redes sociales, a cómo una herramienta muy útil, dependiendo de la forma en que la uses, se puede volver algo perverso de lo que ya eres incapaz de escapar. Porque, escapar, significa estar fuera de la norma, de la vida de las miles de personas que están conectadas. Hacen que seas alguien irrelevante, sin importancia. Sin identidad en un mundo digital.
Iconos, ¿a qué creéis que estáis jugando?
A Imperio.
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