miércoles, 29 de mayo de 2024

Reseña: Adiós, rey mío vol. 1 de Wen Yuan

 "Conocerlo ha sido un milagro. ¿Podría, por favor, ocurrir otro milagro? Vuelve a mi lado, por favor"



FICHA TÉCNICA

Título original: 再见,我的国王

- Autore: Wen Yuan (温远)

- Editorial Española: Monogatari Novels 

- Editorial china: Beijing KuaiKan World Information Technology Co.,Ltd.

- Serie completa en 5 volúmenes

- Danmei, ficción histórica, drama, romance, manhua, intriga palaciega, antiguo Egipto, acción, aventura, sobrenatural

- Traducción: Marina López-Duarte Bandini 

- Páginas: 340

- Precio: 17'95€

- Link de compra en la web de Monogatari Novels y para leer el primer capítulo

- Ya a la venta

- Gracias a la editorial por la copia de prensa para su reseña

- Las imágenes de la reseña pertenecen a la edición digital de la obra publicada en la plataforma Tappyton


SINOPSIS

Zhang Li, un apasionado estudiante de medicina, se ve cautivado por la enigmática civilización de Ebis y tiene la oportunidad de explorar sus misteriosas ruinas. Entre los vestigios ancestrales, descubre una intrigante estatua de piedra que parece tener un vínculo peculiar con él. Sin embargo, su sorpresa llega a nuevos niveles cuando esta misma estatua cobra vida de manera misteriosa en su propio país.

Tras unas semanas de convivencia con esta enigmática presencia, Zhang Li se ve repentinamente transportado al mismo corazón de Ebis, miles de años en el pasado. Allí se encuentra cara a cara con un rey que guarda un sorprendente parecido con la estatua, pero…

¿Quién se iba a imaginar que este monarca sería un tirano cuya personalidad contrasta radicalmente con la del ser que conocía?


OPINIÓN PERSONAL 

Como buena historiadora amante del pasado remoto y de las más antiguas civilizaciones, siempre me gusta leer obras de ficción basadas en algún periodo histórico que no sea el nuestro actual, máxime si es de los que más me apasionan. Cuando descubrí en la plataforma digital Tappyton See you, my king (título que tiene allí en inglés) tardé cero coma en leerme todos los episodios que había subidos, enamorarme de la historia, ambientación, personajes e ir a Twitter a contar a mis seguidores la joya de la corona que había hallado. Aunque lo más increíble de todo esto fue, pocos meses después, vivir en vivo y en directo su anuncio en el Manga BCN por Monogatari Novels; algo que jamás imaginé ni tampoco me habría atrevido a soñar. Pero pasó, y ya está aquí el primer volumen de Adiós, rey mío, una historia de acción, romance slow burn y un viaje en el tiempo al pasado remoto de un reino basado en el antiguo Egipto donde nuestro protagonista vivirá la mayor de sus aventuras y el más eterno de los amores. 

"En ese momento, todavía no sabía que mi destino estaría entrelazado con el de aquel misterioso reino antiguo."

Zhang Li es un estudiante de medicina que se une a la excavación arqueológica de las ruinas del milenario reino de Ebis, una antigua civilización del desierto al lado del río Nilo y que prosperó durante 1500 años antes de desaparecer sin dejar rastro. Con el movimiento de las arenas del desierto, ha salido al descubierto lo que los científicos creen que es la antigua Memqa, la que fue la última capital imperial de Ebis. Li, que siente una extraña atracción hacia ese desaparecido reino, no podría no haberse unido a ese viaje a pesar de no estar dentro de su campo de estudio.

Una noche, cuando se pierde y se separa de sus compañeros, Li se topa con unos saqueadores de tumbas, los cuales lo atrapan y encierran en un sarcófago. Desesperado, pidiendo ayuda a gritos, Li logra salir de allí con la sorpresa de toparse con una increíble, y realista, estatua de piedra que, cuando el chico se va, cobra vida.

Siendo hallado de nuevo por los saqueadores, Li se enfrenta a ellos, pero no tiene posibilidades de salir victorioso. Solo la llegada de la providencial estatua de piedra hace que Li salve la vida. Temeroso de ser el siguiente en morir, el joven no espera la sonrisa hermosa y bondadosa que la estatua le dirige a él y solo a él, como si lo hubiese estado esperando allí durante eones.

De regreso a su hogar, después de haberse recuperado de sus heridas, Li siente que alguien le sigue y, como no, es la extraña estatua de piedra. Dejándola entrar en su vida, curioso por saber quién y qué es, Zhang Li vivirá una extraña pero dulce convivencia con la estatua de piedra, con su Grandullón, como él lo llama. Aunque esta no puede hablar, eso no evita que ambos aprendan a comunicarse y que, poco a poco, Zhang Li vaya cogiéndole cariño. Pero un incidente hace que las cosas se tuerzan y que su tiempo juntos se agote. Desmoronándose en el instante en que Li comprende que se había enamorado, el chico desea con todo su ser que se produzca el milagro de nuevo: el milagro de volver a estar con él. Deseándolo con todo su ser, Li es trasladado a otro lugar, a otra época y, allí, frente a él, está su Grandullón en carne y huesos. 

Sin contenerse, Li se lanza a sus brazos, pero ese hombre no es la estatua de piedra que conoció, su dulce Grandullón. Ese hombre es un tirano, el rey de Memqa: Mohemis, quien ni siquiera sabe quién es y lo trata de asesino. Encarcelado, Li deberá ingeniárselas para sobrevivir en la antigua Ebis y conseguir comprender y descubrir si ese rey déspota es la estatua de piedra. 

Llena de intrigas y política palaciega, Adiós, rey mío es una obra basada en el antiguo Egipto donde nuestro protagonista deberá desentrañar los entresijos que están sacudiendo a una milenaria civilización a la vez que intenta desentrañar si la estatua que ama es el rey tirano que gobierna Ebis.  

Con un arte espectacular y una muy buena ambientación, Wen Yuan nos traslada a Ebis, una civilización antigua basada en la civilización del antiguo Egipto en un momento convulso del reino bajo el reinado de Mohemis. Siendo un tirano, alguien que va en contra de los designios y del poder religioso de Templo, Mohemis está en plena guerra abierta con los hombres religiosos más poderosos del reino; siendo acosado por asesinos que quieren acabar con él. Rodeado de guardias y siempre alerta, la llegada de Zhang Li cuando se estaba derribando una estela a los dioses de Ebis es una señal que cada bando se la toma de una forma distinta. Para el monarca es un asesino enviado para matarlo y, para el templo, alguien a quien usar como señal divina en contra de Mohemis frente al pueblo. 

Sin ser ni una cosa ni la otra, Zhang Li deberá hacer uso de todo su ingenio, conocimientos y habilidades (que no son pocas en su haber) para lograr salir con vida del lio en el que se ha metido solamente por haber deseado volver a ver a su Grandullón. Mas, en vez de encontrarse en los duros pero reconfortantes brazos de su estatua de piedra, Li acaba a los pies de un hombre despiadado, cruel y frío que no lo reconoce y que lo trata con desprecio, asco y desconfianza. Un hombre que quiere y podría matarlo sin tan siquiera pestañear.  

Aunque, primero que todo, Li deberá lidiar con Evtiti, el supervisor jefe y la mano derecha del rey. Apodado el zorro no solo por su apariencia, Evtiti intentará por todos los medios sonsacarle quién es, de dónde viene y para quién trabaja. Pero Li no trabaja para nadie y mucho menos puede decir como si nada que proviene del futuro. Teniendo que pensar estrategias, cambiar su forma de pensar y actuar por hallarse en el pasado, Li logrará finalmente su objetivo y acercarse al rey. ¿Conseguirá descubrir lo que desea, a pesar de en el lio en el que se verá envuelto y del que ya no podrá, ni querrá, escapar? 

Con un muy buen desarrollo narrativo, Wen Yuan nos introduce en la historia a muy buen ritmo, haciendo que cada viñeta sea importante y que no haya ni rastro de añadido innecesarios o paja. Esto hace que la narración fluya y que la historia siempre esté interesante, que tenga un ritmo progresivo, con algunos picos de clímax cuando es necesario; pero en general la historia siempre se mantiene estable, entretejiéndose las partes explicativas de la situación del reino con los acontecimientos del tiempo presente en la narración. 


El arte, detallista y hermoso, con una elección perfecta de la paleta de colores, nos sumerge en Ebis, ese Egipto inventado por Wen Yuan y el escenario principal en el que transcurre la historia. Lo bueno de que sea una civilización basa en, y no una en concreto, le permite a le autore jugar y crear aquello que crea necesario para su historia; pudiendo tener licencias creativas al no ser una obra que pretenda o busque una fidelidad histórica (aunque la ficción es entretenimiento y jamás puede tener fidelidad histórica al cien por cien) y, aún así, hay un trabajo documental detrás y cosas que sí son ciertas del antiguo Egipto como el modus vivendi, los reinos enemigos, el poder político y religioso o la presencia de extranjeros, habitantes más de Kemet (nombre real de Egipto en la antigüedad), muchos de los cuales tuvieron cargos importantes. También el momento histórico elegido para la obra me recuerda mucho a la revolución religiosa de Akenatón contra el poder del Templo creando el culto al dios Sol Atón. Aunque en Adiós, rey mío Mohemis no busca crear otro culto, sino acabar con la supremacía del poder religioso del Templo para poder darle a su pueblo aquello que esa institución tan poderosa les está robando. 

"Lo más importante es que me asegure de que sigue siendo el mismo Grandullón que conozco. ¡Si es así, ya no volveré a dejar que se vaya de mi lado nunca más!"

En medio de toda esta confrontación de poderes políticos y religiosos entre el monarca y el Templo, entra Zhang Li en escena; alguien que nadie sabe de dónde ha salido ni cuál es su objetivo. Siendo investigado y codiciado por ambas partes, Li solamente desea una cosa: saber si su estatua de piedra es ese monarca que, a la mínima de cambio, quiere matarlo. Porque, aunque su apariencia es la misma, sus caracteres no podrían ser más diferentes y contradictorios. Li no ha ido a Ebis a morir y no sabe cómo regresar a su época, así que le toca creer en el milagro y que su Grandullón esté dentro de ese hombre frío y hermoso que parece más inhumano que su estatua. 

La edición española de Adiós, rey mío cuenta con los 16 primeros capítulos del manhua, más un extra, cosa que hace que este primer volumen no sea una mera introducción y se avance bastante en la trama, quedándose en un punto candente para el siguiente. El formato de la edición física que nos presenta Monogatari Novels es de tamaño A5 con sobrecubierta, a todo color, papel satinado y las páginas cosidas. La impresión de las imágenes es nítida, perfecta, y no hay ningún problema en las capas. El volumen es muy manejable y resistente y se puede abrir sin forzarlo y se lee con comodidad a pesar de tener más de 300 páginas y su peso. A pesar de que hay algunas cosas a mejorar en la rotulación (textos muy oscuros que no se leen muy bien, letras fuera de los bocadillos, texto que queda atravesado por los bordes de las viñetas), se lee sin mayores dificultades. También la distribución de viñetas es, a veces, un poco confusa y hay que fijarse bien cuál va antes. Mas, en general, se lee correctamente. 

Lo mejor, sin duda, la traducción de Marina. Si bien hay alguna errata y alguna cosilla que se podría haber pulido para evitar alguna repetición durante el proceso de corrección ortográfica y de estilo, en general me ha encantado la traducción y me ha gustado más que la inglesa de Tappyton al tener más jerga y no ser una adaptación neutra y genérica. Las voces de los personajes creo que están muy bien medidas y que hablan reflejando su personalidad en cada momento.

Como ya hice en su día en Twitter, nuevamente LA REINA RECOMIENDA Adiós, rey mío, ya que es una historia que tiene acción, drama, secretos, momentos cómicos, momentos adorables, una relación slow burn muy bien hecha, muchos secretos y giros de guion, personajes psicológicamente complejos, un dibujo atractivo y una ambientación espectacular que no podéis dejar escapar si os gustan las historias de viajeros en el tiempo y escenarios basados en reinos antiguos. El viaje de Zhang Li solo acaba de empezar, al igual que la relación que le espera junto al rey Mohemis.  



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