martes, 2 de julio de 2024

Crónicas de manga: After School Étude vol. 2 de Hirune Cyan

 "Aunque ya no seamos pareja de baile, nuestra  danza íntima sigue en pie."


SINOPSIS

Minobe, un estudiante del departamento de ballet de la escuela de arte, empieza a salir con Ichinomiya, quien goza de un excepcional talento para la danza. Tras compartir días llenos de dulzura al ritmo del pas de deux y románticas citas en casa, sus vidas dan un giro inesperado cuando Ichinomiya recibe una tentadora oferta de una compañía de ballet rusa... ¡Continúa la apasionante historia de estos dos bailarines que se enfrentan a decisiones cruciales que marcarán su camino!

- Reseña del primer volumen

- Gracias a la editorial por el ejemplar de prensa para su reseña


ANÁLISIS DEL TOMO

"Cuando pensaba [...] que nunca volvería a bailar ballet, un chico que brillaba con luz propia [...] me devolvió las ganas de seguir bailando".

Habiendo logrado entrar en la escuela de arte en la que deseaba estudiar, el joven bailarín de ballet de primer año Chihiro Miobe queda completamente hechizado y enamorado de la fuerza y la pasión que desprende el hermoso bailarín de danza contemporánea Shun Ichinomiya. Emparejados como pareja de baile como parte del programa académico, Minobe descubrió el oscuro pasado de Ichi y el dolor que sufrió al tener que abandonar el ballet, además del despertar en su interior de un deseo irrefrenable de conseguir deslumbrar a Ichi con su forma de bailar y no quedarse atrás. Por su parte, y gracias a Minobe, Ichi encontró las ganas de volver a ponerse bajo la luz de los focos y de bailar ballet. 

Con la llegada del nuevo semestre, hay un cambio de parejas de baile, siendo ambos jóvenes separados para formar un dúo con otra persona con la que deberán bailar el pas de deux. Eso tocará la fibra de Chihiro, ya que no se acostumbra a no ser él la persona que baile junto a Ichi. ¿Quién iba a pensar que a Ichi le ocurriría lo mismo? Entre besos y caricias, ambos jóvenes planean un futuro juntos, pero la sombra de Futami los persigue. El profesor, no solamente no se ha rendido respecto a Shun, sino que se presenta en su casa con la intención de llevárselo con él a la compañía de ballet rusa de San Petersburgo y seguir manipulándolo a su antojo cual titiritero a su marioneta. 

Profundizando en la relación de pareja entre Minobe e Ichi y de su faceta como bailarines, Hirune Cyan sigue esta historia llena de pasión por el baile y sueños de libertad para bailar y para decidir el camino hacia el futuro.

Más en sintonía que nunca, las vidas de Minobe e Ichi han cambiado desde que se conocieron meses atrás. El baile, el amor, la pasión y el entendimiento mutuo han hecho que ambos se enamoraran el uno por el otro y que las heridas de Ichi hayan sanado poco a poco gracias al brillo de Minobe y a la adoración que este último siente por él. A pesar de que deben separarse como pareja de baile en la escuela, eso no evitará que ellos sigan bailando juntos y que hagan planes conjuntos para el futuro. Porque Ichi quiere seguir bailando contemporáneo y ballet junto a Minobe y él desea ser bailarín principal y poder seguir junto a su amado Ichi. Pero la felicidad no podía durar eternamente. Sin rendirse con respecto a Shun, Futami vuelve a irrumpir en la vida del joven bailarín para entrometerse a su antojo y, sin importarle nada sus deseos ni mucho menos su yo como ser humano, quiere llevárselo con él a Rusia para que cumpla la finalidad para la que él lo entrenó como bailarín de ballet.

Gracias a su increíble arte, Hirune Cyan entremezcla las escenas espectaculares en 2d de baile con las más cotidianas de los protagonistas para hacernos una muy equilibrada continuación de After Shool Étude en la que Shun y Minobe deberán madurar y tomar decisiones difíciles si quieren seguir siendo fieles a sus sentimientos y a su forma de bailar.  Dejando más en segundo plano el erotismo del primer volumen y profundizando en la psicología de Ichi y Minobe, este segundo tomo está mucho más dedicado a desarrollar el romance de los tortolitos y también en mostrar al lector la nueva etapa de la vida de ambos y los planes de futuro que los jóvenes comienzan a trazar para poder estar juntos una vez se gradúen y pasen a la vida adulta y profesional. Como no podría ser de otro modo, se presentan nuevas dificultades que los jóvenes deberán sortear; algo que los hará reflexionar y madurar a la vez que deciden tomar las riendas de sus destinos. 


Aunque el personaje de Minobe no ha cambiado demasiado psicológicamente desde el primer tomo, el personaje de Ichi sí que lo ha hecho; siendo ahora una persona algo más sociable y que sonríe muchísimo más, sobre todo cuando está con su novio. Esto hace que Ichi se integre, un poco, en el círculo social de Minobe y que interactúe con los amigos de su pareja. Después de haber vuelto a bailar ballet, se nota que lo que se había roto en el interior del joven bailarín se ha recompuesto y que, de nuevo, disfruta bailando. Pero también es consciente de que debe buscar una nueva forma de bailar, una nueva forma de conseguir unir las dos danzas que ama para poder hacer que su cuerpo exprese con libertad lo que grita su corazón.  

Algo que me ha gustado de este segundo tomo es conocer un poco más sobre la relación de la madre de Ichi con su hijo, puesto que en el primer volumen no sabemos demasiado de su familia, aunque me sigue sorprendiendo que los padres de Shun le permitan ciertas atribuciones a Futami por muy profesor de su hijo que haya sido. Entiendo que es ficción y que, de no ser así, la historia sería muy diferente, pero espero que de una vez, y para siempre, ese señor desaparezca de la vida de Ichi y lo deje en paz. 

En conclusión, este segundo tomo de After School Étude me ha gustado mucho más que el primero, ya que es más maduro y se centra en el crecimiento personal de los protagonistas y se dejan atrás los clichés del primer tomo, llevándonos hasta el siguiente estadio de la vida de Ichi y Minobe y preparando la antesala de lo que está por venir en el siguiente volumen. 

No pedo acabar esta reseña sin destacar nuevamente el increíble arte de Hirune Cyan y lo bien que domina el arte narrativo para contarnos lo que quiere y su gran delicadeza y expresividad en los trazos cuando representa a los personajes danzando. Cada viñeta que hace con los distintos personajes bailando es una obra de arte en movimiento sobre el papel, y su capacidad de otorgar vida a las miradas en primer plano de los protagonistas es increíble (las miradas de Ichi no me parecen de este mundo). Sin duda, After School Étude no sería ni la mitad de bueno sin la calidad artística que hay detrás, un valor en sí mismo importantísimo para un cómic que trata sobre baile. 


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