martes, 22 de agosto de 2017

Reseña: Puedo oír el sol

"He aprendido a convivir conmigo mismo. Si tuviera que volver a elegir... No dudaría en elegir el mismo camino. Conocer a Taiichi me ha devuelto la felicidad." 

Ficha técnica:
- Título original: Hidamari ga kikoeru
- Autora: Yuki Fumino
- Editorial: Milky Way Ediciones
- Serie de 2 tomos (en japón se están publicando nuevos capítulos).
- Traducción: Salomón Doncel Mariano-Urbano
- Precio: 8'50€
- Marcapáginas exclusivos por comprar en la web.


Sinopsis en la web de Milky Way:

Un día cualquiera, Taiichi, un joven universitario en busca de trabajo, tropieza con Kôhei, quien se encuentra a punto de disfrutar de un delicioso almuerzo. Taiichi trata de entablar conversación con él, pero pronto cae en la cuenta de que hay algo extraño en la manera de actuar del misterioso chico. Y es que Kôhei sufre de una severa discapacidad auditiva...


Tras este encuentro fortuito, se desarrolla una tierna historia a partir de la particular simbiosis que se produce entre Taiichi y Kôhei, quienes irán descubriendo poco a poco lo que significan el uno para el otro...

Opinión: 

Si hay un tipo de manga que me encanta y que en Milky Way son expertos en traer a nuestro país es aquellos slice of life que te llegan al kokoro por tratar temas reales en nuestra sociedad. En el caso de Puedo oír el sol, manga con muy buena crítica y que ha tenido un artículo en Asahi Shimbun, el periódico más importante de Japón, nos cuenta la historia de dos jóvenes estudiantes universitarios. Uno de ellos es Taiichi Sagawa, un chico jovial y alocado que no para de meterse en líos cada dos por tres por su fuerte temperamento que lo lleva a actuar sin pensar. El otro es Kôhei Sugihara, un chico callado, solitario y atractivo que tiene discapacidad auditiva. Un día, mientras Taiichi se lamenta por no poder encontrar curro, se cae por una especie de barranco (?) y se topa con Kôhei. El chico, sin mediar palabra, al escuchar las tripas de Taiichi rugir de hambre (el chico es un pozo sin fondo y vive para comer y no al revés 😛), le entrega su almuerzo y se va. Al día siguiente, tras intentar dar con el desconocido que le dio de comer, Taiichi descubre que Kôhei tiene una discapacidad auditiva que le impide escuchar correctamente. Cuando va a buscarlo siguiendo el mismo método bizarro de la vez anterior, el chico le entrega la fiambrera y se ofrece para ser su anotador de apuntes en la Universidad.
A partir de este punto, los dos chicos irán desarrollando una relación de amistad que, poco a poco, desembocará a algo más.

Con un dibujo precioso, Yuki Fumino nos cuenta con sensibilidad y ternura la historia de nuestros protagonistas. En el primer tomo, la autora va alternando el punto de vista de cada capítulo a cada uno de los personajes, pero en el segundo eso cambia totalmente combinando los puntos de vista según las necesidades del guión. Fumino ahonda en la vida de los chicos, mostrándonos sin cuerda salvavidas el dolor de Kôhei cuando pasa de ser un chico normal y corriente a un discapacitado de la noche a la mañana y su transformación a lo que ahora es. También somos conocedores del triste pasado de Taiichi que, a pesar de su jovialidad, no está exento de la crueldad de la vida.

Aunque los dos son muy distintos en sus formas de ser, se complementan totalmente. Uno es tranquilo y callado, el otro un terremoto que parece que haya comido lengua, Kôhei es reservado mientras que Taiichi es amistoso y en seguida se le coge cariño por su frescura y espontaneidad. A medida que pasan las páginas tanto del tomo uno como del dos, los dos personajes van evolucionando a raíz de su interactuación entre ellos y con su entorno. Gracias a Taiichi, Kôhei logra salir de su zona de confort y de su aislamiento respecto a los demás y Taiichi dejará de ser tan veleta para lograr encontrar qué quiere hacer con su vida.


A pesar de que el elenco de Puedo oír el sol no es muy grande y la gran mayoría son personajes secundarios, todos y cada uno de ellos aportan algo interesante y fundamental a los protagonistas. Éste es un gran acierto por parte de la autora así como el trato hacia el genero femenino. Normalmente, en muchos BL, las mujeres que intentan filtrear o se enamoran de uno de los protagonistas no son muy bien tratadas, pero aquí es todo lo contrario y eso hace que no estemos ante el típico BL con torridas escenas sexuales sin argumento a una historia con un argumento currado y sin una escena sexual salvo algún que otro beso dibujado con una delicadeza digna de admiración. Otro punto a favor de este manga es la forma en cómo Fumino trata la deficiencia auditiva. El sufrimiento  que experimentan estas personas que no son sordas, pero que no pueden oír bien, no pasan desapercibidos para el lector y, aunque con tacto, la autora no se corta en mostrar la crueldad que muchas de estas personas deben sufrir en su entorno al no ser comprendidas y vivir en un mundo que no está hecho para aquellos que no son normales.

La edición es la que nos tiene tan bien acostumbrados Milky Way Ediciones: una completa delicatessen. El cariño y el mimo que le ponen a sus ediciones va más allá de cualquier otra editorial - exceptuando Tomodomo -. Un punto que recalcar: el precio tan competitivo que tienen los tomos. Aunque a alguien pueda parecerle caro en relación al primer tomo que tiene casi 200 páginas - lo normal, vamos -, el segundo cuesta lo mismo y ¡¡¡tiene algo más de 300!!! Sumándolo, es un total la mar de justo y competitivo. ¡Bien por Milky Way! Sobre la traducción, nada que reprochar, todo lo contrario. A mí me ha parecido que casaba a la perfección con la historia y los personajes. Personalmente, la traducción de Taiichi por Salomón Doncel es sobresaliente, mereciéndose más nota incluso. Tiene algunas frases que son verdaderos diamantes en bruto. Mi favorita es una del tomo uno en la que el chico hace alusión de sus habilidades oxidadas en el béisbol .

Como conclusión, si estas buscando una historia tierna, que te haga reflexionar, realista y con un dibujo delicado y muy bonito, no dejes escapar este manga aunque tengas reticencias por ser un BL. Debemos aceptar y normalizar que la condición sexual de cada uno es libre y que no hace daño a nadie. Amar es más que querer un cuerpo de distinto sexo y en Puedo oír el sol queda más que demostrado.

Nota final: 5/5 (porque no le puedo dar más que si no...)
  

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