"Nunca imaginé que, días más tarde, los dos chocaríamos nuestras miradas, y ella, sonriente, bañaría sus fríos y temblorosos dedos en mi gigante mano. Fue el comienzo."
Ficha técnina
- Autor: Daniel Diez Crespo
- Editorial: Wave Books Editorial
- Sello: Wave Black
- Suspense, terror psicológico, gore, asesinatos
- Páginas: 206 (en papel)
- Precio: 11,50 € (papel) / 2,99 € (ebook)
- Disponible en Amazon en papel y ebook; Lektu en formato digital y en librerías especializadas (Consulta la lista aquí )
- Gracias a la editorial por el ejemplar electrónico
Sinopsis:
«Por las frías y vacías pupilas se descolgaba un fino hilo de sangre. A sus inertes y afiladas agujas se aferraban los ojos de su víctima, ciegos, apagados. Eran dos pequeñas cebollas desnudas; sin piel. Es doble trofeo despuntaba obedientemente clavado a su arma. Ambas destilaban, aún densas, gotas de la sangre caliente de su madre.»
Eva tiene trece años. No sonríe. No mira. No comprende. Carece de dulzura. Esconde el miedo, y teje ovillos de lana en una apacible soledad. El día que el amor irrumpe en su mundo, las agujas la arrastrarán hasta sus adversarios para ser la elegida. El corazón la convertirá en una asesina en serie, minuciosa y sin escrúpulos.
Opinión:
Dentro de lo que es el terror (en todas sus vertientes) aquello que más pánico y angúnia que me da son tres cosas: los payasos (les tengo fobia a causa de It de Stephen King), los muñecos que cobran vida (por culpa de una película que vi de niña que iba de unas muñecas asesinas) y los niños endemoniados o chalados de turno ( culpa, de nuevo, de una película que me traumatizó en la niñez). Por eso, después de leer la sinopsis de la nueva novela de terror dentro del catálogo de Wave, tenía bastantes ganas de echarle el guante y, en cuanto adelanté algunas lecturas y saqué tiempo, me tiré de cabeza a ella. Y, señoras y señores, menuda novela más escalofriante y potente.
Aunque la sinopsis habla por sí sola, os voy a decir cuatro cosas más del argumento de esta novela. Eva es una niña de trece años sombría: no ríe, casi no habla, y solamente tiene dos amigos en el instituto. Aficionada al punto, pasa muchas horas del día tejiendo muñecos de lana tanto de animales como de personas. Un día irrumpe en su vida un profesor llamado Marc que, además de dar clases en su instituto (a otros cursos) será su profesor particular ya que la madre de Eva está preocupada por la niña al estar siempre tejiendo, hábito que cogió después de la muerte de su padre.
Este encuentro será el detonante de una serie de asesinatos en serie, unos que segaran vidas inocentes a través de dos sencillas, pero afiladas, agujas del número tres.
Con dos tipos de narradores distintos en la novela, uno testigo en primera persona a través del personaje de Marc y otro omnisciente en tercera para narrarnos las acciones y los pensamientos de Eva, Daniel Diez Crespo nos presenta una historia cruda, descarnada, macabra y con toques gore que empieza con un primer capítulo in media res para retornarnos al pasado en un gran flashback hasta hacernos regresar, en el final de la novela, al punto de partida donde habíamos dejado la acción.
Así pues, uno de los puntos fuertes de esta novela es su estructura. Al haber sido ideada de este modo, el autor hace, de forma magistral, que el lector sienta curiosidad y quiera saber por qué se llegó a esa situación inicial, no quedándole más remedio que seguir los pasos de nuestros dos personajes principales, Eva y Marc, para averiguarlo.
Aunque no puede decirse que este libro sea 100% terror puro y duro (sobre todo para los más amantes del género) el ambiente, la personalidad y las acciones de Eva dan bastante grima, siendo más una novela de terror psicológico con grandes escenas sangrientas. Otra cosa que me ha encantado es la imaginación del autor a la hora de explicarnos los sádicos asesinatos que transcurren durante toda la trama, y que no son pocos precisamente.
Así como la prosa.
El estilo narrativo de Daniel es recargado en el buen sentido, en ese más barroco que suele utilizarse para este tipo de género literario, con uso de metáforas continuas entre otras figuras retóricas que enriquecen mucho el texto ya que, básicamente, en esta novela lo que mueve a los personajes son los sentimientos y, en el caso de Eva, unos tan potentes y tóxicos que la llevan a cometer un asesinato tras otro en compañía de sus inseparables agujas.
Sobre los personajes: el eje central es Eva y, aunque sabemos más sobre Marc al ser un narrador, el personaje estrella y el mejor trabajado psicológicamente es ella. Vemos durante toda la novela su evolución, cómo se va retorciendo su espíritu, cómo se va marchitando su corazón mientras teje y teje sin parar entre charcos de sangre. Eva es un personaje complejo, pero no deja de ser muy humano aunque esa humanidad que presenta sea la cara más cruel y retorcida de nuestra especie.
Con todo, he de deciros que esta novela no es apta para todos los públicos. Y no por su contenido sádico y gore, sino por un tema que trata y que, algunas personas, pueden ser muy sensible a él. No lo diré porque eso sería spoiler, pero simplemente añadir que esto es ficción, que estamos ante una novela de terror y no ante la realidad, que este libro no intenta hacer apologías de nada y que hay que leer sin prejuicios. Siendo así, esta novela es una muy buena apuesta.
A pesar de que me ha gustado mucho este libro, debo ponerle tres peros a La niña de las agujas del número 3. El primero son los asesinatos. Si bien hay algunos mejor perpetrados que otros, me parece muy inverosímil que la policía sea tan tonta en su investigación ya que Eva, al ser una niña y por aquello que la empuja a matar, tampoco es que se lo curre mucho para esconder las pruebas de sus delitos en algunos momentos. Y la sangre no es tan fácil de borrar. Sé que esto tiene otro objetivo por parte del autor, pero podría haber intentado describir o crear un modo más plausible para que la niña lograra eludir la investigación policial y no tomar la vía fácil.
El segundo es esa sobrecarga de barroquismo narrativo hacia el final con debates interiores del personaje de Marc que podrían haberse dado en menos espacio y el tercero es el propio final que no me ha acabado de agradar del todo. Intentaré explicarme. No es que el final sea malo, porque no es cierto y es aqle que yo esperaba, pero me falta algo delante, un algo más potente y vertiginoso hasta llegar al Pim y al pum que ocurre antes del FIN.
Salvado estos detalles referentes a mis gustos y preferencias, La niña de las agujas del número 3 es una muy buena lectura, una apuesta que no defraudará a aquellos lectores que les gusta probar todo tipo de lecturas y argumentos, aquellos que leen sin prejuicios y que adoran estas historias de asesinos en serie.
Nota 4/5, lectura muy intensa