"Estoy a solas con un omega en celo. ¡¿Qué clase de tortura es esta?!"
FICHA TÉCNICA
- Título original: めぐみとつぐみ (Megumi to Tsugumi)
- Autora: Mitsuru Si (en japonés S井ミツル)
- Editorial Española: Arechi Manga
- Editorial Japonesa: Takeshobo
- Serie abierta con 4 tomos en Japón. Se publica en la revista digital Qpa
- Omegaverse, BL, comedia romántica, erótico, serie abierta
- Sexto puesto en la categoría BEST comic en los BL Awards de 2019
- Traducción: María Reimondo (Daruma Serveis Lingüístics, SL)
- Páginas: 226
- Precio: 9€
SINOPSIS
Megumi es un chico alfa que se entera de que a sus amigos los ha atacado un chico de mirada penetrante, mascarilla y armado con un tubo metálico, y decide enfrentarse a él... Pero Tsugumi es un omega que detesta a todos los alfas que solo ven a los de su clase como simples medios de reproducción. Tsugumi está dispuesto a hacérselo pagar caro al alfa, lo que deja a Megumi confuso, dividido entre la rabia y el deseo...
OPINIÓN PERSONAL
El omegaverse es un subgénero que lleva años despuntando en Japón y en otros países como Francia, Alemania o en licencias en lengua inglesa. Lo que podría parecer una vitalidad y un auge con fecha de caducidad en un subgénero importado como una parodia de la ciencia ficción, a demostrado ser un subgénero potente, que no deja de reinventarse y que sigue expandiendo sus horizontes a cada obra y a cada mangaka que se interna en él. Lo que comenzó como algo residual en la antología llamada Omegaverse Project, allá en el 2015, ha terminado saliendo de sus páginas para publicarse en muchísimas revistas BL que, en un principio, no serializaban nada parecido.
Con el mercado BL más maduro en España y con una demanda creciente por el omegaverse por parte de los lectores, Arechi ha sido la primera editorial, pero no la única, en lanzarse a por el ABO (como también se conoce el omegaverse con las siglas de las palabras alfa, beta y omega) y su propuesta para estrenarse con el subgénero de ciencia ficción ha sido la serie abierta Megumi y Tsugumi, una divertida y fresca comedia romántica erótica con dos estudiantes adorables y, sí, muuu tontos.
Pero antes de que os hable de Megumi y Tsugumi voy a haceros una muy breve introducción sobre el Omegaverse. Para quienes estáis habituado al género, sabéis que al inicio de cada obra aparece un resumen del universo explicando lo básico para que nadie se pierda, además de que en el propio manga también se dan las explicaciones pertinentes. En Megumi y Tsugumi no iba a ser diferente y tenemos ambas cosas. Pero, igualmente, ¿qué es el omegaverse? Como su nombre indica es un universo donde, además del género/sexo masculino y femenino, tenemos tres géneros más (esto depende de la obra, porque con el paso de los años este universo se ha expandido muchísimo y cada vez se van saliendo más de las bases generales). Estos tres géneros son alfa, betas y omegas. Es decir que hay hombres alfas, betas y omegas y mujeres alfas, betas y omegas. En resumen, los betas son la gran mayoría de la población y ni entran en celo ni desprenden feromonas, es decir, son personas normales (repito que depende de la obra es así o hay matices). Seguidamente vendrían los alfas, los primeros en la pirámide y que son menores en proporción a los betas. Estos desprenden feromonas y también periodos de celo. Son los dominantes del sistema. Los menos numerosos son los omegas y también los últimos en el escalafón social. Siendo tratados como ganado por los alfas, tanto hombres como mujeres pueden quedarse embarazados. Desprenden feromonas y tienen celo.
No es tan difícil, ¿verdad? Al menos esto es lo básico para que tengamos claro dónde nos estamos metiendo. Preparados ahora para la reseña de Megumi y Tsugumi.
Tsugumi es un omega maleante con cara de malas pulgas que siempre va acompañado de una mascarilla y un tubo de metal. Cuando ve que unos machos alfa quieren abusar de una omega, Tsugumi les da una buena paliza. Estos, como ratas rastreras, van a ver a su amigo Megumi, el hijo del director de la academia Kokonoe, solo para alfas, en la cual estudian. Cuando cuentan sus versión de los hechos, para nada la real, Megumi decide ir a buscar a ese Tsugumi para darle una paliza y vengar a sus compis. Lo que no sospechaba era que Tsugumi era un omega y que, para colmo, ¡en ese momento estaría en celo!
Como Tsugumi no quiere tomar inhibidores para controlar las feromonas de su celo, argumentando que con su fuerza de voluntad puede controlarlo, Megumi se lo lleva de allí para evitar que ocurra una desgracia y le da su neceser con un inhibidor para alfas que también puede ayudar a los omegas en celo. Tsugumi, que hasta entonces había resistido sus calores, ante el olor de Megumi no puede resistirse en pasar su celo masturbándose en su habitación. Eso le cabrea ya que odia a los alfas, así que vuelve a buscar a Megumi para pasar cuentas. ¿Pero qué pasará cuando Megumi empiece a ver a Tsugumi con otros ojos y Tsugumi sea incapaz de sacarse al alfa de mierda de su cabeza?
Con el humor como base, Mitsuru Si nos entreteje un romance adorablemente desternillante con dos protagonistas imbéciles, pero a cada cual más adorable. Sin perder de vista que estamos ante un omegaverse, sensei nos muestra las distintas caras de los alfas y los omegas, el desprecio de los alfas por los omegas y, a su vez, los valores morales que tienen personajes que no están de acuerdo con la pirámide social. Aunque Megumi parezca un niño mimado y un pijo, no es un alfa que piense que los omegas sean inferiores. Todo lo contrario. Megumi será un adolescente, pero tiene sus principios y en todo momento piensa en Tsugumi cuando, como omega, sufre el celo. Por su parte, Tsugumi es un bruto que va por la vida con un tubo de metal para defenderse de los alfas que van de listos por la vida. No se corta en partirle la cara a nadie, demostrando que no por ser un omega es débil. Algo que cada vez se hace más en estas obras es hacer omegas fuertes, ya sea como en Megumi y Tsugumi por la fuerza bruta, o por hacer lo que toca y no dejarse subyugar ni arrinconar por los alfas.
El elenco de personajes no se queda solamente en sus protagonistas y demás secundarios que aparecen para que los protas se acerquen entre ellos, también tenemos a la familia de Tsugumi, conformada por sus dos padres (un alfa y un omega) y su hermana (una beta). Las aventuras de estos dos cabezas de chorlito no han hecho más que empezar y nos esperan más momentos desternillantes, adorables, reflexivos y sexuales. Porque Megumi y Tsugumi es una obra erótica y en donde hay bastante sexo. Y ese sexo se nos muestra sin censura y representando perfectamente, no solo el ardor juvenil, donde las hormonas están revolucionadas, sino también el salvajismo que rodea los omegaverse, universo en el que los personajes, ante su género secundario, suelen sucumbir, quieran o no, luchen contra ello o no a sus instintos.
Puesto que ya he comentado el punto caliente de si hay censura o no, paso a comentar la edición que nos presenta Arechi. Comienzo por la sobrecubierta con relieve tanto en el título como en el símbolo de la letra omega. Soy una fanática del relieve en las cubiertas, así que me hizo mucha ilusión verlo. El tomo viene cosido, las páginas no trasparentan y la impresión es muy buena y nítida. No puedo ponerle ninguna pega, salvo en la rotulación que, si bien es correcta, hay viñetas en las que se nota el borrado de los textos japoneses que están fuera de los bocadillos sin que esté perfectamente reconstruida la trama que había debajo y también algunos globos donde la letra casi llega a los bordes del bocadillo. Pero es mínimo, y con la tipografía escogida al ojo no le da la sensación de saturación y se lee perfectamente. La traducción de María Reimondo es perfecta (Sé que en los créditos pone otro nombre, pero mil gracias a la traductora por ponerse en contacto conmigo y decirme que había habido un error y también el twitt donde Daruma cita su nombre correctamente). Capta a la perfección las voces de los personajes y elige las expresiones y los tacos perfectos para hacer hablar malamente cuando toca a dos adolescentes bobos. Un diez.
En definitiva, si nunca habéis leído un omegaverse y queréis probar a leer un BL diferente, con adolescentes macarras y sin purpurina y unicornios, este es una buenísimo manga para ambas cosas, al no ser un drama ni una historia chunga a lo referente al trato que se le da a los omegas o que haya alguna violencia que no sea tratada con humor para que se digiera mejor o se le quite hasta cierta importancia. Si ya conocéis Megumi y Tsugumi o el omegaverse, qué os voy a contar salvo deciros que la espera ha valido la pena y que deseando estoy de seguir a este par hasta el final.
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