"Decide si tu habilidad es algo desagradable a evitar o un talento para cumplir con tu misión"
La oficina de búsqueda de la policía metropolitana de Tokio está especializada en de desapariciones inusuales. Kuroda, que posee la habilidad especial de ver el hedor a muerto en forma de líneas rojas, ha descubierto el cadáver decapitado de una niña en un parque.
Él y su compañero Ikaga, un perfilador criminal prodigio, desean hallar el paradero del autor del crimen y de la cabeza desaparecida, pero la primera división de investigación les arrebata el derecho a involucrarse en el caso.
- Lee la reseña del primer volumen
- Gracias a la editorial por el ejemplar de prensa para su reseña
ANÁLISIS DEL TOMO
En plena investigación sobre una extraña desaparición, Ikaga y Kuroda se encuentran el cadáver de una niña sin cabeza en un parque. Al tratarse de un caso de asesinato, el departamento de búsqueda ya no tiene potestad para encargarse de encontrar dicha cabeza faltante de la fallecida ni encargarse de encontrar al presunto asesino. Sin embargo, y mientras se crea un equipo de investigación criminal, Ikaga y Kuroda proseguirán con la búsqueda de cabeza para así hacer que la víctima pueda regresar a casa. En medio de este caso, uno crucial para Kuroda, este tomará una decisión que cambiará el curso de muchas cosas. Pero hay algo muy turbio en las atrocidades cometidas sobre la víctima, algo mucho más oscuro de lo que puedan imaginarse Kuroda e Ikaga.
Siguiendo la estela del primer volumen, naked ape prosiguen la narración de este apasionante thriller policiaco y psicológico protagonizado por los policías Kuroda, quien tiene la habilidad de visualizar, además de oler, el hedor de la muerte en forma de líneas rojas; e Ikaga, un perfilador criminal con un talento extraordinario; ambos hombres con segundas intenciones para haber decidido hacerse policías, las cuales están intrínsecamente relacionadas con sus pasados.
"Los asesinos regresan al lugar del crimen."
Dedicados a encontrar a gente viva desaparecida, la Oficina de Búsqueda de la policía metropolitana de Tokio se dedica a hallar a personas que se han desvanecido de forma inusual. Después de seguir cierta información, Ikaga y Kuroda, en vez de encontrar a una persona viva, hallan el cadáver decapitado de una niña en un parque. Con la aparición de los miembros del departamento al que realmente pertenece Kuroda (antes de que lo reasignaran al de búsqueda) para encargarse del caso de asesinato, este e Ikaga aprovecharán todo el tiempo del que dispongan que seguir investigando e intentar encontrar la cabeza para que la familia no deba identificar de un modo tan cruel el cuerpo sin vida de un ser querido. Empero, la investigación se complica y el curso de la misma se ve algo truncado por las acciones de Kuroda, el cual quiere regresar al departamento de investigación criminal. Pero no solamente será él quien dificulte el propósito de Ikaga. Y es que, detrás de este caso, hay alguien más poderoso que quiere esconder la verdad.
Sin ser este el único caso dentro del volumen, naked ape también se centran en el personaje de Ikaga, de quien ha llegado el turno de conocer su pasado, uno para nada sencillo, y mostrarnos el porqué decidió hacerse investigador: buscar a alguien. Ese alguien, quien lo ayudó en su más tierna infancia cuando su vida era un auténtico infierno, desapareció sin dejar rastro tras un reguero infinito de sangre y muchas preguntas sin responder a un joven Ikaga que, hoy en día, sigue sin conocer las respuestas ni el paradero de esa escurridiza persona.
Además de esto, nuestros protagonistas, deberán investigar un segundo caso, el cual se remonta a veinte años en el tiempo: la desaparición de Masaki Tagami, un joven oficinista. Este caso, el cual estaba a cargo de quien es ahora su superior, Miyakado, confía ciegamente en que, gracias a las nuevas tecnologías y los talentos innatos y habilidades de Ikaga y Kuroda, serán capaces de resolver el misterio y darles paz a unos padres que llevan 20 años buscando su hijo, a Muyakado - quien tiene enquistado ese caso - y a la propia víctima.
Prosiguiendo con el misterio y lo que subyace realmente dentro de la trama principal, Suicide Line es una obra que juega con la línea antagónica que separa la vida y la muerte tanto con sus dos protagonistas como en todos los casos que se investigan. Si bien este segundo volumen se centra más en desapariciones de personas que ya no están en la línea de la vida, el dúo que forman naked ape desarrollan y muestran las facetas más repulsivas y bajas del ser humano. La maldad, la crueldad, la locura y la bajeza humana tienen múltiples facetas, como también vemos en el pasado del propio Ikaga y el que ya vislumbramos en el primer volumen con el pasado de Kuroda. Y, en este contexto, es increíble ver cómo ambos protagonistas han vivido infancias muy dolorosas, traumáticas, y haber acabado encontrándose en el mismo departamento policial; como si unos lazos invisibles les unieran por muchas cosas que ni siquiera ellos sospechan ni comprenden.
¿Hallarán ambos a las personas que están buscando desde hace tantos años sin éxito? Para descubrirlo, habrá que leer el tercer y último volumen de una miniserie que, sin duda, está siendo intrigante, llena de crítica social, momentos filosóficos y juegos éticos y morales que no dejan a nadie indiferente. Todo esto, por supuesto, con personajes complejos, con psicologías bien definidas y perfiladas y con un dibujo llenos de contrastes de blancos y negros puros, la ambientación perfecta para sumergir al lector entre sus páginas hasta el final.
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