"Quiero acariciarte hasta olvidar quién soy. Tocarte hasta que no quede ni una parte de tu cuerpo que no sea mía."
SINOPSIS
Tras huir de la feria, Ichi y Bena consiguen llevar una vida tranquila. Sin embargo, a medida que la felicidad desciende sobre ellos y llena sus vidas, Bena siente cada vez con más fuerza la conciencia de ser un demonio. Un día Onao les pide que lleven una carta a la ciudad de Fuchû, en Suruga, y así comienza su primer viaje. Hasta entonces la vida había sido plácida para los dos, pero…
Esta es la esperada continuación del BL sobrenatural ambientado en la época Edo, que fascina gracias al radiante pincel de la nueva gran promesa de la era Reiwa.
- Leer la reseña del volumen anterior
- Gracias a la editorial por el ejemplar para su reseña
ANÁLISIS DEL TOMO
Profundizando más en los miedos y temores de los personajes, Kofude continúa narrándonos la convivencia y la historia de amor entre el demonio medio humano Bena y el joven Ichi a finales del período Edo.
"Incluso si así fuera, me daría igual mientras estuviera contigo"
Ha pasado un año desde que Ichi y Bena abandonaron la feria y viven juntos, y en relativa paz, como pareja. Aunque las cosas están en calma, y ya nadie se acuerda del monstruo que apareció por el barrio, a Bena le sigue preocupando su naturaleza demoníaca. Y es que, ante su ardor y deseo por Ichi, sin querer, siempre le hace daño de una forma u otra por la fuerza que tiene ahora que ha crecido y se está desarrollando como un adulto. Sin acabar de entender del todo su naturaleza, lo que más teme Bena es descontrolarse, como ya hiciera en el pasado, y que eso pueda afectar a Ichi. Ante esto, Bena decide hablar con Onao y Sadachiki en busca de consejo. Después de hablar con ellos, Onao les pide a Bena y a Ichi que vayan a entregarle una carta a su hermano. Con esta excusa, ambos saldrán de Edo en un viaje en el que se descubrirán a sí mismos y al otro un poco más.
Aunque no ha habido ningún incidente nuevo, y nadie recuerda lo del extraño monstruo que apareció en las calles, Bena no se siente tranquilo. Sin entender todavía por qué le sale el cuerno, o algunos extraños sentimientos predatorios que lo asaltan en ocasiones, lo que sí tiene claro es que no quiere hacerle daño a nadie, sobre todo a Ichi. A pesar de ser consciente de que, en el fondo, es un monstruo, a Bena le gustaría ser humano para, así, dejar de sentir miedo de hacerle daño a Ichi. Cuando va a desahogarse a casa de Onao y Sadakichi, sus benefactores y amigos, Bena decide viajar fuera de Edo y, gracias a Onao, logra hacerlo en compañía de Ichi.
Ichi, por su parte, no sabe muy bien qué le sucede a Bena. Aunque lo ve preocupado, el muchacho no sabe cómo calmar al joven demonio y, lo único que se le ocurre, y que siente que está en sus manos, es calmarlo con su cuerpo y sufrir lo que sea para protegerlo. Pero, esa actitud, esa forma de actuar, en vez de apaciguar a la bestia que hay dentro de Bena, solamente acrecienta el miedo.
En su viaje juntos, Bena e Ichi se sincerarán el uno al otro, cerrando algunas de las heridas supurantes, y a medio sanar, que ambos continuaban acarreando. Este viaje del héroe no deja de ser uno de autodescubrimiento donde ambos podrán entenderse mejor, a la vez que profundizarán en el otro, confesándose sus dudas, miedos y temores.
Sin olvidarse de los personajes secundarios, en este segundo volumen también tendremos un capítulo sobre Fumi, el hermano gemelo fenecido de Ichi, donde podremos ver su punto de vista y entender muchas cosas sobre el pasado de Ichi y entender mejor a los gemelos y su vida en la feria.
Jugando con la idea del bien y el mal, de quién es realmente un monstruo, Bena es una historia hermosa por la melancolía y el dolor que desprende y por el amor que trasmite. Protagonizada por personajes complejos y grises, realistas e imperfectos, a pesar de estar ambientada en un periodo histórico, en Bena encontramos problemáticas y temáticas actuales que siguen imperando en la sociedad humana moderna.
Bena es un completo diamante en bruto, una obra de una calidad excepcional, un manga que me ha enamorado desde el principio y que, a pesar de todos los clichés que están entre sus páginas, están todos muy bien integrados. Kofude ha sido capaz de crear algo fresco y novedoso con elementos y personajes arquetípicos que hemos leído muchas veces y que aquí es como si fuese la primera vez.
Si todavía no os habéis decidido a darle una oportunidad a Bena, o no sabéis si seguir la serie, hacedlo porque es imposible que no os llegue al corazón tanto por su narrativa como por su arte.
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